Movilizaciones sociales del 2018

Sin duda el 2018 ha sido un año cargado de manifestaciones, todas en pos de reivindicar derechos sociales que han sido vulnerados constantemente a lo largo de nuestra historia. Probablemente la más emblemática, que comenzó las revueltas este año, fue protagonizada por la movilización estudiantil feminista, que llevó  a tener la primera toma feminista de la Universidad de Concepción. Sin embargo han habido muchos otros movimientos que se han alzado o reforzado y que planean continuar activamente durante el próximo año.

Los últimos meses los temas que han estado en la palestra han sido claros: Bahía Quinteros y Camilo Catrillanca. Han ocurrido a la par con el movilización de los chalecos amarillos en Francia, un movimiento de origen proletario que protestaba en contra de las alzas de combustible, en contra de un nuevo impuesto ecológico más bien, que elevaría los presupuestos. ¿Existe alguna relación directa entre todas estas movilizaciones?

Movimiento feminista: la quinta ola

En Chile, las luchas por la igualdad de la mujer han explotado en las universidades y tienen como protagonistas evidentes a las mujeres. Los constantes femicidios, casos de abusos y destapes han desembocado inevitablemente en manifestaciones multitudinarias, llevando a las estudiantes universitarias a ser la punta de lanza de una nueva ola feminista en el país.

Una serie de hechos han dado contexto y fuerza al movimiento. Durante el año se sumó la pelea por legalizar el aborto en tres causales y los destapes de abusos sexuales por parte del mundo del espectáculo chileno. Un caso emblemático fue el de Mario Kreutzberger, Don Francisco, apodado el pionero del rubro. Existen acusaciones que se remontan a su periodo de mayor auge televisivo en Sábado Gigante.

Fotografías: Colectivo Miradas Lúcidas e Insolentes. Marcha ¡Ni Víctimas Ni Pasivas!

Junto con los casos de abusos de mayor gravedad, las jóvenes han comenzado a destapar el sexismo que se vive cotidianamente al interior de las universidades y en la vida en general, una expresión del machismo del que son víctimas en distintos aspectos de la sociedad. El movimiento #NiUnaMenos convocó marchas contra la cultura de la violación alzcanzando gran apoyo. Protestar contra la violencia hacia las mujeres, en defensa de los derechos sexuales y reproductivos y para tener mayor representación han sido sus principales motivos.

Movilizaciones ambientales: «Se muere luchando o se muere enfermo»

La crisis en Quintero y Puchuncaví probablemente alcanzó su apogeo durante el mes de agosto, cuando ocurrió el primer episodio de intoxicación masiva en las ciudades. Las autoridades ambientales formularon  algunos cargos en contra de compañías responsables de la intensa actividad industrial y contaminante de la zona. Sin embargo, las comunidades exigen el cierre inmediato de las centrales termoeléctricas a carbón y de la fundición Condelco Ventanas, además de la modificación de la normativa nacional de acuerdo a los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esta situación se ha mantenido y el despliegue nacional responde a la presencia de otras zonas de sacrificio en el país y a los 116 conflictos socioambientales identificados por el Instituto Nacional de DDHH en septiembre pasado.

Carolina Bastías, representante de la Coordinadora Metropolitana en apoyo a Quintero y Puchuncav, mencionó en una nota con el medio Resumen Latinoamericano que la población está “muriendo de cáncer, de fibrosis pulmonar. A la fecha, hay más de 1.500 personas intoxicadas, hay centenas de abortos espontáneos, por eso luchamos por la vida. (…) Nos movilizamos por el derecho a la vida, ante una institucionalidad que es inepta, que no es capaz de modificar su anticuada normativa, muy conveniente a los intereses empresariales”.

Recordemos que en la zona se encuentran proyectos esbozados en Talcahuano, Penco, Lirquén y Tomé, con los gasoductos (GNL) que se vieron pospuestos por las manifestaciones. Coronel y Cabrero, por otro lado, son las comunas de la Región del Bío Bío que concentran la mayor cantidad de industrias.

En Coronel, los complejos Bocamina I y II de la empresa de generación eléctrica ENEL, y la central Santa María de Colbún (ambas a carbón), sumados al cordón pesquero concentrado en Caleta Lo Rojas y dos parques industriales en el acceso norte, rodean el paisaje de una otrora bahía turística.

Las calderas emiten material particulado que es percibido por sus habitantes, quienes, según denuncian, «se están quedando sin oxígeno».

Los hechos más graves dan cuenta del hallazgo de metales pesados, como aluminio o mercurio, en el torrente sanguíneo de niños del lugar. Un caso emblemático es el ocurrido en la Escuela Rosa Medel y la marcha que movilizó a toda la ciudad el pasado 13 de abril.

A consecuencia de este movimiento ciudadano es la ejecución del mayor operativo en la historia de la comuna de Coronel: 1.000 niños, de entre cero y cuatro años, están siendo examinados por profesionales del Instituto de Salud Pública (ISP) con el objetivo de determinar la real afectación.

Conflicto mapuche

Tal como ha ocurrido desde la vuelta la democracia, el gobierno de turno lanzó una serie de propuestas para avanzar en la solución del conflicto, cuando en realidad lo único que buscan es seguir con la ocupación del territorio ancestral mapuche y la apropiación de los recursos naturales en beneficio del empresariado.

Véase, cronología didáctica 10 años de violencia en territorio mapuche.

La situación se radicalizó este año con la llegada del Comando Jungla. Tras el asesinato de Camilo Catrillanca pasó lo que tenía que pasar, la medida que había nacido para aplacar un poco el conflicto simplemente generó lo contrario. Los focos de violencia aumentaron de forman exponencial, la ciudadanía empatizó y llevó el conflicto a la ciudad, con marchas a nivel nacional que movilizaron a miles de personas.

Sebastian Piñera presenta la nueva Policía Antiterrorista. Fotos: Camilo Tapia

El último boletín trimestral de la Multigremial de La Araucanía da cuenta de que durante los tres primeros meses de funcionamiento del llamado Comando Jungla, entre julio y septiembre de este año, hubo al menos 25 ataques incendiarios registrados en tres regiones (Biobío, La Araucanía y Los Lagos). Es decir, 47% más que en el mismo período de 2017.

Balance y vistas al próximo año

Otro movimiento social álgido en los últimos meses de la segunda mitad del año fue protagonizado por los portuarios de Valparaíso, quienes se organizaron y manifestaron para conseguir mejoras laborales.  Pese a haber llegado a un acuerdo, llegando a final de año los trabajadores han anunciado que varias de las medidas aceptadas por la empresa no están siendo cumplidas, como la paga de un bono comprometido y las «listas negras» de aquellos trabajadores que se habían movilizado, con el fin de no ser llamados a trabajar. Por tanto, el futuro depara incertidumbre en esta área.

Los chalecos amarillos han inspirado una serie de movimientos al rededor del mundo, no solo en Europa. En el fondo todos parten de lo mismo: grupos sociales vulnerados y hartos de que se les pase a llevar. Ha sido el motor de las movilizaciones y como van las condiciones presentadas desde distintas áreas para éstos problemas, es difícil que cambie con un año distinto en el calendario.

 

 

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