Navidad en el hospital: ¿cómo llenar de magia este lugar?

La Nochebuena ya está por llegar y nadie queda ajeno a la emoción de esta festividad, y aunque muchos pasan este día rodeados de su familia, hay otros que deben vivirlo lejos de casa, junto a sus compañeros de habitación.

Por Deniss Monsalve y Sofía Sepúlveda

La Navidad es para muchos la época más esperada del año, pero principalmente para los pequeños del hogar. Una linda cena, emotividad y, cómo no, los regalos, hacen de esta fecha la mejor. ¿Cuántos no hemos contado los días para que llegue el Viejito Pascuero? o ¿quién no ha estado ansioso por abrir los regalos? Son tantas emociones que pareciera que todo lo malo se olvida por un momento y no podemos hacer más que disfrutar.

Sin embargo, no todos vivimos de la misma manera esta festividad, pues hay quienes pasan la Nochebuena de una forma muy distinta, alejados de las luces navideñas, la familia y el ambiente de festejo, para permanecer un día más en una pieza de un hospital. Esta es la historia de algunos niños y niñas que, por problemas de salud, deben pasar estas fiestas internados en algún centro asistencial para así hacerle frente a alguna patología.

Permanecer lejos de casa debe ser una de las cosas más tristes que nos toca vivir y, peor aún, en tiempos de tanta sensibilidad como estos. Estar en un hospital no es agradable para nadie y mucho menos para los más pequeños que esperan esta celebración con tantas ansias. Por ello, siempre existe una luz en el camino y hay quienes intentan hacer de estos complicados momentos episodios llenos de alegría.

Para conocer más de cerca lo que es pasar la Navidad hospitalizado, conversamos con distintos funcionarios del Hospital Clínico Regional Dr. Guillermo Grant Benavente de Concepción, quienes nos contaron cómo pasan estas fechas junto a las y los menores que se encuentran internados y, a la vez, cómo hacen para empapar de felicidad cada rincón del Servicio de Pediatría y de la Unidad de Oncohematología Pediátrica de este centro asistencial.

La pandemia ha complejizado todos estos planes, así lo señaló María Paz Saravia, asistente social y jefa de la Unidad de Acompañamiento Espiritual, quien aseguró que con la llegada de la COVID-19 todo ha cambiado. “Con el virus aquí no hemos podido hacer mucho. Las personas ajenas al hospital no pueden ingresar y las visitas están suspendidas”, aseveró la funcionaria.

A causa de lo anterior, la organización interna del hospital ha debido empezar a trabajar a toda máquina, para así entregar una linda festividad a sus pacientes. Según rememoró Angélica Tisnao, educadora de párvulos del Servicio de Pediatría, “antiguamente acudían muchas organizaciones, fundaciones, Iglesias y juntas de vecinos (…) pero por la pandemia esto ha cambiado mucho. Este año fuimos nosotros quienes tuvimos que organizarnos con más fuerza para que ningún lactante, niño, niña u adolescente quede sin un regalito en Navidad”.

Los cambios han sido drásticos, pero las ganas de ayudar y entregar alegría han permanecido intactas.

Preparativos y organización de la Navidad

Las labores navideñas, tanto en el Servicio de Pediatría como en la Unidad de Oncohematología Pediátrica del Hospital Clínico Regional Dr. Guillermo Grant Benavente de Concepción, son sustentadas gracias a la autogestión de los funcionarios. Las donaciones son siempre bien recibidas y las colectas son una tónica en estas fechas; como sea se debe llegar a la meta para sacarle una sonrisa a los pacientes más pequeños.

En lo que respecta al Servicio de Pediatría, Angélica comentó que la organización corre por parte de los trabajadores del área y, en esta oportunidad, por la “comisión mesa del buen trato”. Además, la educadora detalló que “el financiamiento es gestionado 100 % por nosotros. Hacemos colectas y recibimos donaciones tanto de dinero como de regalos por parte de nuestros compañeros, familiares o amigos”.            

Tisnao aclaró que a causa del contexto pandémico se tomó la determinación de que en la unidad no ingresaran organizaciones externas a realizar la entrega de regalos como se hacía antes. Actualmente, ella junto a sus colegas están a cargo de esta labor, por lo que tuvieron que disponer de un lugar abierto para recepcionar los regalos que venían de algunas agrupaciones, para luego hacer la entrega de los obsequios por su propia cuenta.

En el Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Regional Dr. Guillermo Grant Benavente de Concepción, se atienden enfermedades respiratorias, agudas, crónicas y psiquiátricas. Fotografía: Iván Goñi.

Por el lado de Oncohematología Pediátrica, igualmente fueron los funcionarios quienes gestionaron las actividades, pero además, hubo algunas fundaciones y familias que también quisieron aportar en esta fecha. Según relató Verónica Monsalve, técnico en enfermería de la Unidad de Oncohematología Pediátrica, “han venido familias que han hecho donaciones monetarias a los papás de los pacientes. Eso igual ha sido muy importante, porque se enfocan en el tema del menor pero también en su familia”.

 Al igual que Angélica, Verónica reconoció que la pandemia generó ciertos cambios en la modalidad de llevar a cabo estas instancias. “Ahora los grupos son más reducidos, antes venían muchas más personas, las actividades eran más masivas y se integraban más entre todos. Ahora es más limitado”, añadió Monsalve.

De todas formas, ni la COVID-19 es capaz de frenar la ayuda, por lo que este año la Agrupación Nachin Bakan se hizo presente para entregar un momento de felicidad a los más pequeños. Según contaron desde la entidad, en el mes de noviembre comenzaron a trabajar en la búsqueda de padrinos para cada paciente de Oncohematología Pediátrica.

