La conciencia está de moda

Poco a poco la industria de la moda sostenible abarca un espacio cada vez más grande en el mercado. La compra inteligente de productos es un acto que se ha transformado en protagonista de nuestro día a día debido a los beneficios que ésta conlleva.

Este fenómeno mundial no ha tardado en acaparar público chileno, ya que diversas marcas nacionales se han posicionado como grandes productores de prendas con carácter sustentable, en pro del medio ambiente y sin dejar de responder a las necesidades básicas de los clientes.

Como podemos ver en un artículo realizado por Slow Fashion Next, blog que promueve a vida «slow fashion», algunas de las grandes marcas de moda sustentable son Bazar la Pasión, 12-na/Doceñada, Minka, Arte Origen, Pitti Palacios, entre otras, las cuales utilizan materiales naturales de bajo impacto ambiental, se dedican a la reutilización de prendas usadas y diseñan a partir de materiales no usuales en la ropa.

Les Zambrano, rostro principal de la marca Amada Moda Sustentable de la ciudad de Concepción, cuenta que “mi modelo de desarrollo sustentable es más que moda, es un estilo de vida en el que abarca muchas cosas. Estoy en el medio de la ropa, pero mi estilo es slow, y cuando una es slow se da cuenta de que no sólo está involucrada la  ropa, sino las personas y el medio ambiente”.

La moda sostenible ya posee un lugar privilegiado en la producción de prendas de vestir, pero ¿cuál es el siguiente paso? Una de las prácticas más recientes en torno a esta revolución textil es el intercambio o “trueque” de ropa entre los adeptos a este estilo de vida.

En Chile se realizan eventos y se generan espacios en que las personas pueden asistir y realizar el intercambio de productos sin la necesidad de utilizar dinero de por medio. En la capital, uno de los eventos ejemplares es “Trueque de Moda”, el cual en septiembre del año pasado ya concretó su séptima versión.

Por otro lado en julio del año pasado en la comuna de Providencia, se llevó a cabo la segunda versión de “The Ropantic Show”, otro buen ejemplo de que estos ciclos de intercambio de productos llaman a una gran cantidad de asistentes, haciendo cada vez más habitual el trueque.

Si bien en Concepción aún no se ha realizado un evento masivo, pequeños grupos de personas se juntan temporalmente para realizar estos intercambios. Renata Jara, estudiante de cuarto año de periodismo cuenta que desde el año 2016 con su grupo de amigas se juntan periódicamente para realizar intercambio de prendas entre ellas, con el principal objetivo de reutilizar ropa que se encuentra en desuso y que puede servir a otra de las asistentes. Además, el ahorro de dinero es una consecuencia muy conveniente para quienes concurren a estas juntas. 

Sin duda la vida sustentable, slow y consciente ha adquirido un grupo significativo estos últimos años, convirtiéndose en un fenómeno creciente y con una mirada positiva hacia el futuro.

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