La unidad de fomento ha sufrido un alza 1,9% durante el mes de marzo, la cifra más alta desde hace 30 años, situación que preocupa a los mercados financieros y a la ciudadanía por igual.

El Banco Central ha entregado las cifras económicas de los primeros tres meses de 2022 y lo que se temía finalmente sucedió: la UF superó la barrera de los 32 mil pesos y se pronostica que a final de año estará cerca de los 34 mil. Esta subida se corresponde con la inflación causada tanto por el inestable panorama político nacional como por la influencia de fenómenos a escala internacional, como es la guerra de Ucrania y las secuelas que ha dejado la pandemia de COVID-19, que todavía se niega a desaparecer.

¿Qué es la UF y cómo nos afecta?

La UF no es una moneda como tal, se considera una unidad de cuenta reajustable, es decir, no está pensada para ser transferible como una moneda convencional, sino que usa para definir los precios de otros productos y servicios, entre los que se incluyen las isapres, los préstamos bancarios, el valor de la vivienda, los costos de construcción y el valor de las hipotecas, entre otras muchas más funciones. Uno de los aspectos clave de esta unidad es que es reajustable, es decir, su valor varía junto con la inflación y el índice de precio al consumidor.

Nace durante la presidencia de Eduardo Frei Montalva con el decreto 40 del 20 de enero de 1967 del Ministerio de Hacienda y era una forma de proteger los ahorros. En sus inicios la UF funcionaba de una manera bastante distinta a como lo hace el día de hoy: partió con un precio de 100 escudos y ajustaba su precio trimestralmente. Fue a partir de octubre de 1975 cuando este instrumento se empezó a expresar en pesos y durante ese mismo año fue cuando el reajuste fue mensual. 

Finalmente, desde el año 1990, se fijó que se actualizará a diario, siendo que actualmente su valor se calcula desde el día 9 de un mes hasta el día 10 del mes siguiente en función del índice del precio al consumidor del mes anterior, por lo que se conoce con antelación el valor final de cada día.

Durante las pasadas elecciones presidenciales, el candidato Marco Enríquez Ominami planteó la opción de eliminar la unidad de fomento, manifestando que creaba una brecha entre los sueldos que se pagan en pesos frente a las tasas hipotecarias que se cobran en UF. Sin embargo, diversos economistas se muestran reacios a este cambio y como explica Andrés Acuña Duarte, profesor asistente del Departamento de Economía y Finanzas de la Universidad del Bío-Bío, “la UF actúa como un “seguro anti-inflación” que se activa y protege en episodios de inflación creciente, congelando las pérdidas de poder adquisitivo en el inversionista o prestador de servicios”.

El académico también menciona que esta unidad no es solo accesible para los grandes inversores pues, “para protegerse de la inflación, y de las alzas en la UF, el ciudadano medio y las Pymes pueden hacer uso de algunos instrumentos financieros (…). Uno de ellos es tomar depósitos a plazo reajustables en UF ofrecidos por gran parte de las instituciones financieras de nuestro país”. Pero el actor principal, quien regula y toma medidas frente a la inflación, sigue siendo el Banco Central: “Por mandato expreso en nuestra constitución vigente y en la ley orgánica que lo rige, el Banco Central autónomo debe velar por la estabilidad del sistema de pagos interno y externo” sentenció el economista. 

El sueño de la casa propia cada vez más lejos 

Uno de los sectores más afectados por esta subida es el sector inmobiliario, junto con el índice del precio al consumidor, la tasa de interés subió un 4% como medida del banco central para enfrentar esta crisis.

Lo anterior no afecta a todas las clases sociales por igual. Salvador Makluf, quien es abogado en gestión inmobiliaria, manifiesta que ”se produce la concentración de la riqueza, es decir, aquellas personas que pueden hoy día obtener créditos o tienen patrimonio para comprar más viviendas, van a comprarlas y van a arrendarlas a quienes todavía no puedan adquirirlas”. 

Este acaparamiento no es un fenómeno exclusivo de Chile, pues ”en Berlín el 85% de las personas son arrendatarios, lo que llevó al gobierno a expropiar los edificios multifamiliar para vendérselos a los actuales arrendatarios” explicó el abogado.

El futuro económico del país es incierto, pero con los 9,4 puntos de inflación reportados en los últimos 12 meses por el Banco Central parece que la tendencia es a la baja y como es costumbre los más afectados suelen ser los que menos pueden protegerse.