Cuando la organización de las elecciones no es más que una pantalla

El Servicio Electoral de Chile es una institución que lleva décadas organizando y gestionando las diferentes elecciones de autoridades. Concejales, alcaldes, gobernadores, presidentes y en esta última instancia constituyentes que participarán representando a la población redactando la nueva carta magna.

Al pensar en los periodos eleccionarios, la noción de responsabilidad para asistir voluntariamente a votar es un tema para los chilenos cada vez más discutido. El nivel de participación ciudadana ha disminuido con el paso de los años por múltiples factores, desde el desencanto de la gente con las figuras políticas en la papeleta hasta la pereza de asistir a los centros a votar. Más aún cuando el país está a medio camino de una pandemia mundial, donde gran parte de la población aún no se encuentra inmunizada.

Una de las situaciones más comentadas hace años es la selección de vocales de mesa: el sorteo automático y aleatorio del que pocos pueden excusarse.
Los llamados en primera instancia tuvieron la opción de desertar sin grandes complicaciones, pero la lista definitiva que siguió solo tuvo que esperar el aviso definitivo del SERVEL. Tanto los veteranos en repartir papeletas y contar votos como principiantes sin nociones previas del tema tuvieron que resignarse al llamado para no sufrir las consecuencias posteriores.

“Mejor perder dos días que pagar doscientos mil pesos”, piensan los seleccionados a vocal. Muchos hicieron lo posible por no asistir, mientras que otros decidieron acudir al llamado el 15 y 16 de mayo.

Luego de finalizada la jornada, los candidatos independientes consiguieron 30 de 155 puestos en el órgano constituyente. Fotografía por Agencia Uno.

Todo resultó al final, pero la travesía no fue fácil. Sin capacitación y con abandono por parte del servicio electoral en varios locales de votación, los encargados de mesa soportaron más de ocho horas en el lugar, sin espacios para descansar ni alimentación básica como una simple botella de agua. Considerando los gastos en impresiones y material, ¿no merecen quienes prestan servicio en elecciones algo tan básico?

Muchos no sabían qué hacer, y quienes estaban para supervisar tampoco. Miles de formularios por llenar sin sentido alguno, sumado a la poca importancia que le entregaron los encargados del proceso. Pareciera que realmente solo están ahí por el dinero y, claro, los vocales también. Sin embargo, ¿por qué los representantes del SERVEL sabían menos que los vocales?

La institución tiene historia con elecciones, no es posible que hoy en día se presenten sin los conocimientos necesarios para capacitar y con poca empatía hacia quienes necesitan apoyo. Así, las elecciones nunca serán algo de lo que podamos enorgullecernos y menos gente se acercará para decidir el futuro de Chile.

Top