Universitarios y atención psicológica: una deuda pendiente

La salud mental continúa en la palestra de la contingencia nacional, y no es para menos en un mundo lleno de incertidumbre producto de la pandemia y las situaciones cotidianas de disputas y conflictos que se acostumbra sortear. 

Según la 1ra Medición de Bienestar Social en Chile (2021) del Ministerio de Desarrollo Social, se afirma que “el 18,7 % de la población muestra síntomas moderados o severos de ansiedad y/o depresión”. Situación similar ocurre en los estudiantes chilenos y, según datos del Ministerio de Salud de 2018, un 16,5 % de los estudiantes asegura padecer alguna enfermedad mental. Aunque, algunos números no contrastan.

De acuerdo con la Primera Encuesta Nacional de Salud Mental Universitaria (2018) un 44 % de los estudiantes afirma padecer o haber padecido una enfermedad mental; mientras que un 46 % afirma vivir con síntomas depresivos y un 45,5 % con sintomatologías de estrés. La situación a nivel país es alarmante y los esfuerzos gubernamentales son considerados insuficientes por expertos en el área.

En este sentido, las universidades han generado instancias de participación y atenciones psicológicas que son bien percibidas por el estudiantado. No así las largas listas de espera que pueden, incluso, llegar a ser de tres meses. Esto debido a la alta demanda del servicio universitario. 

Tan sólo en el segundo semestre del año 2021 se realizaron al menos unas 2379 atenciones psicológicas en la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), donde 328 atenciones fueron utilizadas por estudiantes de Licenciatura en Derecho y 217 en Pedagogía en Educación Media en Lenguaje y Comunicación.

Del total de atenciones del servicio psicológico de la DAE, un 81 % de las horas disponibles durante el año 2021 fueron utilizadas por mujeres ”. Foto: Eduardo Godoy

Esperanza Carrasco, psicóloga de la Dirección de apoyo a los Estudiantes (DAE) de la UCSC, afirma que el aumento significativo de la demanda por salud mental en aquel periodo de tiempo fue debido al contexto de alerta sanitaria por la pandemia. Además, detalla que el confinamiento, la incertidumbre, el aumento de la sintomatología ansiosa y depresiva, sumado a la adaptación a las clases online, fueron indicadores para explicar el fenómeno. 

También afirma que: “la cancelación de los tratamientos psicoterapéuticos durante la pandemia fueron clave en 2021 y dada las circunstancias, la Dirección de Apoyo a los Estudiantes aportó con el servicio mientras estos eran retomados”.

De esta manera, la DAE de la UCSC apoya con su programa de atención psicológica a cientos de estudiantes que precisan de una mejora en su salud mental. Por su parte, la Universidad de Concepción (UdeC) y la Universidad San Sebastián (USS) mantienen dentro de sus planes estratégicos de ayuda al estudiante programas de apoyo psicológico.

La USS, dentro de su Programa de Salud Mental USS, promueve la participación estudiantil de instancias tales como programas de promotores de salud mental, talleres de promoción y simulaciones clínicas, además del apoyo psicológico derivado desde la Dirección de Carrera, y la atención psicológica en los centros de salud de la universidad.

David Rodriguez, estudiante de Ingeniería Comercial de la USS, dice que “toda ayuda que se entregue a los estudiantes es buena”, pero enfatiza en la dificultad para mantener la periodicidad en el tratamiento porque afirma que “en algún momento del año, todas las horas están ocupadas y terminamos teniendo una sesión al mes o cada dos meses y eso no nos sirve, según tengo entendido”.  

El Informe de Acreditación de la USS afirma que se implementó la Atención de Orientadores Estudiantiles y de Psicólogos, un servicio de atención psicológica online de carácter privado con orientadores estudiantiles y clínicas psicológicas de cada sede. Su objetivo principal es dar apoyo en temáticas como desmotivación, crisis vocacional, manejo del tiempo y sobre el consumo de alcohol y drogas (2021).

“Según afirman expertos, el tiempo de ocio y esparcimiento es necesario para una buena salud mental”. Foto y crédito: Tomás Jorquera.

Desde la Universidad de Concepción se ejecutan proyectos y programas ligados a la promoción de la salud mental de la mano de la Dirección de Servicios para el Estudiante (DISE) y también cuentan con apoyo psicológico y derivaciones a psiquiatras en el caso necesario. 

Valentina Toloza, estudiante de Astronomía, comenta una situación similar a la de David. “Yo tomaba fluoxetina y tenía que ir en cuanto se me acababan las pastillas a conseguirme una receta donde el psiquiatra de la UdeC, con quien tenía una cita cada seis meses”, y se siente en su relato la importancia que tiene ésta temática dentro de su historia personal y afirma que es necesario un aumento en la cantidad de psicólogos y psiquiatras en la UdeC. 


Es necesario recordar que La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico estipula que: “Una buena salud es, además, instrumental para incrementar las oportunidades de participar en educación y trabajo, generar ingresos, y posibilitar la participación de manera efectiva en la sociedad”

(OCDE 2011).

Considerando las declaraciones previamente expuestas por los entrevistados, este último punto carga con una deuda pendiente hacia la sociedad. Tal y como manifiestan los estudiantes, es necesario el aumento de los recursos para combatir lo que, según expertos, futuramente será la principal causa de enfermedad y muerte de miles de personas.

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