El lado feo de la sequía en Chile: el caso de la región de Coquimbo

La megasequía en la zona parece estar acentuándose a pasos agigantados. El fenómeno, que se considera el peor en cuatro décadas, está obligando a cambiar el sistema productivo local para así optimizar el recurso hídrico en otras áreas, como el consumo humano.

El elemento vital cubre el 70% de la superficie de la Tierra, sin embargo, solo el 2,5% corresponde a agua dulce (ríos, lagos y glaciares). De ese porcentaje, el 0,62% es apta para el consumo humano, industrial y agrícola. Por lo mismo, se considera un recurso escaso. Si se analiza que cada persona necesita, en promedio, entre 2 y 5 litros diarios para subsistir, la escasez de este bien se hace aún más notoria. 

El panorama no es alentador. Así lo han confirmado diversos documentos relacionados con el tema, como el informe de Escenarios Hídricos 2030 (EH2030), el programa del Grupo Medioambiental del Sistema de las Naciones Unidas en Chile (SNU) y el reciente estudio del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC). No obstante, estos tres estudios coinciden y llaman a la sociedad a generar conciencia del uso apropiado del suministro. 

Situación extrema en la región de Coquimbo

En esta misma fecha, era común divisar los cerros cubiertos por un manto verde, producto de la vegetación que aparecía tras las intermitentes lluvias de julio y agosto. Los ríos, aunque nunca similares a los de la zona sur, traían suficiente agua para abastecer a los pueblos y predios cercanos por largos periodos, mientras que, en la ruta, se podían apreciar diferentes tipos de flora autóctona como la añañuca, romero y huillanes. Pero ¿cuál es la realidad que se puede observar actualmente? Solo aridez.  

La sequía que afecta a la región de Coquimbo parece no dar tregua. Y es que este fenómeno, de acuerdo con las autoridades regionales, es el más grave en los últimos 40 años. En los datos pluviométricos que entregó el Boletín Climático CEAZA Coquimbo, publicado este año, se puede apreciar el descenso de las lluvias de forma drástica desde el 2018.

Canal de regadío seco en el sector de El Palqui, comuna de Monte Patria. Fotografía: Jesús Manuel Herrera.

Esta situación, ha producido, a su vez, que los caudales disminuyeran considerablemente. Aunque los embalses de las cuencas de Elqui se encuentran con reservas del 92%, si se compara con el caso de la provincia del Limarí y Choapa, se presenta una fuerte disminución llegando, incluso, al 52% y 21% de sus capacidades respectivamente, según detalla el informe.  

En lo que respecta al consumo de agua potable, si bien gran parte de  la región está asegurada por las empresas de suministro, desafortunadamente existen  localidades que no tienen esa garantía. Tal es el caso del sector rural de Huatulame, ubicado a 50 kilómetros de la ciudad de Ovalle, en donde la crisis hídrica ya es insostenible. 

A diferencia de otros sectores, esta localidad no tiene el agua asegurada, debido a que tienen un comité propio, lo que impide que empresas puedan tomar concesión de este elemento vital y distribuirlo.  

 “Cerca de las 10 de la mañana comienzan a llegar los camiones aljibes para llenar los estanques del pueblo”, comenta Andrea Araya, exrepresentante del Comité de Agua Rural de esa localidad. El suministro, proveniente de la captación que tiene la Municipalidad de Monte Patria, ha salvado el consumo humano en el sector. Aunque en la administración anterior eran los mismos clientes de la organización quienes se encargaban de pagar la suma de 72 mil pesos por cada transporte, la situación cambió positivamente con la llegada del nuevo alcalde. Sin esta ayuda, el costo por tener el elemento vital aumentaría considerablemente. 

Araya agregó que desde septiembre del año pasado acarrean problemas con el suministro, porque el pozo que abastecía a la localidad se secó, no obstante, están centrándose en las soluciones. “Hicieron un estudio hidrogeológico donde el propósito es encontrar una cuenca nueva. Hallaron una, pero muy profunda y, por lo que entendimos, está a 102 metros de profundidad”, señaló. 

Por ahora, la situación está contenida gracias a los aportes municipales, pero si la crisis hídrica no presenta un cambio positivo en el futuro, llegará un momento en que tampoco habrá suministro para abastecer a otras zonas que, al igual que Huatulame, se puedan encontrar en circunstancias similares.

Predios agrícolas peligran en la región

Mientras recorre su parcela por videollamada, Luis Rojas (67) muestra la magnitud de la sequía en Sotaquí, sector principalmente agrícola que produce uvas para la exportación y que está emplazado a 11 kilómetros de la ciudad de Ovalle. Como productor, según comentó, tuvo el presentimiento de que este año no iba a ser lluvioso. Si en mayo guardaba la esperanza, a finales de junio, cuando el periodo de poda de la parra estaba en su pleno apogeo, terminó por convencerse de que la situación no cambiaría. 

Esto obligó a Rojas a tomar una decisión difícil. En menos de un mes, optó por reducir a la mitad la cosecha para este año, lo que implica una reducción en los costos asociados y podrá utilizar de manera eficiente el escaso riego que le proporcionan desde el canal de La Paloma. “La sequía nos ha afectado enormemente, porque la producción se ha visto reducida y eso genera más gasto que ganancias. El nivel de caudal que llega desde el canal de regadío es baja y no se puede hacer mucho por los escasos metros cúbicos”, afirmó.

El 60% de los cultivos ya no tiene cómo recibir agua. Fotografía: Cooperativa.cl.