La misión de este grupo va más allá de la expresión material que tiene a veces la Navidad, lo que ellos buscan es formar lazos afectivos entre las y los padrinos y sus ahijados. “La idea es que se pueda generar una unión más profunda que solo la entrega de un regalo, que se puedan conocer y compartir. Es muy lindo, porque hasta el día de hoy los padrinos del año pasado, por ejemplo, tienen contacto con sus ahijados”, añadieron desde la agrupación.

El otro lado de esta fiesta

Este año estuvo marcado por una serie de paros y movilizaciones convocados por la Federación de Asociaciones de Funcionarios de la Salud (FENATS). En estas instancias, sindicatos a lo largo de todo el país se unieron para exigir respuestas del Gobierno ante una serie de peticiones, entre las que destacaban el respeto por el periodo de vacaciones, un mayor control en los turnos sin personal, la incorporación de los técnicos en enfermería al Código Sanitario, entre otras. Pero ¿cómo afectan los paros al área pediátrica del hospital?

Al igual que muchos otros servicios -a pesar de las huelgas- los pacientes necesitan atención todos los días. Patricia Freire, técnico en enfermería de la Unidad de  Oncohematología Pediátrica, reconoció que se ha generado una sobrecarga laboral enorme a raíz de las movilizaciones. “Llegan reemplazos que muchas veces no están capacitados. Hay que enseñarles y a la vez atender a los pacientes, lo que nos deja exhaustos después de un turno de 12 horas sin parar”, agregó la profesional. La falta de personal, sumado a la prohibición de pedir apoyo a otras áreas por temas sanitarios, imposibilita a las y los funcionarios a tener descansos dentro de su jornada laboral. Patricia comentó que no existe continuidad de personas en los turnos, lo que no permite congeniar ni optimizar la atención. “Es difícil porque nuestros pacientes son de alto riesgo, de un momento a otro las cosas se pueden complicar y debemos estar preparados como equipo para cuando eso pase, pero no hay ni tiempo ni personal”, agregó Freire.

Según el Registro Nacional de Cáncer Infantil, al año se diagnostican entre 490 y 500 niños con esta enfermedad. Fotografía: Iván Goñi.

Además, la funcionaria catalogó como “deprimente” trabajar en el servicio, sobre todo por la escasez de materiales e insumos. Patricia enfatizó que los más perjudicados son los auxiliares, ya que “muchas veces no alcanzan a terminar el turno con artículos de aseo, les pasan las pecheras, mascarillas y guantes contados para cada jornada y en caso de necesitar más, no hay disponibles”.

Un amor más grande que los problemas

A pesar de los inconvenientes que se pueden vivir cotidianamente en el centro asistencial, todos los funcionarios saben muy bien lo que significan estas fechas, por lo que la unión y el deseo de ayudar no pueden quedar relegados. Tal como contó Verónica, los pacientes conocen su compleja situación, pero la magia de esta época es impostergable. “Los niños pasan la Navidad hospitalizados y no con su familia, eso es más triste. La gran mayoría entiende el sentido de su enfermedad pero tienen esa ilusión de irse de alta”, sostuvo Monsalve. Para la psicóloga del Servicio de Pediatría, Bárbara Moraga, el equilibrar la atención médica junto con la emocional es una tarea clave, por lo que manifestó que “es de suma importancia incorporar a la perspectiva biomédica el componente psicoemocional para que logren superar esta situación con el menor malestar posible”. Opinión similar tuvo la psicóloga de la Unidad de Oncohematología Pediátrica, Claudia Koch, quien afirmó que “la interacción de los chicos es fundamental para su mejora, por lo que estas instancias ayudan también a olvidar un poco que están enfermos y potenciar su recuperación”.

Las actividades navideñas en el Hospital Regional Clínico Dr. Guillermo Grant Benavente de Concepción se extienden por todo diciembre. Fotografía: Loreto Suazo.

Loreto Suazo es auxiliar de servicio de la Unidad de Oncohematología Pediátrica; para ella, estas fechas son sumamente especiales, ya que hay varios sentimientos encontrados, “muchas de las funcionarias somos mamás y es difícil no empatizar cuando el estado de salud de las y los niños es muy crítico (…) un día estamos jugando con ellos y al otro son hospitalizados en la UCI o simplemente ya no están con nosotros”, comentó la funcionaria.

Las festividades en donde la familia está unida siempre son difíciles en los pasillos de un hospital, los menores no dejan de recibir su tratamiento y entre doctores y enfermeras, solo tienen cabeza para pensar cuándo podrán regresar a sus casas.

Para los padres y tutores de los pacientes estas fechas tampoco son fáciles, según señalaron las psicólogas Bárbara y Claudia, ellos tienden a estar mucho más retraídos y es ahí donde el cariño que reciben por parte de la comunidad y el trabajo del equipo de profesionales toma un papel fundamental.

Loreto destacó la labor de los kinesiólogos y psicólogos en cuanto a la contención, tanto de los infantes como de sus familiares, ya que entienden la complejidad de los tratamientos de enfermedades como el cáncer. Además, Suazo agregó que “las psicopedagogas y parvularias también están al pie del cañón, hacen actividades temáticas para que los pacientes olviden por un momento su estado de salud y recuerden que tienen que disfrutar de su niñez”.

Lo cierto es que la magia de la Navidad no queda ajena para el Hospital Regional Clínico Dr. Guillermo Grant Benavente de Concepción, pues no hay tía ni tío que no esté a tono con la festividad. La alegría y esperanza en que las cosas van a mejorar prevalecen en los pasillos junto a villancicos que animan lo que para cualquier familia debe ser una de las pruebas más difíciles de enfrentar: tener un familiar enfermo.

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