Educar para no negar

La Cámara de Diputados y Diputadas despachó al Senado, el 23 de septiembre, el proyecto que tipifica como delito el negacionismo en relación con los crímenes cometidos en dictadura.

El proyecto de ley que busca sancionar el negacionismo respecto de las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura militar en Chile avanzó al Senado y se encuentra a un paso de ser aprobado, pero ¿estamos preparados como país para una ley como esta? ¿Es esta la forma de combatir este tipo de conductas?

La pena de presidio menor en su grado medio amenazaría, de ser aprobada la ley, con hasta tres años de cárcel a quien niegue, justifique o apruebe los delitos contra los derechos humanos cometidos por la dictadura de Pinochet, la cual dejó alrededor de cuarenta mil víctimas y terminó con la vida de más de tres mil personas. Información ya bastante conocida por los chilenos y chilenas, pero que suele generar debate con aquellos sectores que defienden el régimen que se instaló por diecisiete años desde septiembre de 1973.

Entre las víctimas no sólo hubo opositores políticos de la dictadura, pero reitero, esto es más que sabido por todos y todas, entonces ¿no deberíamos erradicar este tipo de “defensas ideológicas” a través del debate y la educación? Permitir que se persiga a quienes justifiquen o nieguen estos crímenes puede generar un efecto promotor de esta clase de pensamientos, lo cual sería aún más nocivo para nuestra sociedad y cultura.

La aparición de “mártires ideológicos pinochetistas” terminaría por crear un bajo mundo de la promoción de estas ideas, las cuales no es bueno que permanezcan en las sombras porque ¿cómo combato algo que no sé que está ahí? Hoy en día, existen pruebas e información más que suficientes (incluso suena ridículo mencionarlo) para educar a la población, enseñar a cada persona las atrocidades cometidas por los militares de la época y la herencia que nos dejaron.

Cabe mencionar, además, el conflicto que genera este tipo de leyes con la libre expresión, dando paso incluso a más argumentos infundados por parte de estos sectores. Por lo que sancionar el negacionismo como tal desviaría la conversación de lo que realmente importa, que es conocer la verdad y encontrar las respuestas al real problema, el poco dialogo y la deficiencia educacional.

Estamos ad-portas de un plebiscito que puede cambiar la historia ya contada en Chile, reemplazar la constitución impuesta por la dictadura es un paso hacia la recuperación del término “patria”, una en la que esperamos se eliminen los vicios de las elites gobernantes, las policías e instituciones fiscalizadoras, una que busca la dignidad y el pluralismo.

Top