Danzaterapia, un movimiento hacia el bienestar EntrelíneasPor Javiera Zarate - 7 enero, 2022 Es reconocido que la actividad física tiene un impacto positivo en la salud de las personas, existiendo distintas maneras de hacer ejercicio que varían en intensidad, requerimientos y materiales. Entre estas destaca la danza, la cual siempre ha estado presente en las sociedades, desde su uso como expresión cultural, punto de encuentro en fiestas casuales, formas de deporte, en materias artísticas, así como también su aplicación terapéutica. La danzaterapia es definida por la American Dance Therapy Association (ADTA) como un proceso que fomenta el bienestar emocional, cognitivo y físico de la persona, facilitando así el crecimiento de la emocionalidad y la integración del cuerpo-mente. Lo explicado anteriormente, tiene relación con el principio bajo el cual se rige esta forma de psicoterapia, que es que el cuerpo refleja los estados psicológicos del individuo. Esto, derivado de una percepción holística de las personas en que estas son percibidas como una unidad integral en que emoción, mente, cuerpo y alma son indivisibles. Loreto San Juan, bailarina, coreógrafa y creadora del método de terapia Danza de la Vida, afirma que este tipo de tratamiento es un proceso de conversación de la persona consigo misma, entendiendo que la fuente de todo malestar y bienestar yace en el interior de cada ser humano y, que a través de la danza y conexión que esta brinda, se puede acceder a esta información para mejorar la calidad de vida física y mental. “Desde el momento en que nosotros somos capaces de ver lo que hay en nuestro interior está la posibilidad de generar cambio, nuevas estrategias y miradas, y eso apunta al bienestar. Lo que busca la danzaterapia es generar ese espacio de calma y conexión contigo misma a través del autoconocimiento”. El método creado por Loreto San Juan se ha trabajado tanto en Chile como otros países, en los que se menciona España, Austria, Alemania, entre otros. Créditos: uchile.cl. Orígenes: una alternativa al padecimiento físico y mental La danza como una forma complementaria de terapia fue creada por Marian Chace y Mary Whitehouse. Vilma Tau plantea en su texto “Movimiento Danza Terapia” -basado en el 9° congreso argentino de Educación Física y Ciencias- que Chace, estudiante de la disciplina y bailarina de profesión, surgió con este método entre 1930 y 1940 mientras enseñaba danza moderna en su estudio. Las ideas y observaciones que generó en sus clases tomaron forma mientras trabajaba en el Hospital Santa Elizabeth en Washington D.C en un período en que aún no existían tratamientos en base a tranquilizantes u otras drogas para tratar padecimientos mentales y colaterales de otras enfermedades o vivencias. La mayoría de los pacientes atendidos por Chace estaban sufriendo consecuencias psicológicas producto de la segunda guerra mundial, dentro de las que era común ver trastornos conductuales como violencia, catatonia, histeria, psicosis, entre otros. Para tratar estas situaciones, la profesora de danza basó su enfoque terapéutico en los planteamientos de Carl Jung sobre la interrelación mente-cuerpo, generando en base a esto sus contribuciones vinculadas al reconocimiento de elementos de la danza que tienen un efecto psicoterapéutico en las personas. La génesis conceptual de la cual se toma el trabajo de Marian Chace es que la danza es comunicación, existiendo cuatro principios básicos que se desprenden de esto: acción corporal, simbolismo, relación terapéutica y actividad rítmica grupal. El primero de éstos hace referencia a cómo el mal estado mental tiene repercusiones en la corporalidad y el lenguaje no verbal de las personas, ante lo cual la danza permitiría sanar la mente a través de la redirección de las acciones del cuerpo, permitiendo la expresión emocional de forma física y así logrando relajar y a la vez estimular al paciente, otorgándole herramientas de autoconocimiento sobre su propia anatomía. En segundo lugar está el simbolismo, que se vincula al uso del lenguaje no verbal para comunicar sentires y emociones que se hacen difíciles de elaborar con palabras. Frente a esto, la danza se plantea como un lenguaje universal para exteriorizar el mundo interno de manera segura, dando así desahogo y comprensión para la persona tratada, como también herramientas de conocimiento del paciente para el terapeuta, quien introduce nuevos contenidos, formándose interacciones simbólicas entre ambos. La relación terapéutica es el tercer