La conservación de museos como patrimonio penquista

Una deuda con la cultura. El 2020 pasó a la historia como uno de los peores años para los museos. Según datos del medio internacional The Art Newspaper, la mayoría perdió al 70 % de sus visitantes con respecto al 2019 a causa de la covid-19.

Y es que la pandemia provocó el cese de actividades en museos de todo el mundo, específicamente aquellas de tipo presencial. Lo mismo pasó en Chile, con cuarentenas que llevaron a sus grandes y pequeños museos a cerrar.

Pero el recibir gente no es la única tarea de un museo, también existen áreas de investigación, documentación de las colecciones que conservan y creación de nuevos contenidos que mantengan al público interesado.

Sin embargo, esto no es constante, “porque los museos y las galerías han estado quedando en el olvido, incluso antes de la pandemia. Además, el invertir en arte acá en Chile es más costoso que invertir en deporte o política y, lamentablemente, dentro de lo educacional han ido sacando asignaturas de historia en los colegios, haciéndonos cada vez más ignorantes de nuestra cultura y raíces”, señala Karen Irribarra, profesora de Historia y Geografía.

Un espacio abierto a la educación

Los museos sin duda merecen un espacio en la agenda de gobierno actual, ya que constituye una mirada hacia el patrimonio histórico y cultural. Más que algo arquitectónico, es una mirada hacia el mundo desde el pasado y presente.

“Yo creo que en varios de los últimos gobiernos no ha sido tan importante o, si lo ha sido, la atención está centralizada hacia ciertos museos. En lo local me parece que realmente no hay financiamiento directo hacia los museos y galerías”, comenta Leslie Fernández, artista, docente e investigadora de la Universidad de Concepción. Ante un estado de emergencia claramente hay prioridades, sin embargo, la educación siempre es un pilar relevante y las oportunidades están. Varios museos han ampliado sus espacios mediante conversatorios, charlas mediante Zoom y otras instancias virtuales.

Según cifras del Consejo Internacional de Museos (ICOM), debido a la pandemia de la COVID-19, el 95% de los museos de todo el mundo están cerrados. Fotografía por Diario Concepción.

Dentro de la misma tónica, los nuevos avances tecnológicos han obligado tanto a museos como a expositores trasladar su trabajo e investigación hacia lo virtual, utilizando plataformas como YouTube, Instagram y Facebook, o bien sus portales web oficiales, demostrando que se puede difundir cultura a pesar de todo y para quienes estén interesados.

Según un estudio de la Subdirección Nacional de Museos, durante la cuarentena las publicaciones habituales en páginas web de los recintos aumentaron en un 59 %, lo que representa el interés de los museos por seguir compartiendo su contenido con el público. Por su parte, la ciudad de Concepción cuenta con zonas históricas como Lota, Talcahuano, Penco, entre otros, donde la cultura sigue presente a través de las historias que cuenta su gente y los espacios que resguardan la memoria.
Espacios de intercambio cultural que interactúa con la comunidad penquista y antiguamente sus visitantes pero que ha tenido que adaptarse para difundir sus colecciones e investigaciones.
A pesar de esto, la profesora Irribarra considera que la digitalización de la experiencia es un arma de doble filo. “Por un lado se han abierto las galerías para que en la educación se pueda difundir el arte, los monumentos, piezas importantes para nuestra historia y tener acceso más fácil a ello. Pero, por otro lado, existen establecimientos educacionales que no cuentan con una buena conectividad y eso hace que se dificulte el acceso”, señala la docente de Historia.

“Estela Cósmica” es la más reciente iniciativa del Museo de Historia Natural de Concepción. Gestionada por Iniciativa científica creada por la encargada de comunicaciones del museo, Dayana Arrepol. Fotografía por el Museo de Historia Natural de Concepción.

¿Qué pasa con el arte?

No todo son salones de antigüedades y animales disecados. El arte destaca en museos, teatros, galerías y recintos de exposición, donde en los tiempos pre-pandémicos los artistas podían compartir sus trabajos presencialmente con los espectadores e interactuar de manera directa. Una disciplina afectada por la crisis sanitaria tanto en su realización como participación.

“Me parece que en Chile siempre hay deuda con la cultura, siempre hay más que se podría hacer y no se comprende la importancia que ha tenido en ese sentido la cultura en estos momentos de encierro. Ver arte, escuchar música, ver conciertos es una necesidad que considero nos ha permitido salvar un poco esta situación”, explica Leslie.

Los efectos de la covid-19 provocaron un cambio en el campo de las artes visuales y la educación, así como en el desarrollo de sus prácticas. Sin embargo, estas restricciones propiciaron nuevas formas de expresión artística desde las plataformas en línea y los escenarios virtuales. Esto sin duda abre nuevas posibilidades que van desde las colecciones digitales, vistas 360° y material descargable, más no reemplaza la magia de la presencialidad y la observación en detalle de las grandes salas de pintura antigua, biología y fauna histórica.

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