La contaminación de la ganadería EntrelíneasPor Scarlett Ávila Sandoval - 9 abril, 2021 La industria ganadera no es solo una de las principales fuentes de alimentación del planeta, si no que da varios trabajos a la gente. Pero a su vez también conlleva un marcado impacto medioambiental. Comer carne es una de las prácticas más comunes que realizamos como seres humanos, sobre todo por el hecho de que esta como producto indispensable dentro de la pirámide alimenticia. Aun así, el consumo de carne ha ido en un aumento excesivo dentro de la población por el cual la industria ganadera ha tenido que buscar vías de aumentar su producto para las ventas. Es por esto, que la utilización de extensas hectáreas de terreno para poder tener animales en un ambiente más al “aire libre”. Pero también se necesitan para poder crecer el alimento que estos animales necesitan para subsistir y ser una buena oferta en el mercado. Uno de los problemas principales que esto conlleva es en la ayuda a la deforestación, y es que para mantener a estos animales se necesita un espacio generalmente sin árboles. Y como sabemos los árboles son la principal fuente de purificación del aire y la creación de oxígeno. A esto se le suma el exceso de Gases de Efecto Invernadero (GEI), los cuales si bien de manera regulada ayudan a que el planeta se mantenga en una temperatura en la que las personas podamos habitar sin problemas, puede ser perjudicial para el planeta. Y es que si bien la industria ganadera y agrícola generan ayudan en el aumento de estos gases, muchas de las plantaciones de cereales (maíz, avena, entre otros) en el mundo son específicamente para poder darle de comer a dichos animales. Producir un kilo de carne requiere 16 mil litros de agua. Fotografía de Getty Images. Pero eso no es todo, y es que la ganadería en sí ocupa cerca de 70% de agua dulce, según el informe Perspectiva Medioambiental Global de la ONU. El cual está destinado a dar de beber a los animales y regar los cereales que se cultivan para su alimentación. Todos estos factores en conjunto visibilizan lo perjudicial que es para la capa de ozono y el clima. Y si bien pudiésemos decidir dejar de alimentarnos de industria agrícola, lo cual es imposible, esta seguiría existiendo para la alimentación de los animales que comeríamos. Por supuesto es totalmente irrealista que todas las personas dejen de consumir carne, así como también lo es el no usar otros servicios que ayudan al aumento del cambio climático. Pero lo que sí se puede hacer es consumir en menor cantidad para así aplicar la ley de oferta y demanda, es decir, si hay una menor demanda bajarán los precios y la realización de estos productos.