¿Cómo cambió la pandemia el consumo de drogas?

Al igual que la mayoría de los bienes y servicios, la adquisición de drogas tanto legales como ilícitas se alteró notablemente con la llegada del coronavirus al país y correspondiente limitación de actividades, junto con un conjunto de restricciones a la movilidad.

Por Leonardo Fernández y Matías Ortega

Con la llegada del coronavirus a Chile y la implementación de medidas restrictivas, una gran parte de la población nacional se ha mantenido encerrada en sus hogares, sin mayores actividades recreativas al aire libre ni acceso a entretenimiento externo. En este momento, se sumó al consumo de alcohol y cigarrillos como distractor las sustancias ilícitas que, a pesar de no alcanzar los índices regulares, afecta a una parte importante de la población.

Chile como país consumidor de drogas

A la hora de hacer un balance general del consumo de drogas entre la población chilena, los resultados no parecen ser esperanzadores. Desde la mirada continental, Chile es tristemente reconocido como el país americano que lidera el consumo de sustancias como la marihuana, cocaína, pasta base y tranquilizantes sin receta médica entre estudiantes secundario, de acuerdo con el Informe sobre el Consumo de Drogas en las Américas de 2019, elaborado por la Organización de Estados Americanos (OEA).

Respecto a la marihuana, nuestro país alcanza una tasa de consumo del 30% entre estudiantes secundarios, seguido de Uruguay, con un distante 15%. En cuanto al consumo de cocaína, los estudiantes chilenos poseen una prevalencia del 2,5%, al igual que Canadá y Colombia. El mismo informe reveló que Chile lidera el listado de consumo de pasta base con un 2,7% de prevalencia, seguido por Ecuador con un 2%. No es de extrañar el especial interés que han mostrado las autoridades, de todas las vertientes políticas, en la planificación de programas y medidas para la reducción de su consumo y la disminución del tráfico de drogas.

De acuerdo con el 13° Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar, el 29,8% de los estudiantes reporta haber consumido alcohol en el último mes, mientras que el 26,8% dice haber fumado marihuana. Extraída de Uss.cl.

La reciente encuesta del Servicio Nacional para la Prevención del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) de 2020 viene a ser la única referencia que permite observar el fenómeno de las drogas en tiempos de coronavirus. Esta revela que un 32,8% de los encuestados aseguró mantener los niveles de consumo, junto a un 41,8% que declaró consumir menos bebidas alcohólicas con la llegada de la pandemia. De estos últimos, un 38% alega tener menos oportunidades para hacerlo, un 22% por preocupación de su estado de salud, y un 9,9% por incertidumbre económica y necesidad de ahorros.

A pesar de que el consumo de drogas ha disminuido considerablemente durante 2020, esto no implica que su sistema de circulación en las calles se haya visto necesariamente alterado. Al respecto, Catalina González, funcionaria de la Policía de Investigaciones, basándose en información de la Jefatura Antinarcóticos y Crimen Organizado, indicó para Entrelíneas que “las incautaciones en comparación con año 2019 aumentaron en un 11.37% a nivel nacional, de las tres drogas de mayor incautación en el periodo enero a diciembre”. De esta información se puede concluir que existe disponibilidad para el consumo, no obstante, es la población la que opta por no adquirir.

El trasfondo del consumo

Al momento de indagar las motivaciones para el consumo de estas sustancias, es imperante referirse al contexto, tanto de las condiciones socioeconómicas y culturales de un país, como la vida individual de cada persona, pues existen aristas ampliamente debatidas por autoridades y expertos del mundo acerca de cuáles son los ambientes y situaciones que lo favorecen.

Dentro de los factores internos que estimulan el consumo de drogas, se suele enfocar la atención al ambiente familiar desfavorable, la búsqueda de experiencias nuevas, descontento por la calidad de vida, carencia de autoestima, falta de información acerca de los peligros, personalidad con desajustes emocionales, intelectuales o sociales, entre otros.

El psicólogo Iván Vargas, de la Universidad Andrés Bello, explicó que existen en la sociedad “estados de tensión incesables, de inquietud, soledad, falta de motivo, falta de sentido, estados psíquicos de ausencia que causan tensión en los sujetos; articulando con un objeto externo de goce -objeto de aducción- para el cuerpo. Esto último tanto a nivel biológico como psíquico, cumpliendo una función alucinatoria”.

En cuanto a los factores externos, se considera en este punto al contexto económico, social y cultural como impulsor y facilitador en la adquisición de drogas, siendo un ejemplo de estos las tradiciones típicas de los países en que una bebida alcohólica forma parte importante de la celebración, o la existencia de una industria del rubro con importante llegada a la sociedad. En otro plano, también se estudia el fenómeno del narcotráfico y su infiltración en la población es un facilitador importante de ciertos productos.

