Carne, el nuevo tabaco

Según las Naciones Unidas, el consumo de proteína animal en 2020 caerá a su nivel más bajo en nueve años. Además, la reducción en un 3% respecto de 2019, representa el mayor descenso registrado desde, al menos, el inicio del siglo. 

Variadas son las razones por las cuales la preferencia por los alimentos de origen animal ha sufrido una baja este año. Sin embargo, es posible identificar que entre las principales causas están las consecuencias del coronavirus, tanto en el bolsillo de las personas, como en el creciente temor al contagio.

Actualmente, no hay evidencia certera que sugiera que comer o manipular alimentos esté asociado a contagio del Covid-19. Lo que sí sabemos es que, los orígenes de la pandemia son solo el comienzo de una masiva caída del consumo de carne en décadas. 

Las redes sociales han fomentado parte de la desinformación sobre los hechos que hoy conocemos, y es que, el brote inicial de coronavirus, se relaciona con los extravagantes gustos gastronómicos de la cultura asiática, generado una desconfianza hacia estos alimentos que solo va en aumento.

A lo anterior, se suma que el medio ambiente y sus defensores piden a gritos una limitación de su ingesta. Según el sitio web www.greenpeace.org, la producción ganadera es uno de los sectores que más genera gases de efecto invernadero, un 24% más que la industria del transporte, para ser exacta.

En este mismo contexto, el reconocido autor estadounidense y experto en salud, Neal Barnard, concluyó, en una de sus charlas TED, que así como existen alimentos que potencian nuestro cuerpo, están aquellos que lo destruyen, y la carne es uno de ellos, al tratarse de “el nuevo tabaco“. Y no puede estar más cerca de la realidad.

No vives de ensalada, ¿o sí? Lo más probable es que, al comer exclusivamente hojas verdes vacías, llegues a una muy pronta desnutrición. Su ingesta debe complementarse con los nutrientes que aportan legumbres y proteínas vegetales. ¿El resultado? Un estilo de vida saludable que ya se posiciona como el ideal del futuro. 

En concreto, el origen del virus nos ha puesto de pie frente a un nuevo escenario, y es aquel donde prima la posibilidad de elegir un hábito que comienza desde las generaciones más jóvenes y abiertas al cambio: la eliminación total de la carne animal de nuestra dieta.

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