La inflación en Chile tras finalizar la primera mitad de 2022 aumentó en un 6,1%, con un promedio de 1% de alza mensual. Esta consecuencia económica preocupa a la población chilena, especialmente a los y las estudiantes, quienes no poseen un ingreso fijo mientras realizan sus estudios.

En este contexto, dentro de los 21 puntos del Plan de Recuperación Inclusiva que presentó el gobierno en abril de este año, se expuso el aumento en la tarjeta BAES. El alzamiento fue de un 15% en el saldo y se realizó luego de 9 años, siendo la tercera modificación desde su creación en 2004.

Sin embargo, ¿realmente es significativo el aumento de dinero? Creemos que el panorama económico en el país no es correspondido por el aumento de tan solo un 15% en el total del saldo. Al calcular con el precio establecido por el menú JUNAEB, solamente alcanza a cubrir la compra de un promedio de 15 almuerzos mensuales y se deja completamente fuera el desayuno.

Estudios nutricionales destacan que, dentro de la dieta recomendada para estudiantes, evitar la comida chatarra y desayunar todos los días es fundamental para equilibrar el cuerpo. Pese a esto, la realidad en Chile no permite a los estudiantes acceder completamente a este tipo de alimentación.

Esta situación es consecuencia del alza en los productos saludables, como son la frutas, verduras, cereales y proteínas. Además, cabe destacar la tendencia en los y las estudiantes que optan por una dieta vegetariana o vegana, lo que les significa un gasto aún mayor para conseguir el equilibrio en su alimentación.

Comprendemos que la inflación es algo que afecta a todas las personas, no obstante, los y las estudiantes poseen menos oportunidades de ingreso por su condición académica. Por ende, esperamos un cambio económico que permita a este sector de la sociedad acceder a una dieta equilibrada y digna para cumplir con sus objetivos educacionales.

La alimentación y el buen desarrollo del ser humano siempre han estado ligados para obtener buenos resultados. En consecuencia, para que existan buenos profesionales en el país debe existir una cultura nutricional mayor a la establecida. En este sentido, consideramos que una dieta equilibrada no debería ser un privilegio en la sociedad, sino más bien un derecho para todas las personas.