Dentro de la frontera, pero fuera de la franja

Las Isapres, Las AFP, el Código de Aguas, el SENAME, el lucro en la educación, la mala atención en hospitales y consultorios, entre otras injusticias e instituciones corruptas que afectan al país, son las que se pretenden erradicar en el nuevo pacto social que se redactaría si en el próximo plebiscito se consagra como ganadora la opción del Apruebo, o al menos, así lo han demostrado las distintas campañas que se emiten a menudo por televisión en el horario correspondiente a las franjas electorales. Aparentemente, las consignas son dignas de todas las luchas históricas y recientes que han tenido lugar en Chile. Las mismas que estallaron el 18 de octubre del pasado año. Todo muy legítimo y con justa razón hasta ahí. Pero, ¿no se nos olvida algo?  ¿o quizás ese algo sea más bien un alguien?

Muchas veces, cuando queremos eludir nuestras responsabilidades, tendemos a chutear los quehaceres hasta el colapso final, en el que uno se pregunta: ¿por qué no me ocupé de esto antes? Bueno, es muy probable que esta lógica de pensamiento sea la que está operando actualmente en Chile en cuanto a las políticas migratorias, que desde hace algunos años se han ido convirtiendo en un tema que merece la misma atención que los demás anteriormente mencionados en esta columna. Indudablemente, un dilema social al que se le debe hacer frente antes de que sea fuente de historias tan crudas y violentas como las que escuchamos provenir del SENAME.

En estos momentos, la franja electoral del Apruebo funciona como un embudo por el que atraviesan múltiples causas sociales que buscan alguna reivindicación. Sin embargo, de todos los días en los que se ha emitido la franja, en ninguno se ha hecho alusión a la necesidad de gestionar y articular buenas políticas migratorias en el nuevo Chile que queremos construir puesto que, si bien ellos y ellas no votarán este 25 de octubre, y es probable que por este motivo no sean parte del público objetivo de estas campañas, sí serán parte de este nuevo Chile. Por lo mismo, es necesario darles una voz y representatividad en los espacios democráticos actuales. En esa línea, es de esperar que en los días que quedan de propaganda, se pueda vislumbrar, aunque sea una señal que evoque la intención de integrar a las comunidades de inmigrantes a una experiencia digna en un país al que llegaron por necesidad.

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