El internet y las redes sociales se han apoderado de todo, incluso de la política y la forma de realizar campañas electorales, poniendo a los influencers en la base de la pirámide.

Desde el retorno a la democracia la forma de hacer política ha evolucionado constantemente y generó un mayor debate entre los ciudadanos (personas habilitadas para votar), el cual pasó de la mesa familiar a la digitalización en redes sociales y foros de discusión online, aumentando la opinión en torno a sus candidatos a diferentes cargos. El principal medio donde se generan estos debates es la página y aplicación Twitter, sitio donde personas de diferentes “colores políticos” comparten sus ideas, critican otras y apoyan lo que sienten que los identifica.

Dentro de los foros de conversación mencionados anteriormente, surgen personajes de talla política que, queriendo o no, comienzan a generar interés en el público. Algunos han aprovechado esta nueva popularidad para recaudar fondos de manera irregular, como es el caso del tiktoker “Another Brother” quien pidió donaciones a su cuenta bancaria para una posible candidatura a diputado, saltándose todo el conducto regular para financiar legalmente su campaña ¿es esto legal?

Las reglas de internet son diferentes a las de la vida real, en el espacio virtual se viralizan videos, como lo fue el de la “mamá pikachu”, quien al participar del estallido social logró obtener reconocimiento en redes sociales, para luego ser partícipe de la convención constitucional.

Por otro lado, la exposición a la opinión virtual no siempre es favorable. Las llamadas “funas” (exposición de acciones negativas de personas) han sido de gran importancia en las campañas actuales. Mediante una serie de acusaciones, la candidatura a Gobernador Regional del Maule de Francisco Pulgar Castillo perdió votos y adhesiones. Una presunta violación a una menor de edad, su imprudencia en la cobertura del caso de Ambar y sus dichos sobre Nabila Riffo, fueron significativos para su derrota en las elecciones de este año.

En conclusión, la tendencia de hablar de política en redes sociales se puede considerar beneficioso para conocer detalles sobre candidatos y personas que ejercen cargos públicos, que en medios tradicionales no se exponen.