La era del sinfín de posibilidades ¿para quién?

La pandemia ha obligado al confinamiento e insertos en esta nueva normalidad la tecnología ha ganado mayor preponderancia.

Las pantallas ¿el mejor amigo del hombre? Este último tiempo, incluso antes de la llegada del COVID-19, smarthphones, televisores, tablets nos acompañaban en nuestro tiempo libre. Y hoy, tras el incierto panorama fuera de nuestros hogares, la digitalización ha llegado y no piensa volver atrás. Jornadas laborales, estudios, celebraciones y reuniones, todo lo que se realizaba de forma presencial fue reemplazado por la instantaneidad que brinda una pantalla desde la “comodidad” de nuestro hogar.

Quizás habrá que acostumbrarse a la nueva realidad, a la era digital, al sinfín de posibilidades. Sin embargo, con esto llegan nuevos desafíos en ámbitos como el trabajo y la educación.

Ha quedado demostrado, el trabajo en oficina con gran cantidad de horas semanales puede ser reemplazado de buena manera desde el hogar en formato remoto. Adquiriendo mayor preponderancia la modalidad home office.

En lo educacional existen diferentes posiciones respecto al formato online. No obstante, se continúa educando en las escuelas y formando profesionales en la educación superior pese a las trabas crecientes en tiempos de crisis.

Pero no todo es positivo en cuanto a estas aristas. Pensamos enfáticamente en la igualdad de posibilidades. Ahora más que nunca ha quedado retratada la brecha digital existente en nuestro país y en Latinoamérica. Mala cobertura de señal de internet, en casos donde inclusive, alumnos han tenido que salir a techumbres, patios o simplemente desconexión, merman el acceso a una educación de calidad.


El acceso a un computador o laptop en los estratos económicos más bajos de nuestro país es de un 38%. Según Casen y Censo de 2017.

Las cifras son inteligibles, en nuestro país 632 localidades repartidas en 170 comunas no cuentan con acceso a internet. Mientras, en el nivel superior, un 30% de los estudiantes no posee una conexión fluida a la web. Esto ha llevado a una deserción de más de nueve mil alumnos.

En el trabajo, el contexto actual es diverso, ya que las empresas que han podido cambiar su forma de trabajar lo han hecho. Aunque, solo el 20% de los trabajadores puede realizar teletrabajo. Dejando a un lado las otras faenas productivas que no pueden incurrir en esta modalidad.

Reflexionamos ante el escenario actual y concluimos que la tecnología es la clave para el progreso de la educación y el trabajo. De ahora en más, habrá que pensar en clases y productividad híbrida. Por lo tanto, es un deber de las autoridades asegurar que se brinden herramientas que faciliten el aprendizaje, en lo concerniente a la tecnología e impulsar políticas efectivas para la disminución de la brecha digital. 

Top