La sexualización de menores, un problema común en el anime

La infancia y adolescencia debiera ser cuidada y protegida a nivel global en todos sus ámbitos. En las primeras etapas de vida, gran parte de las capacidades físicas y psicológicas de un ser humano, por lo que si se quiere construir futuras sociedades prósperas es necesario garantizar los derechos de quienes serán los adultos del mañana.

En el mundo del anime, género de animación japonesa, es muy común que los protagonistas que dan vida a sus historias sean niños y adolescentes. A los personajes de este grupo etario se le atribuyen valores bien vistos por la sociedad nipona tales como la valentía, lealtad, perseverancia y amistad.

Hoy en día el contenido audiovisual originado en el seno de la cultura oriental, ha aumentado su popularidad gracias a que plataformas de streaming lo agregan a su repertorio, captando la atención de una audiencia homogénea. Sin embargo, su público objetivo y el más fiel, siguen siendo infantes, adolescentes y adultos jóvenes.

Sin duda, puede evaluarse como positivo que ciertos programas que antes cargaban con un estigma social o que eran mirados prejuiciosamente por las sociedades occidentales, se normalicen y ganen aceptación dentro de los diferentes grupos sociales. Situaciones como estas favorecen que los seguidores de anime puedan sentirse con mayor libertad al momento de expresar sus gustos sin temor a ser juzgados, lo que contribuye a una vida en sociedad más sana.

El problema radica en que muchas veces la animación japonesa tiende a sexualizar a sus personajes juveniles femeninos, sin considerar que posteriormente será contenido consumido por personas en etapas de formación cognitiva. Además, esta caracterización que sufren las jóvenes en estas series habitualmente está situada en un guión que reproduce la violencia simbólica y prácticas sexistas bajo situaciones de supuesto humor o como parte del cotidiano. Por ejemplo, en Dragon Ball, el Maestro Roshi, un anciano cuyo acoso a personajes femeninos es presentado en una situación cómica. 

En Valencia, la serie Dragon Ball fue cancelada debido a la sexualización del personaje femenino Bulma. Foto: Tierragamer.

Lo anterior es preocupante ya que los productos culturales son parte de la formación de las personas y crecer absorbiendo contenido que muestra la sexualización de menores como algo normal puede poner en riesgo la capacidad de los jóvenes al momento de identificar estos tipos de violencia en la vida real.

A pesar de los problemas que arrastra, es claro que la popularidad de este género seguirá en aumento. Para disminuir los efectos nocivos en los espectadores, es necesario que el sistema educativo brinde una educación sexual integral que permita formar espectadores críticos y conscientes que sean capaces de actuar ante la vulneración de sus derechos, ya sea ficticia o en la realidad.

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