La industria audiovisual y su impacto en la sociedad

Con el paso de los años, la constante creación de contenidos ha ido ganando terreno en la vida de las personas, obteniendo adeptos como enemigos. Algunos se acercan a ellos como un pasatiempo, mientras que otros lamentablemente se introducen en ella y la transforman -prácticamente- en su vida misma.

Por Scarlett Ávila y Jordan Venegas

Desde 1926, año en que se iniciaron las primeras transmisiones a través de la televisión, la creación de contenidos ha sido un trabajo arduo para atraer a las masas. Éstas con el pasar de los años han ido variando, al igual que modificándose gracias al avanza raudo de las tecnologías, atrayendo así a nuevos consumidores y de todas las edades.

Lo que se escoge ver en los celulares, computadoras o en las televisiones, son regularmente contenidos del agrado de cada individuo, los que a la vez generan el nacimiento de fanáticas y fanáticos. Éstos seguidores acérrimos varían en áreas y temáticas, quienes además comienzan a interactuar entre ellos y crear comunidades de personas, los que se reúnen y realizan actividades tanto de manera física como online -sobre todo en medio de la actual crisis sanitaria-.

Acorde a lo anterior es necesario preguntarse ¿qué produce que ciertos tópicos se hagan tan llamativos? ¿Cómo es que ciertos contenidos se vuelven más masivos que otros? Tal vez las respuestas puedan ser entregadas por sus mismos creadores, quienes en su mente visualizan estos materiales audiovisuales, como también se pueden obtener por aquellos que los disfrutan en cada momento que lo deseen.

La creación y el consumo

Toda creación tiene su trabajo de planificación y ejecución, los que siguen una extensa ruta antes de llegar a los distintos receptores, tanto en una comunidad en específico, como en una región, país o a todo el mundo -como es el caso de las grandes producciones de películas y series-. Además, con cada paso que se da, también se espera concretar múltiples desafíos que logren conectar de buena manera con la audiencia.

En ese sentido, Macarena Concha, que es creadora de contenidos y especializada en cine y televisión, explica que uno de los desafíos más importantes “es tener claridad de cómo influimos” en la generación de materiales audiovisuales. Lo anterior, principalmente porque “los contenidos deben tener un mensaje idealmente positivo”, con el cual se pueda ayudar a transmitir correctamente buenos valores al público objetivo.

Las creaciones audiovisuales -y su masificación- han ido creciendo día a día junto con el avance tecnológico. Fotografía: José Facchin.

Un claro ejemplo de esto es la actual y tan conocida ola coreana. Hoy en día, ésta se encuentra fuertemente liderada por el grupo BTS, quienes han tenido un ascenso exorbitante de popularidad dentro de la industria musical. Esto refleja la concreción de uno de los desafíos que planteaba anteriormente Macarena Concha, que consiste en la correcta transmisión de mensajes. Principalmente el grupo formado en Seúl, el cuál ha impactado la vida de miles de jóvenes alrededor del mundo, ha utilizado su fama para hacer el bien y concientizar, tal como quedó de manifiesto en la pasada Asamblea General de Naciones Unidas.

Sus seguidores no desconocen eventos como éstos, ya que siguen en todos los sentidos a sus ídolos. Un ejemplo es Francisca Bustos (20), quién sigue al grupo desde hace aproximadamente cinco años, y que les ha visto crecer en la industria. “Ellos atrajeron a un grupo de personas, y no solo por el mensaje de amarse a sí mismo, sino que desde mucho antes escribían letras sobre la juventud y el cansancio”. Así como ella son muchos más los que se sienten identificados con lo que su música comunica.

Frente a temas como éstos, Macarena Concha asevera que “la absorción de contenidos está ligada a las características de cada persona”, el cual es uno de los principales focos por los que muchos tópicos van cambiando constantemente. Agrega que “los contenidos van evolucionando de acuerdo al perfil y target al que uno va apuntando”, y en este sentido las redes sociales son un medio importante en la transmisión de éstos, además de ser un factor relevante al momento de evaluar por qué se vuelven más virales que otras cosas.

Importancia de las redes sociales

Según un estudio realizado por Hootsuite (2021), las redes sociales son usadas por el 82.3 % de la población chilena, siendo este un número que va creciendo de manera gradual con el paso del tiempo. 

En la actualidad, dentro de toda comunidad de personas las redes sociales se han ganado un lugar privilegiado, siendo éstas fundamentales para mantener un cierto grado de comunicación y organización. Por otro lado, también han servido como verdaderos megáfonos que atraen o segregan las preferencias de las personas.

