“Lo cancelaron porque encuentran que es para los zorrones, para capitalistas”, dijo el ex candidato del partido Republicano José Antonio Kast, durante el último debate presidencial ad portas de las elecciones donde triunfó su contendiente Gabriel Boric. Esto debido a conversaciones sobre el futuro cultural de Chile y el problema que presentó la organización del festival Lollapalooza para su edición 2022.

Por Bárbara Cartes Valderrama.

Fue una declaración que, si bien no causó mayor impacto, se relaciona con el pensamiento de más de una persona en Chile con respecto a lo que significa pagar para vivir la experiencia de un recital repleto de artistas de talla mundial, y que el próximo año cumplirá 10 años en el país.

Lollapalooza nació en Estados Unidos y fue traído a Chile en el año 2011, convirtiendo al Parque O’Higgins en el primer espacio en contar con esta celebración musical en Latinoamérica.

Se trata de 3 días repletos de música en estilos variados y en diferentes escenarios dispuestos en distintos puntos con presentaciones simultáneas, no obstante, ¿es este evento para todos o solo para los zorrones?

No existe una definición oficial del chilenismo, pero en simples palabras hace referencia a personas de clase alta, generalmente jóvenes que se mueven en los eventos y lugares más exclusivos del país. Según discusiones en redes sociales y conversaciones casuales la mayoría de las veces no es un espacio accesible para todo público, menos siendo una experiencia que además de artistas tiene escenarios múltiples y otros elementos que hacen que el valor de entrada fluctúe y dependa de que tan rápido seas para alcanzar preventa o los días que te interese asistir.

El Mercucio afirma que, desde el primer evento, el valor de las entradas se incrementó en más del 80 %. A pesar de que ahora se extiende por tres días, Chile sigue siendo uno de los países que ofrece las entradas más altas luego de Brasil y Estados Unidos.

Y es que Lotus Producciones, encargados su realización, tampoco han estado exentos de polémica durante los últimos meses. Recordemos que por el contexto sanitario la edición anterior tuvo que ser suspendida y actualmente se traslada al Parque Bicentenario en la comuna de Cerrillos.

Si bien el cambio de locación no supone mayor problema, es cuestionable el valor monetario que conlleva vivir una experiencia así. Aunque consiste en un popurrí de muchos artistas, pensados por la administración del festival según las corrientes que están marcando tendencia en la cultura popular y en todas las edades, también puede ser más una moda impuesta y que exige a las personas pagar montos de dinero excesivos.