Maltrato animal: viejas tradiciones están siendo cuestionadas por el trato hacia las especies

Con el rechazado proyecto que buscaba prohibir las carreras de galgos, se volvió a encender el debate sobre los derechos de los animales. Tradiciones para algunos, para otros, sinónimo de maltrato animal. Autoridades y parte importante de la ciudadanía sostiene que son actividades que se deben erradicar.

Por Aníbal Torres y Tomás Garrido

El pasado jueves 23 de septiembre, la sala de la Cámara de Diputadas y Diputados rechazó por falta de quorum el proyecto que busca prohibir y sancionar la organización de carreras de perros en Chile. Al momento de votar, la moción obtuvo 59 respaldos, 40 negativas y 22 abstenciones.

Esta votación no fue suficiente, por lo que la iniciativa quedó archivada y no se podrá legislar al respecto hasta pasado un año. En definitiva, el proyecto buscaba modificar la Ley 20380 sobre la Protección de Animales y así prohibir toda carrera de perros, cualquiera sea su raza, en todo el territorio nacional. Para ello, se establecía una sanción de presidio menor en su grado mínimo y una multa de hasta 1 500 000 pesos.

Las posiciones en la discusión de la iniciativa fueron muy contrapuestas. Los defensores del proyecto pidieron eliminar esta actividad por considerar que atenta contra los animales. Enfatizaron que se trata de seres sintientes que reciben tratos vejatorios.

“La gran mayoría en Chile está en contra de las carreras de perros y el rodeo, que es un proyecto que se va a ver en octubre. Para nosotros no es tanta la sorpresa porque sabemos que esta composición del parlamento es bastante retrógrada y esperamos que la Convención Constitucional reconozca los derechos de los animales, porque hoy el sistema jurídico chileno los considera ‘bienes muebles’”, manifestó el diputado del distrito 20, Félix González, sobre la votación del proyecto que buscaba prohibir estas carreras.

Según encuesta Ipsos, el 78% de los consultados menciona que los animales tienen la facultad de tener sensibilidad al dolor igual a los humanos. Créditos: animanaturalis.org.

Otras opiniones sobre la iniciativa calificaron a los criadores de perros galgos como «los verdaderos animalistas» y que la prohibición atenta contra las tradiciones de nuestro país. En esta línea, intervinieron diputados del oficialismo que manifestaron que, más que prohibir las carreras, hay que regularlas y fiscalizarlas. Además, descartaron de plano que los maltratos descritos en el proyecto sean la norma.

Tradiciones que ya están prohibidas

Hoy hay múltiples actividades cuestionadas por el maltrato animal involucrado en su desarrollo, como es el caso de las peleas de gallos. Los primeros antecedentes datan de los tiempos de la Colonia en Chile: fue el gobernador García Hurtado de Mendoza quién introdujo las riñas de gallos durante el año 1558, las cuales provenían desde Perú y España. Desde ese entonces, estas pelas continuaron su curso histórico, hasta que fueron prohibidas por el director supremo Ramón Freire a través de la firma de un decreto el 15 de septiembre de 1823.

Bajo la mirada de la ley, las peleas de gallos son un delito debido a que el Consejo de Defensa del Estado consideró que las riñas de gallos son contrarias a la Ley 20380. Legalmente, este tipo de actividades corresponden a un “acto típico jurídico de maltrato animal”, ¿por qué?, porque no es un deporte. Según la ley, para que sea una práctica deportiva como tal, requiere que haya una intervención humana.

La Federación Deportiva Nacional de Rodeo Chileno define la instancia como “un deporte ecuestre típicamente chileno, de velocidad y contacto, en el que participa una pareja de jinetes montados en caballos de raza chilena. Ellos deben arrear y atajar a un novillo en tres oportunidades consecutivas, sobre dos quinchas acolchadas al interior de una medialuna”. Esta tradicional actividad se originó a raíz de los quehaceres agropecuarios que se desarrollaban en el campo chileno. No fue hasta la década de 1960 que, por medio del oficio n.º 269 del Consejo Nacional de Deportes y el Comité Olímpico de Chile, se reconoció al rodeo como una disciplina deportiva.

En la actualidad, el rodeo y la rayuela son considerados como deportes nacionales, situación que ha sido duramente criticada desde agrupaciones animalistas y parte importante de la ciudadanía. Al constante estrés al que están sometidos los animales, se le suma la descarga de electricidad que se les propina con el fin de que los novillos se paren y terminen la vuelta, en la que se les azota contra la pared.

