Embarazo adolescente: los efectos de los que nadie habla

Cuando hablamos de embarazo adolescente por lo general se mencionan las causas y las consecuencias para el bebé y el ambiente en el que se desarrolla, no obstante, los efectos a corto y largo plazo para dos adolescentes que se convierten en madres y padres jóvenes tienen un impacto mucho más nocivo en su salud mental y física.

En Chile la fecundidad en menores de 19 años experimentó un ascenso sostenido entre la década del 80 y el año 2 mil, con una tasa actual de natalidad adolescente cercana al 15% (18-21)”, según señala el estudio ”Depresión posparto en el  embarazo adolescente: análisis del problema y sus consecuencias”. 

Con el paso de los años el número de casos ha ido en descenso gracias al uso de anticonceptivos, la proyección de vida y un mayor acceso a la salud sexual reproductiva.

Edita Rodríguez, Profesora del liceo Francisco Bascuñán Guerrero de Quilleco, nos cuenta que hace unos años era muy común el embarazo en alumnas, pues su liceo tiene un nivel de vulnerabilidad mayor al 85%, no obstante, esto  ha cambiado con el paso del tiempo, “estos últimos años se ha dado gran importancia a los programas de educación sexual, trabajamos mucho en nuestro liceo el tema de la afectividad y la autoestima, enfocado a que cada estudiante reconozca su situación y sus metas a largo plazo”.

Además, señala que a la mayoría de los padres adolescentes se les hace complicado seguir estudiando, si bien hoy en día existen leyes que los protegen a través de herramientas como la suspensión de semestre, rendición de exámenes libres, clases virtuales, entre otros, la necesidad de trabajar les impide continuar los estudios.

El autoconocimiento de los órganos sexuales y su funcionamiento además de una óptima educación sexual es un factor fundamental para la disminución de cifras de embarazo adolescente. (Fotografía por Laura Román).

Aquellos adolescentes que se convirtieron en madres o padres jóvenes lidian hasta el día de hoy con la responsabilidad sobre sus hombros pero ¿bajo qué costo?.

Depresión y efectos posteriores

Cabe destacar que muchas veces la llegada de un hijo o hija conlleva tomar decisiones como la postergación de los estudios, la integración en trabajos que traen infelicidad y un sacrificio diario que altera por completo las expectativas de vida de un adolescente. 

Esto coincide con la experiencia de Nicolás de 23 años “Me enteré que iba a ser papá a los 16 años y tuve que madurar de forma inesperada y repentina, porque tuve que dejar de ser un joven, a dedicarme a lo que era ser padre y trabajar. En cosa de semanas tuve que cambiar mi forma de ver todo y mi día a día”. 

Los factores relacionados a un sustento económico inestable y la dependencia  económica pueden derivar en numerosos efectos en la posterior etapa del procreador(a). Tales como frustración y sintomatología depresiva, especialmente esta última en el caso de las mujeres.

Según en el estudio mencionado anteriormente, la depresión post-parto se puede manifestar hasta un año o más después el parto, revelándose a través de alteraciones en el patrón del sueño o alimentación, fatiga, desánimo, dificultad para tomar decisiones, e incluso intentos suicidas o síntomas psicóticos. Además, esta puede presentarse con mayor inestabilidad anímica y frecuencia de los síntomas que en otra etapa de la vida.

Los síntomas de la depresión postparto se transmiten con facilidad al bebé, generando posteriores fallas en los lazos afectivos con su progenitor(a). Fotografía gentileza del medio TvCrecer.

Los efectos en el desarrollo psicosocial de un padre o madre joven pueden llegar a ser mucho más nocivos de lo esperado, “generalmente en esa edad los adolescentes construyen su identidad, proceso que se ve interrumpido y debe ser reestructurado en función de su nuevo proyecto de vida de forma precoz. La transformación de esta  de forma tan repentina trae efectos en sus relaciones interpersonales y puede derivar en posteriores sentimientos de estancamiento y traumas respecto a una etapa no vivida”, según lo señalado por la Psicóloga Nataly Matus.

En el caso de los hombres al encontrarse en una etapa de inmadurez, pueden llegar a invalidarse como individuos, disminuyendo su autoestima por no sentirse aptos para entregar lo necesario al desempeñarse como padres. 

“Vi muchos casos de amigos que no supieron cómo enfrentarse a la situación, porque se sintieron a la deriva sin las herramientas necesarias para criar un hijo, llegando al punto de abandonarlos emocional o económicamente” comenta Nicolás.

Terapia psicológica: un acompañamiento necesario

En fin, el enfrentarse a un camino lleno de responsabilidades como el criar a un ser humano siendo aún adolescente, genera cicatrices a largo plazo que puedan durar toda una vida si no son tratas en su debido tiempo.

Por esto resulta urgente auxiliar con ayuda psicológica a los padres en la concepción y posterior crecimiento del bebe y sobre todo es fundamental que este acompañamiento a través de una terapia sea accesible para aquellos adolescentes que se encuentren en una situación de vulnerabilidad emocional y/o económica. 

Evitando así que los procesos a los que se enfrentan los padres influyan de manera directa en el desarrollo de un apego seguro del bebe, provocando posteriores problemas en su desenvoltura social o traspasando las consecuencias en su salud mental.

Top