Por su parte, Stefanie Collao, microempresaria agrícola de la localidad de El Palqui, cuenta que está nerviosa por lo que sucederá en el futuro. Para ella el panorama es incierto, pero eso no la desanima. “A nosotros nos avisaron que el agua para riego agrícola podría durar hasta octubre. Por eso mismo, estamos triplicando las horas de trabajo para cosechar lo más que se pueda hasta esa fecha”, expresó.

En una entrevista, consignada a diario El Día, el presidente de la Federación de Productores de Frutas de Chile (Fedefruta), Jorge Valenzuela, indicó que “la agricultura está pasando por un drástico cambio estructural producto de la escasez del agua”. Tal es la magnitud de la situación que se está planeando, en algunas zonas de la región, en dejar de regar campos para optimizar el recurso natural, puesto que la emergencia hídrica se extendería por un lapso prolongado.

La causa que podría estar al otro lado del mundo

Una masa de agua cálida en el sur del Pacífico, situada al este de Nueva Zelanda, estaría detrás de la megasequía que sufre el país desde hace más de una década. El fenómeno, del cual los científicos están analizando con detenimiento, podría generar condiciones de calor y sequedad en el territorio, produciendo la reducción de precipitaciones, el derretimiento acelerado de los casquetes en Los Andes y la degradación de los paisajes.

Según una investigación publicada en el Journal of Climate, el cambio climático provocado por la emisión de gases invernaderos es en parte responsable de esta masa de agua caliente y, por consiguiente, de la sequía. Sin embargo, el papel que ha desempeñado aún no está claro, ya que la variabilidad natural de las temperaturas oceánicas y atmosféricas también han intervenido en este asunto.

Para tener una idea gráfica, la enorme masa de agua caliente es más ancha que el territorio continental de Estados Unidos y ha aumentado entre 4 y 6 grados centígrados por sobre la temperatura normal. Pero, ¿cómo se produce esta condición? La respuesta es sencilla. La temperatura del agua influye directamente en el aire que está en la superficie enviando corrientes de viento cálido directamente a Chile, lo que generaría inestabilidad en las tendencias de presión, repercutiendo en las precipitaciones y condiciones de sequedad en el país.

Los satélites muestran cómo esta mancha roja se está moviendo en dirección hacia Sudamérica. Fotografía: Radio ADN.

La masa de agua es, quizás, solo el 3% del Pacífico Sur, pero se encuentra en una zona tan sensible que se produce esta cadena de acontecimientos. Las manchas oceánicas también se forman regularmente y se disipan en un par de años, no obstante, los investigadores descubrieron que el prolongado y pronunciado ritmo de calentamiento de la cuenca oceánica del sur va más allá de lo que podría ocurrir de forma natural.                                                                                                             

Al respecto, el climatólogo del Centro de Investigación en Sustentabilidad y Gestión Estratégica de Recursos (Cisger) de la Universidad del Desarrollo, Diego Rivera, cree que este fenómeno es causa directa del cambio climático. «Sabemos que la mancha es natural, pero se ve reforzada por el calentamiento global. Esa es la razón por la que ha durado tanto y es tan intensa», afirmó el experto.

Para el investigador, los resultados del estudio son inquietantes. “Me parece muy preocupante observar que el cambio climático provocado por el hombre está amplificando la gravedad de las megasequías. Si nos remontamos a la historia, este tipo de fenómenos fueron responsables del colapso de civilizaciones históricas como los mayas o la dinastía Ming y también podrían desestabilizar las culturas contemporáneas», dijo Rivera.

En esa misma línea, el académico añadió que “el hecho de que una franja de agua cálida, incluso de más de 8 mil kilómetros, pueda afectar las condiciones climáticas en distancias alejadas, demuestra hasta qué punto el cambio climático afectará al planeta”.

Hasta hace algunas décadas, el cambio climático parecía ser un hecho lejano en el futuro, pero ya es una realidad que está causando estragos en el mundo. Eventos meteorológicos de grandes magnitudes, sequías extremas y aumento del nivel de los océanos son los efectos que se pueden notar en distintas zonas del globo.

Trabajo y adaptación al cambio climático en la región

Un lapidario informe del Plan Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) señala de manera inequívoca que el calentamiento global es causado por la actividad humana y lamentablemente la sequía en nuestro país será una realidad cada vez más crítica. Ante esta situación el Seremi de Agricultura de Coquimbo, Rodrigo Órdenes, cree que las instituciones deben fortalecerse para hacer llegar las ayudas urgentes a las personas.

“Efectivamente existen diferentes informes que hablan de la situación y del cambio climático y que son muy desalentadores. Acá es importante el rol que juegan las autoridades y las instituciones. En el caso nuestro, las temáticas que tenemos que abordar principalmente son la desertificación, erosión y cuidados del agua a propósito de la escasez hídrica. Está situación nos ha llevado a adaptarnos a las circunstancias de hoy. Tenemos que revisar cómo se encuentran nuestras instituciones y los instrumentos que estamos utilizando para poder llegar de la mejor forma a la comunidad”, señaló la autoridad. 

Al mencionar sobre los sistemas productivos de la región de Coquimbo, la autoridad regional fue enfática en señalar que “las personas se tienen que adaptar a estas nuevas situaciones. Estamos viendo que muchos productores de cultivos están migrando hacia la zona sur por la escasez hídrica. Ante esto, estamos buscando alternativas para ser mucho más eficientes en el uso de agua y ayudando a nuestros productores para que puedan hacer frente a estos fenómenos extremos”, indicó Órdenes.

Según la ONG ambiental Greenpeace, Chile es el país que tiene la peor crisis de agua en el hemisferio occidental. Actualmente, el 76% del territorio se ve afectado por la falta de agua a causa de la escasez de lluvias y el modelo de gestión estatal de los recursos hídricos, que son considerados un bien privado y no priorizados para el consumo humano.

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