Sueños de niñez: el pedregoso camino al triunfo en el fútbol siendo mujer

El fútbol femenino ha sido relegado a estar en las sombras del balompié nacional, lejos de los elevados sueldos de los planteles de honor masculinos de equipos de Primera División, sin contratos, con dificultades para contar con canchas para entrenar, pelotas para jugar y hasta sin utilería para enfrentar un encuentro. A pesar de todo, han remado contra la marea y han elevado el nombre de Chile hasta lo alto del fútbol internacional.

En el año 2012, Colo Colo se convertía en el primer combinado femenino chileno en levantar la Copa Libertadores. Dentro de los nombres que participaron en ese hito histórico se encuentran Carla Guerrero, Geraldine Leyton, Yanara Aedo, Rocío Soto, Gisela Pino y la máxima referente del fútbol femenino a nivel nacional, Christiane Endler.

Este hecho no solo quedó enmarcado para la posteridad por la obtención del título, sino que también porque se armó la base de la selección dorada de fútbol, que logró participar por primera vez en la copa del mundo de la FIFA y en los Juegos Olímpicos. Aunque se cansaron de doblarle la mano al destino, todas las jugadoras tienen algo en común: la lucha por surgir en la precariedad del fútbol femenino local.

El oscuro funcionamiento del fútbol nacional

Actualmente, al igual que sucede con el Fútbol Joven sub-18 y sub-21, los clubes de Primera División deben contar por obligatoriedad con un equipo femenino, ya que, según dictan las normas de la CONMEBOL, todas las instituciones que clasifiquen a la Copa Libertadores deben tener un plantel compuesto por mujeres.

Sin embargo, esta regla solo señala que un grupo de mujeres debe representar a la institución, no que el club debe aportar económicamente al desarrollo del fútbol femenino. Ejemplos negativos abundan, como el caso de Unión La Calera, que por segundo año consecutivo se encuentra luchando por la obtención del campeonato masculino de Primera, pero cuyo equipo femenino debió sobrevivir en base al esfuerzo diario de las jugadoras y el cuerpo técnico, porque el único apoyo que tenían desde el club era el préstamo de la ropa de la institución.

“Los dirigentes eran súper desinteresados, partiendo porque no teníamos nada, todo era auto sustentado por nosotras; cancha, equipo, lesiones, balones, implementos deportivos, entre otros. Además, ninguna tenía contrato. El panorama nunca cambió y mi equipo dejó de representar a Calera y la determinación de la institución fue eliminar la rama femenina”, recordó Millaray Fuentes, quién defendió los colores “cementeros” por 2 años y que actualmente espera su oportunidad para retornar a las canchas.

Plantel femenino de Unión la Calera previo a un enfrentamiento. View Sports.

Esta historia se repite en la gran mayoría de las jugadoras de fútbol; la indiferencia de los clubes y la poca importancia que se le ha otorgado a esta rama del deporte. No solo por parte de las instituciones, sino que también por el ente regidor del balompié nacional. La Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) no ha creado normas claras que apoyen a las deportistas y tampoco fiscaliza la labor económica de los clubes en sus divisiones femeninas.

El camino hacia el profesionalismo

Se ha avanzado hacía un futuro que contemple igualdad de condiciones para los y las futbolistas, pero se camina a paso lento. Aún en los más grandes equipos del mundo todavía existe una brecha enorme, sobre todo en términos salariales.

En Chile, hay clubes que han dado el ejemplo en la profesionalización del fútbol femenino, como lo son Santiago Morning y Colo Colo. En el caso del “chago”, la misma institución ha reportado que recibe mayores ingresos por la venta de camisetas femeninas que las de sus pares masculinos. Además del apoyo general, estos equipos tienen la posibilidad de jugar como local en estadios con dimensiones que se encuentran en línea a las normas profesionales de FIFA.

Otro de los beneficios que les otorgan estas instituciones a las futbolistas son bonos por logros deportivos en caso de alcanzar ciertos objetivos, como coronarse campeonas en el medio local, lograr un cupo a Copa Libertadores o avanzar en el mismo certamen. No obstante, esta política compartida por “albos” y “bohemios”, es una excepción entre los clubes nacionales.

El tema monetario representa el principal problema entre instituciones y jugadoras. Hace unos días atrás, la dirigencia del club Santiago Wanderers anunció que se le otorgaría un premio de 240 millones de pesos al equipo masculino, en caso de mantenerse en la máxima competencia del fútbol nacional, el Campeonato Plan Vital, tras el pésimo año que los tiene últimos en la tabla de posiciones, con solo 8 puntos en 19 encuentros.

En la otra vereda, las “caturras” ya se encuentran descendidas a la Primera B del fútbol femenino y no se les ofreció ninguna clase de incentivo para luchar por la permanencia. Es más, las jugadoras no tienen ningún vínculo contractual con la institución portuaria.

Jugadoras “albas” celebrando el gol del triunfo en el último enfrentamiento versus las “bohemias”. Colo Colo.

