Crisis hídrica en Chile: una realidad lejos de acabar

Al igual que en todo el mundo, el cambio climático está generando diversas consecuencias en el medio ambiente. Unas de ellas son la disminución de las lluvias y el descenso de la cantidad de agua a disposición de todo organismo mismo. Además, de las empresas y sus producciones.

El déficit hídrico es una lamentable realidad que se ha instalado en Chile desde hace más de una década. Ésta tiene orígenes y consecuencias que afectan, y pueden continuar acomplejando, los estilos de vida y áreas productivas de la nación. Durante el 2018, expertos afirmaban que el consumo de agua diaria per cápita de los chilenos es de 172 litros. Número que resulta llamativo cuando en Europa esta misma medición es de 128 litros por persona al día.

Según Litoralpress, del 100 % del agua disponible en Chile se estima que sólo el 6 % está destinado para consumo humano, mientras que el otro 94 % se distribuye en diversas áreas. Dentro de éstas se encuentran el sector agrícola, considerado que es el que más consume suministro hídrico (88 %). Le sigue la minería (4 %), y finaliza con los grupos pecuarios, industriales y de generación eléctrica (compartiendo el 2 % restante).

Orígenes del déficit hídrico

Diversas son las causales a las que se le atribuye la disminución de las precipitaciones y, por ende, la disminución de agua disponible para organismos vivos y trabajos industriales. Una de ellas, y la principal, es la atribuida al cambio climático. Esta materia la aborda de buena manera Agustín Rogel en Tiempo Real de la Universidad de Concepción.

La Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPRA), durante el año 2016, elaboró el estudio “El cambio climático y los recursos hídricos de Chile”. En éste, da a conocer diversos factores para explicar la disminución de agua que existe a nivel nacional –territorio, que por cierto, cuenta con diversos climas- no sin antes tener presente que incluso se podría agudizar.

En el caso del área norte -y producto del cambio climático- el desierto de Atacama no ha logrado detener su avance hacia la zona central. Es más, se cree que durante el siglo XX, el desierto más árido del mundo avanzó entre 0,4 a 1 kilómetro por año. Por otro lado, según el estudio “Actualización del balance hídrico nacional” –desarrollado por académicos de la Universidad de Chile- consigna que ríos como el Aconcagua, el cuál va desde Los Andes hasta Concón en la zona centro norte del país, ha disminuido su caudal entre un 13 y 37 %. Esto ha hecho que se deban buscar urgentes medidas para solventar el déficit hídrico.

Mientras que, en la cordillera, otra situación que preocupa a muchos es la muy nombrada -pero poca conocida- “isoterma cero”. Según consignaba el meteorólogo Eduardo Sáez -para 24 Horas-, la isoterma cero es una línea de nieve, la cual permite saber desde que altura lloverá y desde cuál nevará.

Desde la Universidad de Chile estiman que esta línea sufrirá cambios del margen de los 300 a 500 metros en subida, trayendo esto como consecuencia que la nieve depositada en la cordillera esté a mucha mayor altura. Lo anterior generaría que se acumulara menos de este elemento y que las lluvias escurran más raudamente hacia el mar. Como éstos, hay otros factores. Algunos de ellos están estrictamente ligados al excesivo consumo en sectores más pudientes, los que utilizan piscinas y mantiene grandes cantidades de terreno con vegetación. Mientras que otros están unidos a las pérdidas de este elemento por parte de empresas sanitarias.

Situación hídrica actual en Chile

Como ha quedado en evidencia, son muchos los factores que mantienen a Chile en una compleja situación hídrica. Pero ¿ayuda la lluvia a revertir esta situación? La respuesta es no, siendo esta aclaración sorpresiva a vistas de las potentes lluvias que se han registrado durante el presente año.

El Informe Climatológico Diario Nacional de la Dirección Meteorológica de Chile -con datos al 27 de junio de 2021- indica que, en regiones como Biobío y Valdivia, las precipitaciones han presentado una disminución considerable. A la fecha, los milímetros caídos debieran ser de 512.3 y 835.1 respectivamente, pero los números -acorde al curso del año- se tornan preocupantes. Según las mediciones, los milímetros en el Biobío a la fecha son de 329.8, mientras que en Valdivia son de 490.6. Lo anterior, refleja un déficit de agua caída de -35.6 % y -41.3 % correspondientemente.

Esta situación contrasta con lo vivido el año 2019 cuando en algunos puntos del país, especialmente en la zona centro-norte, las precipitaciones fueron extremadamente escazas. Lo anterior dejó a la región de Atacama, según lo consignaran medios internacionales como BBC, con un déficit del -99 %.

René Garreaud, subdirector del Centro de Investigación del Clima y Resiliencia de Chile, consigna en El Mostrador que el país se encuentra atravesando una “megasequía” que comenzó alrededor del año 2010. Él cataloga este hecho como la década más seca de la historia de Chile, lo que continúa repercutiendo en la actualidad. Dejando con aquello claramente visible que el panorama actual, a pesar de que ha llovido más que en años anteriores, aún no es suficiente como para revertir la triste realidad en la que se encuentran los organismos vivos que necesitan del vital elemento para sobrevivir.

Revirtiendo el déficit hídrico

Hoy en día, la conciencia de las personas resulta ser de vital importancia. Por otro lado, la adaptación que debe tener la vida cotidiana, también toma relevancia en el actual escenario hídrico de Chile. Recordado es, por ejemplo, el comercial en el cuál aparecía Fernando Godoy y la ministra del Medio Ambiente Carolina Schmidt incentivando el ducharse en 3 minutos. O la campaña “Chile se está Secando”, en la que aparecía el rostro de un/a compatriota que se comenzaba a resquebrajar producto de la falta de agua.

Conjunto de organizaciones público-privada, como Fundación Chile, han presentado medidas para abordar la crisis del agua. Otros ejemplos son medidas de universidades como las de Concepción o la de Chile. Y como las anteriores, hay muchas otras entidades con campañas que han nacido con la finalidad de enfrentar esta crisis, intentar revertirla y luchar contra el cambio climático que pareciera no dar tregua.

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