La anterior es una visión que comparte Irma Gonzáles (22), quien además recuerda que “antes tenías que ir a lugares específicos para interactuar con otras personas a las que les guste lo mismo”. Ella -como consumidora de animé- ha visto las evoluciones que su comunidad ha enfrentado con el pasar del tiempo, dando también énfasis al hecho de que ahora existe un auge mayor que al de antes. Y asegura que solo “basta con que pases un rato en alguna red social y de seguro encuentras el fandom que buscas”, relata.

Weverse y VLive son las aplicaciones que más usan los fanáticos del pop coreano para comunicarse directamente con sus ídolos. Fotografía: Blog Ba Na Na.

“Es fácil olvidarte de tus problemas”

Una de las razones principales por las que estos tópicos se mantienen relevantes durante años es gracias a la fidelidad de muchos de los fanáticos, pero ¿qué hace que gran cantidad de personas se mantengan activas y constantemente leales a una o más de estas comunidades?

Una de las respuestas que colaboran en dilucidar esto la entrega Irma. Ella asevera que no es algo netamente de entretención, sino que va más allá, adentrándose incluso en lo psicológico. “Es fácil olvidarte de tus problemas, aunque sea momentáneamente» menciona, comentando además que el consumidor se “concentra en los personajes, sus vidas, sus sueños y sus problemas”. 

De esta manera se van generando lazos entre quienes generan contenidos y quienes los consumen, produciendo también cierta dependencia emocional.

Francisca explica que se siente “super conectada con ellos a través de redes sociales”, haciendo referencia a la comunicación que posee BTS en diversas plataformas con sus seguidoras y seguidores. También asegura que se alegra de “que ellos den tanto contenido para sentirse confortada”.

Esto manifiesta que los vínculos que se crean son profundos y -que los límites que cada persona establezca- dependen estrictamente de ellos mismos. En algunos casos, lamentablemente no existen fronteras para discernir y establecer la realidad de la ficción, siendo el momento en donde deben hacer ingreso los especialistas para colaborar en el correcto restablecimiento de la vida normal. 

Fanatismo intransigente, desconexión con el mundo

Dentro de esta dependencia que se crea para con la industria audiovisual, la voz de los profesionales tiene una cabida muy importante. Ellos comparten un consenso en general, dentro de los que destacan la importancia de generar horarios e incentivar, tanto a las niñas, niños y jóvenes, a desarrollar actividad física y a compartir con sus familias para evitar problemas emocionales o físicos.

Patricia Flores, tecnóloga médica del laboratorio Happ, menciona que una exposición constante a material audiovisual puede generar diversas patologías. Dentro de éstas se encuentran los “problemas visuales, dolores de cabeza, dolores musculares y articulares”, los que se producen debido a las malas posturas y prácticas. También asegura que “con el paso del tiempo -estas dolencias- pueden transformarse de malestares transitorios a permanentes”, o incluso llegar a la necesidad de tener que asistir a tratamiento médico.

Diversos trastornos pueden generarse debido a la constante exposición a pantallas. Fotografía: Consumer Eroski.

En el ámbito psicológico también se comparten opiniones, sobre todo al pensar en posibles riesgos de trastornos psiquiátricos, los que traen consigo diversas consecuencias. Cris Tapia Benítez, psicóloga, asegura que el consumo excesivo de series o televisión -junto con acrecentar los riesgos de trastornos- “pueden desarrollar algún tipo de problema de personalidad, (…) falta del control de la impulsividad y posible deterioro de las tareas y funciones ejecutivas” con las que cuenta todo individuo.

Sin duda la pandemia ha acrecentado los tiempos de exposición a los contenidos audiovisuales que se van generando, pero el autocontrol es fundamental para no transformarse en un dependiente de éstos. Punto que recalca Gustavo Danoun, psicólogo, quien asevera que toda persona entrega “señales que hay que considerar para intervenir en un futuro”.

Por otra parte, el mismo facultativo especialista, pone énfasis en aquellas personas que “comienzan a combinar la ficción con la realidad, o cuando comienzan a dejar de hacer cosas” con la finalidad de observar cualquier tipo de contenido audiovisual. 

Cuando el mundo se encuentra interconectado entre sí, y existe la posibilidad de acceder incluso a los contenidos del sector más recóndito del mundo, es imperioso que no tan solo cada individuo conozca sus límites y capacidades, sino que también su familia esté atenta a las señales que observan.

Muchas veces el control se pierde, y de manera silenciosa, el daño comienza a carcomer el interior humano. Cuando aquello pasa, lo mejor es vivir un periodo como lo sucedido hace días atrás, cuando las principales redes sociales del mundo cayeron y existió un periodo de desconexión casi total con el mundo globalizado. Gracias a esto muchas familias se conectaron nuevamente a través de la red verbal, como otras simplemente rieron y se reunieron a través de algún aparato o juego para compartir, pero en manera conjunta, y sin olvidarse de los demás ni de ellos mismos.

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