El resurgimiento del vinilo: ¿una oportunidad para los artistas o mero romanticismo?

Dicen que todo vuelve. Lo malo, lo bueno, la ciencia, el arte, las modas. Lo han visto decenas de generaciones a lo largo de la historia de la humanidad y está sucediendo ahora con uno de los elementos más emblemáticos de la música. 

El vinilo se ha posicionado, otra vez, como un indispensable en melómanas y melómanos. Así lo dijo implícitamente la Industria Fonográfica Británica (BPI) en diciembre pasado, que mostró cómo el formato, con más de cinco millones de discos vendidos, registró la más alta cifra de ventas de las últimas tres décadas. Algo sorpresivo en un mundo donde el streaming parece ser la preferencia obligada a la hora de recurrir a una canción. 

Pero si bien este número se debe a la elección de los usuarios y usuarias por escuchar canciones en un formato que quizás les otorga más satisfacción, ¿es algo a lo que los artistas y bandas pueden recurrir realmente? ¿Qué tan conveniente es hoy para un compositor producir su arte en formato físico? 

Las plataformas de streaming como un trampolín

“Sacar un vinilo en estos tiempos según yo es como un lujo o un capricho”, menciona sin tapujos Zebart, integrante de FrioLento, banda que cuenta ya con un álbum y una variedad de sencillos en las plataformas, algo que, sin duda, les ha funcionado, ya que se han ganado un lugar en la escena a través de lo que llaman “perreo post-punk”.

Son muchos los artistas y bandas emergentes que, al igual que ellos, no titubean un segundo en empezar sus carreras a través de Spotify, y lo cierto es que no se les puede juzgar, teniendo en consideración que encargar la fabricación de 300 vinilos (lo mínimo) a Estados Unidos bordea los dos millones de pesos, de acuerdo a Discos Río Bueno.

FrioLento ha llevado el “perreo post-punk” más allá de Chile, presentándose en países como Colombia o México. Fotografía de @javieravillaseca, vía Instagram.

Así lo confirma Juan Pablo Castro, de la banda local Urus, quienes pese a conversar sobre la posibilidad de sacar su material de forma física, tienen más que claro el rol que cumplen las plataformas en la actualidad para una banda como ellos:

“Nos favorecen bastante las reproducciones de streaming y mientras no lleguemos a un gran universo de público no es conveniente hacer un lanzamiento físico”, afirma, agregando que agradecen “la posibilidad de poder compartir lo que hacen vía Spotify o Apple Music, ya que es algo que mantiene viva a las bandas que están emergiendo”.

Un desafío más allá de lo monetario

Sin embargo, hay una especie de discrepancia por parte de quienes están involucrados en la producción musical. Ejemplo de ello es el caso de Juan Carlos Herrera, para quien “el vinilo todavía es un elemento bastante agradable para comprar, para una generación con poder de adquisición”, poniendo sobre la mesa que “es una buena alternativa como marketing”.

A través de Shakamusic (producción) y Alive Music Records (sello discográfico), Herrera lleva aproximadamente 15 años involucrado en la música originada en Concepción, y para él hay otra cosa que no se tranza y eso es la experiencia que entrega el vinilo al oyente.

“La fidelidad del sonido se da principalmente porque tiene un rango dinámico que es aceptable por el oído, que desde la psicoacústica te va llevando a te va llevando a generar estados de emociones”.

Shackamusic, además de producir, realiza capacitaciones a otras personas. Fotografía de @urriagaaa, vía Instagram.

Mientras tanto, para Jorge Meza, director de Surpop Records, otro de los sellos discográficos que está haciendo bien las cosas desde Concepción, aquella fidelidad “es en sí una experiencia misma”.

“El vinilo claramente tiene una particularidad, ya que durante el proceso de producción, interfieren elementos análogos que hacen que el sonido de este tipo de productos sean totalmente distintos a lo que suena en tiendas digitales”.

Un medio para un fin

¿Cuál es el escenario entonces? ¿Hay algún modo de que ambos formatos dejen de mirarse frente a frente para pasar a funcionar como un todo? Para Urus al menos, sí.

“Observamos la línea divisoria del streaming y los discos como una herramienta. De algún modo, surge una segregación en las bandas, ya que el que no avanza en plataformas, difícil avanza en físico. Sin embargo, que esa línea sea nula, delgada, o gruesa, depende mucho también de nosotros como banda”.

De esta manera, la confrontación de escuchar música en las plataformas o inclinarse por un vinilo, un CD o un casete parece quedar como una discusión innecesaria, ya que, al contrario de estorbarse, ambos formatos terminan creando un puente entre ellos. 

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