En cuanto a dineros públicos involucrados, es precisamente esta categoría legal de deporte que le otorga el mencionado artículo 16, la que le permite al rodeo chileno acceder a irrisorias cantidades monetarias de origen estatal. Durante el año 2019, solo a propósito de aportes municipales y de gobiernos regionales, los diversos clubes y asociaciones de rodeo chileno recibieron más de 1 130 millones de pesos en todo Chile, según información obtenida por la Ley de Transparencia.

Organismos públicos aportaron más de $3 000 millones al rodeo en los años 2016 y 2017. Créditos: elcontraste.cl.

Ante las críticas que se emiten a lo largo de todo el país por parte de agrupaciones animalistas, el presidente del Club de Huasos Montados de Florida, Ricardo Segovia Arévalo, manifestó que “así como nosotros respetamos a todas las personas, ellos también nos deben respetar a nosotros y a las tradiciones que se hacen a lo largo de todo Chile. Este es nuestro deporte nacional y tenemos que respetarlo como tal. Siempre hemos cuidado y tratado bien a los animales, nunca los hemos maltratado. Estamos esperando que las autoridades nos den el visto bueno para poder volver a realizarlo con público en nuestra medialuna”.

La actividad criolla está protegida ante la legislación chilena. Tras el dictamen n.º 68953 en el año 2009, se estableció el rodeo como una actividad deportiva lícita, de acuerdo con los términos del artículo 1° de la ley 19712. Al mismo tiempo, el artículo 16 de la ley 20380 sobre Protección de Animales, menciona que las normas de aquel escrito legal no tendrán efectos en los deportes que tengan participación de animales, tales como el salto ecuestre, la hípica, las carreras a la chilena, el rodeo, entre otros. En definitiva, estas prácticas se regulan a través de sus propios reglamentos.

“Es importante entender que cuando se discutió la aprobación de la Ley General de Protección Animal durante el año 2009, las distintas coaliciones políticas acordaron la aprobación de esta ley, a cambio de dejar fuera de forma expresa al rodeo chileno y otras actividades que utilizan animales. Todo esto a través del artículo 16 de esta norma. En definitiva, a través de este artículo, por una parte, se reconoce al rodeo chileno como deporte y, al mismo tiempo, se le deja libre de la aplicación de las demás normas de protección de la ley 20380”, explicó el abogado Jonathan González.

Abandonar tradiciones para respetar especies

La discusión en torno al proyecto que buscaba prohibir las carreras de galgos despertó el debate sobre el tema más importante, que es el maltrato y crueldad animal en prácticas que han traspasado generaciones con el velo de una tradición.

Respecto a lo último, el sociólogo Manuel Rodríguez sostuvo que “lo indubitable desde una perspectiva sociocultural es que los usos y costumbres – entre ellas algunas tradiciones – están siempre sometidas al escrutinio social en cada una de sus etapas. Nada es perenne y el cambio es la constante. Cuando la sociedad avanza en la superación estrecha del antropocentrismo para aceptar el imperativo de la relación armoniosa del hombre con otras especies y el medio ambiente, esas prácticas, que en antaño fueron tradiciones en ciertos ámbitos socioespaciales, hoy resultan un agravio inaceptable”.

180 000 personas han firmado una petición para prohibir el rodeo y ya se han presentado dos propuestas de ley en ese sentido durante el 2021. Créditos: 24horas.cl.

Bajo la misma línea, Sofía Durán, animalista y candidata a diputada por el Distrito 20, sostuvo que “las tradiciones de nuestro país son necesarias en la medida de que se prohíba el maltrato animal, considerando también prácticas como el rodeo y muchas más. Este tipo de política es la que necesitamos erradicar. Es urgente que avancemos en la protección y cuidado de los animales. Que sean vistos ante la nueva constitución y en la ley como sujetos de derecho, y no como objetos”.

Sobre lo que apunta Durán, es imperante revisar a profundidad, en los espacios de debate político y público, las materias que están ligadas al trato de las especies. Una parte importante de la ciudadanía busca acabar con este tipo de prácticas para consolidar, de forma definitiva, los derechos de los animales como seres sintientes. El tiempo avanza y ciertas tradiciones comienzan a quedar atrás, ya no se debe aceptar que un animal sea expuesto a cualquier tipo de maltrato por un mal llamado “deporte”.

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