La recuperación del lago Lanalhue

Una de las zonas más importantes a nivel turístico en la región de la Araucanía está sufriendo un lento proceso de descomposición, generado por la intervención humana, y solo ellas pueden hacer algo para salvarlo.

El lago Lanalhue se ubica en la Cordillera de Nahuelbuta, entre las comunas de Cañete y Contulmo, y por medio del turismo se trasformó en el sustento de las familias que se emplazan en los alrededores, viviendo de los campings entre otras atracciones y servicios. Pero ya desde hace un tiempo las personas empezaron a avistar la presencia de cierta planta, bastante desagradable al tacto, que está tomando posición en el centro del lago expandiendo en todo el lecho. Junto con esto las personas reportaron un mal olor que emana desde las aguas, y ante la incertidumbre fue que se empezó a tomar cartas en el asunto.

Mapa del lago Lanalhue. Imagen de Paulina Lobos.

La eutrofización del lago

Como si se tratara de una necrosis, el territorio que comprende el lago se sumió en un proceso de constante muerte que solo puede ser detenido por la intervención de las personas. Para ser más específicos, lo que ocurre es un proceso de eutrofización, que implica un exceso de nutrientes en el lago, principalmente nitrógeno y fósforo, los cuales son el alimento perfecto para ciertas plantas y micro algas. Este exceso de nutrientes tiene origen en fuentes puntuales y fuentes difusas: la primera se caracterizan por tener una ubicación determinada, nos referimos a los desechos de las industrias y los alcantarillados de las ciudades. Por su parte la segunda es más difícil de regular debido al constante movimiento de los que la provocan, hablamos de ganaderos e industrias forestales, quienes liberan sus desperdicios de forma irregular en las cercanías del lago y sus cauces.

Con todo lo anterior ¿cómo es posible que los nutrientes y las plantas estén matando al lago? el profesor de la Universidad de Concepción, Roberto Urrutia, argumenta que: “Este exceso de nutrientes genera que crezcan plantas acuáticas, en el caso del Lanalhue sería el luchecillo, la cual ocupó la mayor parte de la zona litoral del lago, especialmente las zonas más bajas que se empezaron a colonizar por el luchecillo”. Lo anterior afecta de forma directa a las otras plantas que se encuentran en el lago, y todas aquellas que se mantenían con vida empiezan a morir por la falta de sol, sin mencionar que dichas especies son el alimento de la fauna que, al no tener sus fuentes de alimento, corren el mismo destino que las plantas. Todo este círculo de muerte se mantiene dentro del lago, y la constante putrefacción de las especies muertas solo acelera la eutrofización, además de otorgarle al lago un desagradable olor a descomposición.

Al final la única especie que sobrevive es el luchecillo, asegurando con sus propias cualidades la perpetuidad de su especie. Cabe destacar que como todo en la vida, los lagos también mueren de forma natural, siendo la eutrofización el proceso que marca su declive, sin embargo lo que mueve a las organizaciones es que este proceso no ocurrió por dictamen de la naturaleza, esto es lisa y llanamente la irresponsabilidad humana.

Manos a la obra           

Parece ser que el destino de la humanidad es que alguien rompa los platos para que otro los termine pagando. En este caso los que llegan a salvar al lago son los miembros del PRELA, que por sus siglas significa Programa de Recuperación de  los Servicios Ambientales de los Ecosistemas de Arauco, su trabajo consiste en monitorear el estado del Lanalhue y combatir desde distintos frentes el avance de la eutrofización. Cabe destacar que a esta organización se les unen todos los miembros de la comunidad que rodea al lago que estén dispuestos a cooperar, reuniendo tanto a voluntarios como a personas que se ven directamente afectadas.

Chequeo de la calidad del agua en uno de los ríos que desembocan en el lago Lanalhue. Foto de Paulina Lobos.

El trabajo que actualmente se está llevando a cabo se divide en tres componentes de intervención, la coordinadora del PRELA, Pamela Cuevas Espinoza explica que: “el primero se articula a los actores locales y usuarios para generar acuerdos socio-ambientales e instrumentos de planificación territorial. El segundo componente se enfoca en la restauración ecológica, donde se consideran todas las acciones como intervención en redes de drenaje, exclusión de ganado en los bordes de ríos y el lago, implementación de baños secos, enriquecimiento con plantas nativas, entre otras. El tercer componente, se enfoca en el apoyo a vecinos de las comunas del área de influencia del programa en el desarrollo de proyectos productivos que sean compatibles con el enfoque de Soluciones Basadas en la Naturaleza”.

Según la coordinadora, aunque el proyecto finalizará el 2022 se espera que los actores que apoyan la restauración del lago sigan trabajando en ello por medio de las distintas mesas de discusión, donde se evalúan posibles acciones y se espera recuperar la calidad del agua paso a paso.

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