principio trabajado por Chace, y corresponde a la forma en que el paciente y el terapeuta de danza interactúan a través del movimiento y la corporalidad. En esto, más que el uso de palabras, se busca por parte de quien conduce la sesión el poder reconocer patrones en las personas que se están tratando, así como el responder en el mismo lenguaje de la danza entregando contención y comprensión, buscando establecer una relación empática con quien esté recibiendo la terapia al entrar en su mundo interior, utilizando como vía el lenguaje universal del baile. Como cuarto y último concepto se encuentra la actividad rítmica grupal, relacionado tal como su nombre lo indica, al ritmo. Este, tal como plantea Marian Chace, está presente en todas las áreas de la vida de las personas, en sus hábitos y movimientos, así como en todo su lenguaje y expresión. La creadora de la danzaterapia afirmaba que si bien cada persona tiene un ritmo personal, acorde a su respiración y pulso, este logra ser igual en un grupo que se encuentre conectado, siendo así tanto un organizador del comportamiento individual como un punto fuerte de la generación de relaciones y sentimientos de solidaridad y empatía en un conglomerado de personas. Aplicaciones de la danzaterapia como complemento para la salud Leonardo Sebiani declara en su texto de investigación titulado “Uso de la danza-terapia en la adaptación psicológica a enfermedades crónicas (cáncer, fibrosis, sida)” publicado en 2005, que este método demostró ser de gran ayuda como tratamiento complementario para los efectos colaterales tanto psicológicos como físicos sufridos por personas con enfermedades como el cáncer o sida. Dentro de los efectos positivos percibidos por esta psicoterapia se encuentra la disminución de la ansiedad, fatiga, depresión, percepción del dolor, aumento del vigor, energía vital y una mejora en la auto-imagen, siendo así de gran ayuda como tratamiento complementario para otros métodos que tienden a ser invasivos para los pacientes como la radioterapia o quimioterapia. Entre otras aplicaciones de la danzaterapia está su uso en desórdenes como la ansiedad, bulimia, anorexia, parkinson, adicciones, abuso sexual, apoyo para adultos mayores, personas no videntes y personas con capacidades físicas limitadas. Su utilización supone beneficios ligados a la redefinición y estiramiento corporal, clarificación del ego, minimización de la tensión, la ansiedad, la agresividad, el reducir la desorientación cognitiva y kinésica, el incrementar la capacidad de expresión, placer y espontaneidad. Junto a esto está el reducir la presión arterial, estrés, dolor y el mejorar el sistema inmune. La danzaterapia demuestra ser beneficiosa para todas las personas, así como también tener una gran capacidad de acceso al no tener restricciones por edad, raza, género o capacidades diferentes. Sobre las últimas o en temas de salud física se recomienda consultar con un médico. Créditos: El Mostrador. Lo anterior, aplicado a la danza en general, demuestra seguir patrones similares. Así es el caso de César Arias, bailarín y coreógrafo de profesión quien relata siempre haber estado ligado a esta disciplina artística. Fue gracias a sus padres que ingresó a un centro deportivo en el área de patinaje artístico, ya que era el taller disponible que contaba con música y baile, en donde estuvo desde los ocho hasta los dieciséis años. Posterior a esto, recibió una invitación a ser parte de un grupo de danza Jazz en el Club Deportivo de Huachipato en Concepción, descubriendo así su pasión y vocación definitiva. Fue desde este punto en que incursionó en distintos estilos de baile, desde el ballet, la danza moderna, contemporáneo, jazz, lyrical jazz, hip-hop, reggaeton, entre muchos otros, siendo el lyrical jazz el que considera más completo y que enseña en la actualidad. Su camino como profesor inició desde hace once años, proceso que entiende así: “Creo que es hermoso poder compartir conocimientos, experiencias y momentos con otras personas. Es tan liberador, sanador. La danza es sanadora. Yo sufrí mucho bullying cuando pequeño y justamente me ayudó a canalizar mis tristezas, mis emociones y mi rabia”. Entre los beneficios que reporta haber experimentado y visto está el aprender a escuchar el cuerpo, el conectar con sensaciones, con la forma clara, con la pasión y la naturaleza animal que está dentro, así como con el sentido de la existencia, pues percibe la danza como un acto íntimo. “Es permitir que el caos encuentre su zona de