La mirada local

Durante varios años, los principales elencos femeninos de la Región del Biobío​, Universidad de Concepción y Fernández Vial, tuvieron que recurrir a diferentes fuentes de financiamiento para lograr participar en los torneos organizados por la ANFP, debido a que recibían un aporte insuficiente para el desarrollo de la actividad, tanto por autoridades como por sus clubes.

No obstante, para la alegría de las jugadoras, las familias y el público, que ha seguido incondicionalmente a estos planteles, estas situaciones perjudiciales se comenzado a revertir.

Una gran señal se entregó desde la Municipalidad de Concepción, cuando el alcalde de la comuna, Álvaro Ortiz, anunció que a partir de diciembre del 2020 no se le cobraría por el uso del estadio Alcaldesa Ester Roa Rebolledo a los equipos femeninos de Fernández Vial y Universidad de Concepción. De esta forma, les abrió las puertas de un estadio de primer nivel, remodelado recientemente para albergar encuentros internacionales.

En ese sentido, la arquera del cuadro “vialino”, Macarena Vergara, comentó: “Desde que llegué al club hemos tenido que pasar por muchos momentos difíciles y de incertidumbre, pero es emocionante y gratificante darnos cuenta de que valió la pena todo el esfuerzo que hicimos. Hoy en día tenemos mucho más de lo que en algún momento soñábamos. Con respecto a la posibilidad de jugar en Collao, ha sido difícil adaptarnos a otro tipo de terreno, diferente al que solíamos usar para entrenar y jugar, pero afortunadamente el club consta con una cancha similar a la del estadio, por lo que poco a poco nos hemos ido adaptando a jugar en una cancha profesional”.

Desde la otra vereda, la jugadora de UdeC, Camila Torres, también señala que mantenerse vigente en el fútbol femenino es una lucha constante: “El club nos entrega apoyo para los viajes, entrenamientos y vestimenta, sin embargo, ninguna de nosotras cuenta con contrato profesional, solo ayudas económicas para algunas jugadoras. Actualmente nos encontramos concentradas en lograr avanzar en la fase eliminatoria”.

Jugadoras de la Universidad de Concepción y Deportes La Serena en el estadio Ester Roa. ANFP.

Entre las 8 mejores del país

Tanto las “inmortales” como las “auricielo” lograron instalarse entre las ocho mejores escuadras del país en la fase final del torneo que se comenzará a disputar a fines de septiembre. A pesar de esto, las del “campanil” siguen sin percibir un aporte monetario por los encuentros que disputan ni por las horas de entrenamiento que dedican.

La dirigencia de Fernández Vial se encuentra en un proceso de lograr consolidar un plantel completamente profesional. Actualmente, el equipo recibe aportes económicos, pero no todas las jugadoras están sujetas a un vínculo contractual con la institución.

El proyecto está a cargo del ex jugador de fútbol Antonio Zaracho, quien se encuentra ejerciendo el cargo de director técnico del plantel femenino. Zaracho afirmó que “el objetivo a partir de este año es profesionalizar la rama femenina de nuestro club. Partimos organizándonos con algunas de las chicas que ya estaban en el plantel y con algunos refuerzos nacionales, lamentablemente, por la pandemia no pudimos contar con contrataciones extranjeras, que era una de nuestras metas. A pesar de todo, ya cumplimos con lograr disputar la fase eliminatoria y nos ilusionamos con lograr levantar la copa”.

Sin recinto para la eliminatoria

No obstante, una nueva información ha golpeado a los planteles del fútbol femenino local de cara al desarrollo de la fase final. El estadio Alcaldesa Ester Roa Rebolledo, que también alberga encuentros de los planteles de varones de Fernández Vial, Deportes Concepción y Universidad de Concepción, se encuentra con su gramado en malas condiciones tras los temporales que han azotado la zona sur de Chile, por lo que desde la Municipalidad se tomó la determinación de “sacrificar” el fútbol femenino, ocasionando que las jugadoras vuelvan a otros campos de juego con menores prestaciones y comodidades.

No solo las futbolistas se ven afectadas directamente por el drástico cambio entre los terrenos, sino que también complica la difusión comunicacional, sobre todo por los aforos de la pandemia y la imposibilidad de realizar transmisiones de los partidos en ciertos recintos. La Pelota es Mía es un medio de comunicación de las regiones de Biobío y Ñuble que realiza un seguimiento noticioso continuo sobre los equipos masculinos y femeninos de la zona. Uno de sus periodistas, Maximiliano Koch, comentó sobre las dificultades que traen consigo los cambios de escenarios: “Así como crece el compromiso de cubrir el fútbol femenino también los clubes han facilitado el acceso a la información para la difusión. Sin embargo, si lo comparamos con el masculino, en ocasiones es complicado lograr asistir a los encuentros, debido a las condiciones de los recintos en los que se juegan, algunos no tienen techo, otros incluso no tienen galerías”.

Lo que en algún momento fue una esperanza, hoy se transforma en una desilusión, sobre todo cuando ambas escuadras se encuentran trabajando arduamente para conseguir logros deportivos, como también para cumplir su sueño de ser futbolistas profesionales. Y no pierden la ilusión, no importa cuantas veces las decisiones de terceros afecten sus vidas como deportistas, no descansarán hasta que la igualdad sea una realidad en todos los ámbitos.

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