El acceso a la moda lenta no es para todos

Aunque actualmente han comenzado a surgir varias opciones de comprar ropa amigable con el medio ambiente, muchas de estas alternativas tienen varias barreras que no permiten estar al alcance de todas personas.

La industria de la moda es uno de los sectores con mayor impacto ambiental. Su sistema de producción en masa, conocido como fast fashion, hizo aparecer una nueva mentalidad más consciente respecto al consumo de la ropa llamada slow fashion. Pese a las buenas intenciones que tiene esta mirada más amigable con el planeta, la realidad es que no es un camino que todos puedan seguir.

El primer pensamiento cuando vemos que alguien no toma medidas sostenibles es que simplemente no quiere aportar a que nuestro mundo sea mejor. Puede ser verdad en algunos casos, pero también existe la posibilidad que para la persona esas opciones no sean viables o, sencillamente, las desconoce. Nuestra sociedad, lejos de entender esta realidad, prefiere enfrentarla con discursos guiados por el elitismo y la vergüenza.

En el caso de la moda, el slow fashion tiene barreras que van desde el aspecto financiero hasta las dimensiones temporales y geográficas. El primer obstáculo mencionado es el principal, debido a que en el mercado se avalúa la ropa sustentable con precios más altos a los de las tiendas de retail, las personas eligen seguir comprando en este tipo de establecimientos por lo conveniente que es para “su bolsillo”. Pese a que las prendas conscientes con el medio ambiente tienen un proceso de fabricación ético, razón por la cual tiene un costo elevado, simplemente es un gasto que algunos no pueden permitirse.

Para algunas personas no es una opción dejar de consumir en retail. Foto de Korie Cull en Unsplash.

Ahora bien, para hacer frente a este dilema es que se opta por las tiendas de ropa usada, o al menos eso se supone. Es cierto que en los locales de segunda mano se pueden hallar buenas prendas y a un precio accesible, pero eso depende de si uno sabe dónde localizar este tipo de establecimientos, del tiempo que se dispone para revisar detalladamente la indumentaria y de si te encuentras en una zona urbana, ya que en áreas rurales las opciones se limitan incluso más.

Asimismo, la popularidad que han alcanzado en el último tiempo las tiendas de segunda mano ha hecho que los precios aumenten y halla menor asequibilidad. Una situación que no se dio por una mayor conciencia ambiental, sino debido a que se han mantenido los hábitos de sobreconsumo, volviendo esta opción una más del fast fashion.

Debemos entender que la moda sostenible no se alcanza comprando y optando por ropa amigable con el medio ambiente, sino en reducir y cambiar nuestros hábitos de consumo.

Top