Bocanada: las alas libres de Gustavo Cerati tras Soda Stereo EntrelíneasPor Patricia Olave - 7 enero, 2022 Luego de finalizar su camino junto a la mítica banda argentina, Cerati se embarcó en un proyecto íntimo que exploró nuevos sonidos. El resultado de esta búsqueda fue uno de los mejores discos del rock latinoamericano. Un álbum lleno de innovación, que evidenció que su separación del grupo no era un final; el ícono trasandino aún tenía mucho que ofrecer. La carrera en solitario que había comenzado en 1993 con Amor Amarillo, experimentación que se sumó a Colores Santos (1992) junto a Daniel Melero, fue retomada en 1999 con un álbum que significó una ruptura y un necesario paso adelante en la búsqueda y consolidación de su sello personal como artista: Bocanada. Se trata de un disco ecléctico, que se aleja del sonido característico de Soda Stereo y transita entre distintas corrientes musicales —especialmente la electrónica, jazz y rock progresivo— que configuran la intensa búsqueda de un camino alternativo en la vida del inquieto artista, anhelo que perseguía desde hace bastantes años atrás. Por eso es tan definitorio y tiene un sonido tan particular. Si bien en el álbum pueden reconocerse algunos guiños a diferentes momentos de Soda, deja un sabor final muy fresco, vanguardista e innovador. Así, Bocanada se transformó en una evolución musical entre Dynamo, Colores Santos y Sueño Stereo. La amistad de Cerati con Melero generó roces en la banda cuando aún no se separaban. Ambos se reunían a componer y experimentar, situación que no le agradaba al resto del grupo. Créditos: Gabriel Rocca. Mediante letras únicas, que se sienten como una poesía constante, da la sensación de que Cerati nos está contando una historia encriptada, que nosotros debemos descifrar. En esto encuentra muchas similitudes con Amor Amarillo: pareciera ser que ambos álbumes son dos perspectivas de un mismo relato, de un mismo concepto que evoluciona. Posiblemente Amor Amarillo es el disco pletórico de una persona que se encuentra en un momento de su vida en el que lo tiene todo, mientras que Bocanada refleja a un artista libre, que mira hacia atrás sin remordimientos, pero con miedo al futuro, pues todo ya no parece ser idóneo. Este álbum representa entonces una obra maestra, donde Cerati logra una conexión única entre la portada, letras, arreglos, samples, sonoridad y melodía. Un disco hermoso y adictivo, que es imposible de escuchar una sola vez. Y es que, si la música es un sentimiento, en él —sin lugar a dudas— los puedes sentir todos. Una absoluta genialidad para oídos receptivos. Bocanada es precisamente una cantidad de música miscible, que se puede aspirar o beber de una sola vez y para siempre; una exhalación de aire de un artista que se ha quitado un grandísimo peso de encima, para emprender un vuelo libre.