Un horizonte ciudadano para el crecimiento de Concepción

Las ciudades no están construidas al azar, son la obra de un proceso de planificación que contempla expertos, a la ciudadanía, dinero involucrado, al gobierno, las municipalidades y otros actores que participan. Lo mismo sucede cuando una urbe se expande.

Al caminar por el centro de Concepción, es común que al mirar hacia el cielo se visualicen enormes edificaciones, algunas en construcción, o gigantografías, que anuncian la llegada de condominios, departamentos o casas nuevas en algún sector de la ciudad. El surgimiento de estos inmuebles está normado por el Plan Regulador Metropolitano de Concepción, que sirve de manual para las inmobiliarias. Estas instrucciones dictaminan cómo, donde, hasta cuantos pisos, cuantas casas y cuanto terreno se puede utilizar para erigir un nuevo poblado, condominio o departamento.

¿Qué es el Plan Regulador Metropolitano de Concepción?

Este programa, que tiene más de 17 años de antigüedad, define las áreas de extensión urbana, es decir, hacia donde y como va a crecer la metrópoli de la Región del Biobío. La principal propuesta de este proyecto es que Concepción sea 3 veces más grande de lo que es ahora. Este es un planteamiento complicado de llevar a la práctica, considerando que según un informe realizado en 2018 (en base al censo de 2017) por la empresa SGS SIGA, avalado por la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo, la gran mayoría de las comunas que componen el Gran Concepción no sobrepasan el 1% de tasa media anual de crecimiento poblacional.

“Claramente está sobredimensionado, respecto a la demanda de suelo y al crecimiento de la población. En el fondo lo que se está proponiendo es un modelo de ciudad que no se está planificando, sino que se le está dejando el espacio al mercado y las inmobiliarias para que decidan libremente la forma de crecimiento de la ciudad, porque existe una desregulación”, defiende Bruno Betanzo, un joven miembro de la agrupación Red Humedales del BíoBío, que lleva años trabajando en los efectos provocados por las actuales normas de construcción en Concepción y los cambios que se podrían realizar en la búsqueda de una ciudad más humana.

Vista nocturna de las comunas de Concepción, San Pedro de la Paz y Talcahuano, donde se puede apreciar la mancha urbana. @Guywenborne / Instagram.

La ciudad como derecho humano

Porque la urbe es también un espacio común. Existen diferentes características asociadas que nos atañen a todos los que transitamos por estos espacios. Esto es conocido como el “derecho a la ciudad”, un concepto que fue desarrollado hace más de 50 años por Henry Lefebvre, pero que recientemente ha sido reconocido mundialmente. Y que en Chile no está incluido carta magna: la constitución.

Este flamante derecho humano, según la organización ONU-Habitat, una ONG que busca mejorar las formas de vida en la ciudad, señala que “El Derecho a la Ciudad es el derecho de todos los habitantes a habitar, utilizar, ocupar, producir, transformar, gobernar y disfrutar ciudades, pueblos y asentamientos urbanos justos, inclusivos, seguros, sostenibles y democráticos, definidos como bienes comunes para una vida digna”.

Esto habla de una planificación de la ciudad pensando en las personas que van a habitarla. Diferenciado del modelo actual que rige en Chile, en el que se venden terrenos y se edifica en base al beneficio monetario que se pueda obtener de la construcción de los inmuebles.

Personas observando el edificio Alto Río, que se derrumbó por problemas estructurales tras el terremoto en Chile en 2010. La Tercera.

Planificar para las personas

Es que existen formas de expandir la ciudad sin dañar los ecosistemas “a lo mejor con más tecnología, que es algo que siempre le digo a la Cámara Chilena de la Construcción. En vez de sacar el agua de las napas subterráneas, quizás se pueda crear un sistema que vaya en línea con las necesidades de la ciudad, respetando sus ecosistemas”, indica la excandidata a constituyente, Ana María Cavalierie, que con ahínco ha dedicado 8 años de su existencia a mejorar la vida en la ciudad.

Mismos ideales que Camilo Riffo intentó llevar a la alcaldía de Concepción en su campaña para ser la máxima autoridad de la comuna: “Las ciudades tienen que adaptarse a una comprensión más humana. En donde existe autonomía de cada uno de los territorios y no se genera una hiperdependencia a través de esta forma de producción en donde el trabajo que es aceptado por el sistema es lo principal. Si no que, todas las distintas formas de expresiones de vida en el territorio, como: las niñas y niños, adultos mayores, personas en situaciones de discapacidad y mujeres. Todo lo que hoy en día no está siendo considerado y que se ha visto afectado por la estructuración de las ciudades” señaló Riffo.

Y todos los esfuerzos realizados tuvieron su recompensa. Hace uno días, mediante una publicación en el Diario Oficial, se dio a conocer que hubo un cambio en el Plan Regulador Metropolitano de Concepción. Se dictaminó que las edificaciones en altura solo podrán tener una altura máxima de 15 pisos. Un cambio importante que genera ilusión en aquellos que piensan en el futuro de Concepción tomando en consideración la vida que se alberga en la ciudad.

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