El vaso está medio vacío y medio lleno en la fascinante y divertida película ganadora del Oscar en la categoría a Mejor Película Extranjera.

En Otra Ronda, el equipo danés de ensueño formado por Mads Mikkelsen y Thomas Vinterberg vuelve a reunirse, ocho años después de la agonizante y tensa película La Casería, basada en una historia real. Con su última película, Vinterberg vuelve a la ficción, pero no pierde nada de la sutil tensión y la energía nerviosa que hizo que sus anteriores trabajos funcionaran.

La historia gira en torno a un temerario experimento que, según se afirma, mejora drásticamente la vida de una persona: mantener constantemente un flujo constante de alcohol en el torrente sanguíneo. Esta filosofía de la nueva era se apodera de los profesores de instituto Martin (Mikkelsen), Tommy (Thomas Bo Larsen), Peter (Lars Ranthe) y Nikolaj (Magnus Millang), todos ellos estancados en el estancamiento de la vida y desesperados por reavivar su espíritu juvenil.

En manos más débiles, un concepto así podría convertirse fácilmente en una comedia de mal gusto, pero el trabajo de cámara de Vinterberg y las fenomenales interpretaciones de Mikkelsen y compañía lo convierten en una devastadora descripción de caída libre en la mediana edad. Vinterberg utiliza un enfoque reducido para desgastar gradualmente el aura fría de Martin y sus intentos de tapar las grietas de su vida, hasta que alcanza una especie de velocidad terminal alcohólica que es a la vez electrizante y escalofriante.

Mikkelsen, Larsen, Ranthe y Millang captan a la perfección la asombrosa cantidad de autonegación de sus personajes, que continuamente se engañan a sí mismos creyendo que este experimento podría funcionar realmente y que está basado en un razonamiento científico real. El brillante uso de los intertítulos aporta una mayor gravedad a su experimento, señalando su nivel de alcohol que aumenta lentamente, al tiempo que parodia la idea de que simplemente están realizando un estudio académico.

Otra Ronda es un cóctel endiablado de película, por momentos vigorizante, caótico y aterrador, e impulsado por cuatro sensacionales interpretaciones centrales. Vinterberg nos niega con maestría cualquier respuesta fácil, ofreciendo un drama deliberadamente provocador que huye de la predicación melodramática y nos implica en la juerga de los borrachos.