Lluvias abundantes para un comercio agrícola entre la espada y la pared

Durante el mes de junio y finales de mayo, se registraron fuertes precipitaciones a lo largo del país. Las repercusiones, sin embargo, pueden ser mejores de lo que se piensa, sobre todo para el sector agrícola el que está a la espera de un milagro.

El periodo 2 021 a 2 022 ha estado caracterizado por fuertes complicaciones económicas en el país. Ya sea debido a la pandemia, conflictos bélicos en el globo, o bien problemas de gestión; todos estos factores se reducen a un problema general que ha hecho eco los últimos meses: la inflación.

Panorama hídrico y agrícola

Ahora bien, uno de los sectores productores más afectado es el agrícola. Esto ya que, sumado a todos los factores antes mencionados, este ha sido afectado por uno más grave e incontrolable como lo es la sequía. Y no cualquier sequía, ya que según expertos esta es la sequía más grande desde 1 950, año en el que se comenzó a medir el déficit en Chile. Sumado a lo anterior, nuestro país figura entre las 18 naciones más propensas a sufrir estrés hídrico y primero en Latinoamérica.

No obstante, este mes de junio se han registrado fuertes lluvias en 14 regiones del país y se prevé que el sistema frontal instalado en el sur avance hacia el norte entregando aún más precipitaciones. Esto podría significar un importante giro para el panorama agrícola de los últimos años el cual ha estado caracterizado por números rojos. Iván Camilo, agrónomo de la exportadora Río Sur asevera que: “Estas lluvias sin duda serán beneficiosas para la industria. Ahora bien, pese a otros factores que igual influyen en los números finales, esperamos que estas lluvias permitan tener una mejor calidad en el producto y así mantener este estándar de exportación ya que en años anteriores o bien enviábamos menos productos hacia afuera o bajábamos los índices de calidad arriesgándonos a competencia de otros mercados dentro y fuera del país”.

apuntan a una gran masa de agua caliente en el sur del Pacífico situada al este de Nueva Zelanda causada por el calentamiento global, como la culpable de la denominada “mega sequía” que enfrenta Chile desde hace más de una década. Fuente: el Economista.

Repercusiones económicas

Las posibles consecuencias que tendrán las lluvias a lo largo del territorio nacional en la economía aún no están claramente definidas. Aunque si bien es cierto, se espera al menos un respiro en la agricultura al menos este año. Es importante mencionar que las tres regiones con mayor superficie sembrada en un año de producción agrícola son la Araucanía, el Maule y Ñuble respectivamente. Todas estas registraron lluvias abundantes las semanas pasadas.

Don Mateo Rojas feriante de la región del Maule afirma que: “Si la fruta o verdura baja de precio es beneficioso para todos porque uno, baja el costo de una casa en la alimentación y dos, porque a nosotros como vendedores de la feria nos da libertad de traer variedad al comprar más cantidad por menos, lo que después igual influye en cuanto gasta el que compra y sobre todo en la competencia, porque aquí, ahora mismo, vende el que tiene campo o plata y puede pelearles a los supermercados. Mucha gente simplemente ya no compra en la feria”.

Según la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) del Gobierno de Chile, el sector agropecuario estaría aportando un 3,54 % al PIB del país. No obstante, otras fuentes como la subsecretaría de Agricultura estiman que el aporte de toda la cadena de producción agrícola se sitúa bordeando los 15 % del PIB. Fuente: Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica.

Ante esto otros productores agrícolas del Maule como el ingeniero comercial, Francisco Loyola, han manifestado que: “Es importante tener en consideración que estas precipitaciones han influido bastante en el sector sobre todo para los productores de hortalizas que requieren abundante riego y quienes el año pasado tuvieron que suplementarlo con camiones. En este si bien el balance ha sido mejor que el anterior en cuanto a agua, seguimos por debajo de lo óptimo y resulta cada vez más duro sin apoyo”, además agregó que: “Si las cosas siguen como se prevén tal vez podamos sacar cuentas felices en el fin de esta temporada lo cual de una u otra manera beneficiaria al PIB y en última instancia al bolsillo de los chilenos”.

Sin duda las lluvias serán un gran aporte a la temporada agrícola de este 2 022 y se espera que tengan una repercusión positiva en el complejo estado de desertificación el cual se encuentra latente en el país el cuál podría duplicarse para 2 030 acorde a las estimaciones. Según se estima, un nuevo sistema frontal llegará el próximo martes y se proyecta que tenga una duración de dos días como mínimo y cinco como máximo, aunque no está descartada la posibilidad de lluvias intermitentes hasta la semana subsiguiente. Es de esperar que estas precipitaciones y otras posibles en el futuro contribuyan al déficit hídrico que presenta hoy nuestro país.

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