confort”. Cierra diciendo que considera que la danza salvó su vida del estado depresivo y de malestar en que se encontraba producto de vivencias personales, declarando que gracias a la disciplina es una mejor persona y está mucho más sano. Complementando esto a su experiencia como profesor, afirma que la danza es “Un bálsamo para el espíritu, también es necesario para nuestro cuerpo, para que esté sano y feliz”. Añade que aporta tranquilidad a la mente por su capacidad expresiva y libera tensiones acumuladas. Lo planteado por César es un sentir compartido por una de sus alumnas, Sofía Consales, quien también afirma que la danza es el motivo de su felicidad y pasión, al dar una vía de expresión a su emocionalidad. Danzaterapia en Chile Loreto San Juan ha sido una de las promotoras de este tipo de terapia en el país. Habiendo iniciado su camino en el mundo de la danza desde pequeña, al igual que Marian Chace, San Juan comenzó a evidenciar los beneficios de la danza como estrategia terapéutica haciendo clases en una academia en Barcelona, investigando el tema impulsada por un sentido de vocación social. Con los conocimientos que fue adquiriendo con los años, la terapeuta y coreógrafa chilena comenzó a hacer clases en 1993 en O.N.C.E (Organización Nacional de Ciegos de España) en donde afirma haber complementado sus saberes previos sobre danza y espiritualidad con un nuevo elemento: la naturaleza. Lo anterior, ya que al tratar con personas no videntes tuvo que enfrentar la dificultad de no tener un lenguaje visual común sobre el cual enseñar distintos tipos de baile, no pudiendo mostrar posturas o piruetas, lo que le llevó a partir de la base de otros elementos sensoriales en relación a la naturaleza, como por ejemplo, la sensación del viento en el cuerpo y su movimiento. Fue a partir de esta experiencia que desarrolló el método Danza de la Vida, que es uno de los 3 enfoques de danzaterapia presentes en Chile junto a Movimiento Terapia y Danzaterapia Maria Fux. En esta metodología se entiende a las personas como seres biopsicosociales espirituales que se encuentran conectados con la naturaleza, siendo esto último un concepto clave en este enfoque terapéutico pues contempla así la danza terapia como un medio de conexión entre los aspectos que componen al humano y los elementos naturales que le rodean. En 2011 se comenzó en Chile la formación profesional de danzaterapia especializada en el método Danza de la Vida. En la actualidad se han preparado a más de 100 profesionales en el área. Créditos: Elucabista.com Esta perspectiva, afirma es aplicable a áreas de salud, educación y de proyectos artísticos. En su desarrollo, luego de ser trabajado en Barcelona por diez años, San Juan se trasladó a Suiza por un período de cinco años en donde aplicó el método, trayéndolo luego en 2008 a Chile. En el país, descubrió las falencias en la formación de danzaterapeutas, quienes debían viajar a otros territorios para poder prepararse y estudiar profesionalmente, impulsándole esto a enseñar en Chile esta forma de psicoterapia, creando en 2014 la Asociación Danzaterapia de Chile Danza de la Vida, a fin de generar una comunidad y respaldo para los profesionales del área que se estaban formando. En la actualidad van en la treceava versión de formación de danza terapeutas y se encuentran en el proceso de hacer un voluntariado a nivel nacional para llevar este método a las usuarias del sistema público de salud en Chile. Loreto San Juan afirma que de momento han ido a varios Cesfam a lo largo del país, y dentro de los frutos del proyecto mencionado está la realización de un estudio sobre bienestar que se aplicará a todas las mujeres que reciban este tipo de terapia, a quienes se les hará un test de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre calidad de vida al inicio del tratamiento y nuevamente una vez que se hayan completado diez sesiones de danzaterapia complementaria. Junto a lo anterior están en proceso de ser reconocidos por el Ministerio de salud de Chile, lo que se espera lograr de la mano a esta iniciativa. Son múltiples los beneficios que le han supuesto un lugar en la medicina a esta forma de psicoterapia, siendo muchas sus aplicaciones al no tener discriminaciones de ningún tipo para tomar este tipo de método, así como sus beneficios a amplia escala en muchas sintomatologías físicas y mentales, los cuales cada vez cuentan con un mayor respaldo científico que hace de estas formas una alternativa sólida como complemento para otros tratamientos de salud.