Hasta agosto del año pasado, la Asociación Gremial de Dueños de Botillerías de Chile reportó una caída del 70% en sus ventas, que una vez pasado septiembre, han logrado estabilizar. Extraída de Lacuarta.com.

Evolución de las drogas permitidas

Conocidas son las consecuencias de la adicción a las sustancias denominadas “drogas legales”, desde ser un potenciador de enfermedades respiratorias hasta un factor provocador de accidentes de tránsito con resultados fatales. Las razones son varias para mantenerse alejado de ciertos productos, cuyo acceso no representa ninguna dificultad para la sociedad chilena, más allá de la edad.

De acuerdo con el informe de SENDA citado anteriormente, el 21% de los encuestados declararon haber incrementado su consumo de alcohol -la principal droga legal en Chile- durante la pandemia. Dentro de este porcentaje, el 50,9% señala al estrés, ansiedad y la depresión que genera el Covid-19 como la principal razón. Le sigue el hecho de “tener más tiempo para hacerlo” (28,6%) y, en tercer lugar, “por aburrimiento” (10,4%). Asimismo, un 79,4% del total de encuestados señaló que no tiene dificultades para comprar con la llegada de la pandemia y el 74,1% dijo que no ha cambiado su forma de comprar.

Tomás Jara es un estudiante universitario con una importante dependencia de alcohol. Relató para Entrelíneas que en su caso se siente relajado y “no me hace pensar en problemas, además que permite disfrutar otras cosas con una menor preocupación, como el ver algún contenido gracioso o más serio”. Respecto a sus niveles de consumo, aseguró que ha aumentado en la pandemia “debido una mayor cantidad de tiempos muertos en el hogar junto con una disminución de panoramas sociales fuera de casa que se puedan realizar”.

Desde la otra vereda, Alejandro Lobos es dueño de una botillería en Talca que ha tenido un alza significativa en venta de alcohol y cigarrillos, y no duda en relacionarlo con la pandemia, pues señaló que durante 2020 duplicó sus ventas. “Antes se vendían tres cajas de whisky un viernes y actualmente ese mismo día se venden fácilmente cinco o seis botellas. Como hay toque de queda, ahora la gente compra más cantidad al instante, porque no se puede volver a comprar después”, afirmó.

El vendedor agregó que, dentro del perfil de sus clientes, la mayoría corresponde a jóvenes universitarios y adultos trabajadores de sexo masculino. Además, consideró que la gente utiliza el alcohol para olvidar lo que está pasando, y que a pesar de que le trae beneficios económicos, le parece complicada la situación “porque hay personas que consumen mucho alcohol en un momento como este, y se le puede transformar en alguna enfermedad si no lo sabe llevar”.

Situación de las drogas ilícitas

La adquisición de drogas ilegales, a pesar de ser un tema tabú en Chile, es practicada por un importante sector de la población. Según el informe de la OEA citado anteriormente, los jóvenes de nuestro país son los mayores consumidores de drogas duras en Sudamérica. Pese a las múltiples restricciones sanitarias hay muchas personas que continúan comprando y consumiendo este tipo de estupefacientes debido a la adicción.

El último estudio del SENDA reporta una baja del 4,2% en relación con 2017 en el consumo de drogas como la marihuana y cocaína en la población escolar chilena. Extraída de Elnuevodiario.com.

Uno de ellos es Nicolás Sáez, estudiante universitario que consume diariamente cannabis y cigarrillos. Comentó que “antes de que llegara la pandemia, yo consumía mucha más marihuana, ahora han subido los precios y ya no puedo juntarme con mis amigos. En la pandemia dupliqué la cantidad de cigarros que me fumo a diario. Antes fumaba de ocho a once cigarros y ahora puedo con una cajetilla de 20 al día. Creo que esto se debe al encierro, porque tengo más tiempo libre. Estoy sofocado en mi casa y es lo único que tengo para relajarme”.

Nicolás señaló que “debido a las restricciones, ya no se puede salir a comprar marihuana con la misma frecuencia de antes”, así que optó por guardar sus raciones de cannabis para momentos determinados, alterando así su ritmo de consumo, pero no su dependencia a la sustancia. Al igual que él, son muchas las personas que optan por el consumo de drogas para sobrellevar el encierro.

La Organización de Naciones Unidas (ONU), en el pasado día mundial contra el tráfico de drogas, advirtió a los países sobre un eventual aumento en el consumo de ilícitos como consecuencias de la expansión del Covid-19, que principalmente afectaría a las poblaciones vulnerables y marginadas, apremiados por la situación económica.

La precaución y concientización del uso de estas sustancias son esenciales para un buen mantenimiento de la salud física y mental en pandemia. A pesar del interés que han mostrado las autoridades en las últimas décadas en solucionar el problema del consumo de drogas en la población, en tiempos de encierro por coronavirus no han existido mayores esfuerzos en la prevención y vigilancia del narcotráfico, quedando a la merced un importante grupo de la población, agobiados por la adicción.

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