A estas alturas de 2020 es evidente el impacto que la pandemia mundial causó en todo el planeta. No hubo país que no se haya visto en la obligación de revaluar sus planificaciones anuales estimadas, esto último abarcando desde proyectos sociales a tradiciones culturales.

Las industrias no fueron la excepción, el mercado completo mundial sufrió un remezón capaz de ser comparado con un terremoto. Efecto devastador del virus que arrasó con los trabajos de millones de personas, detuvo la economía durante meses y quebró a múltiples empresas.

El cine, al ser tradicionalmente desde su creación una actividad social, fue una de las principales industrias condenadas a entrar en crisis tras la pandemia. Múltiples profesionales evalúan posibilidades y estrategias sobre como enfrentar esta problemática laboral, y en el caso de Chile, tanto profesionales como estudiantes deben sacar adelante sus carreras artísticas en un escenario de incertidumbre, esto último, agravado por la precariedad nacional en los apoyos culturales que existen de parte de las organizaciones gubernamentales.

Diego Carrasco, estudiante de cine ad portas de graduarse comentó. “Han adecuado la mayoría de los festivales, presentaciones y exposiciones para que sean en línea. Los festivales de cine chilenos más grandes optaron por la plataforma on line, las obras de teatro también se presentan de la misma forma.”

Dada la naturaleza del rodaje fílmico, las producciones cinematográficas son actividades netamente físicas. Existen excepciones en ciertos casos, como es el caso de las películas animadas, las cuales puede sobrellevarse a través del teletrabajo. Sin embargo, las producciones liveaction han tenido que tomar medidas sanitarias intensivas en los lugares de filmación y, en el peor de los casos, llegar a suspender indefinidamente la producción debido a contagios.

Si antes de la pandemia para los artistas nacionales ya era complicado encontrar trabajo, tras la recesión económica el escenario ha empeorado aún más. Los fondos gubernamentales se han utilizado con la intención de generar reactivación económica, por lo tanto, muchos de los proyectos artísticos pensados para este año fueron dejados de lado. La estrategia de que finalizada la pandemia una reactivación cultural llegará, es tan incierta como el pasar de los futuros meses enfrentado la situación actual.            

Actuar en tiempos de pandemia

Erick Pulgares, actor y profesor de teatro, comentó. “Sin duda que el impacto es grande, dejó en manifiesto la precarización en la que se trabaja arte y cultura, dejó al desnudo un sector que se afirma en la voluntad del artista más que en la responsabilidad laboral”.         

Tras los cambios en respuesta a la emergencia sanitaria, la precariedad laborar llegó a dejar en evidencia el hambre de familias que durante semanas no sabían cómo levantarse económicamente. El arte fue una de las principales áreas afectadas, en gran parte, debido al poco reconocimiento y apoyo que ha recibido durante décadas por parte de las autoridades.

Javiera Figueroa, estudiante de teatro también cercana a graduarse, comentó “Yo tenía proyectos que consistían en montar obras que ya no se pueden hacer”. Esto se suma a la impotencia de ver como las autoridades creen pertinente abrir bancos, centros comerciales y otros negocios que son tan propicios al contagio, como pueden llegar a ser los teatros o salas de cine. “Da la sensación de que para las autoridades el trabajo del artista no vale nada”, comentó Javiera.

Innovaciones frente a la nueva normalidad

La pandemia ha obligado a los artistas que aún se mantienen en pie, a innovar en la manera de producir y compartir su arte. Ideas han surgido para cambiar las reglas del juego y en ocasiones han logrado generar una vía de desarrollo alternativa.

Recientes estrenos que han podido exhibirse en los cines que aún están funcionando en el mundo, no pudieron evitar registrar bajas cifras de espectadores por las circunstancias. Ni siquiera las películas de supuesta taquilla alta pudieron doblegar este fenómeno. Esto es una clara señal de cambio en el mercado, ya que mientras el cine tradicional baja en ganancias, el cine por streaming vive uno de sus mejores momentos debido al beneficio de ofrecer un servicio similar sin arriesgar exposición al virus.

“Ha obligado a repensar el tipo de proyecto en los que uno se mantenía vigente, en ese aspecto, ha sido interesante replantearse los dogmas acerca de las disciplinas que uno ya conocía.” Compartió Erick. “Me llama mucho la atención este híbrido que se está generando entre el cine y el teatro a través del streaming.”

Javiera Figueroa comentó “Creo que ese es el camino a tomar, en vez de resistirnos al cambio, ocupar todos los elementos que tenemos a nuestro alcance para replicar una experiencia similar”. Por otro lado, Diego agregó “Hay que convivir entre lo virtual y lo presencial, ambas cosas son super buenas complementándose, y no porque termine la pandemia, volver netamente a lo presencial.”