La generación nacida en la década de los noventa se crio con el “antes el mundo no era así”, es un hecho. Palabras que para adolescentes resultaban fastidiosas, hoy cobran todo el sentido del mundo.

Hasta hace unos años, pensar en México era un dolor de estómago seguro. El narcoestado incontrolable, con civiles asesinados en las calles como pan de cada día, era algo inimaginable para el “oasis” que representaba Chile en Latinoamérica. Sin embargo, nos acercamos poco a poco al México de las ofertas en paquetes de viajes, a un precio ridículamente barato.

La generación nacida en la década de los noventa, jugaba en las calles con las manos sucias de tierra. Su despertar rebelde de la juventud, fue teñir tiesas mechas de pelo con colores de fantasía y mover los pies de manera extravagante en discotecas a las tres de la tarde. Hoy, los adolescentes comparten videos con sus amigos robando autos y disparando armas. Amenazan a sus profesores con cuchillos, pelean dentro y fuera de los colegios y lucen prendas de altísimo valor intentando homologar a sus ídolos. Ídolos a los que solo les basta pedir disculpas después de hacer incontables apologías al consumo de drogas y al crimen.

Asaltos a supermercados, botillerías, bancos, gasolineras. Venta de drogas en los colegios, discotecas y plazas. Asesinatos, violaciones y femicidios todos los días. La gente teme del extranjero, cuando era Chile quien recibía de brazos abiertos al forastero. Como si los inmigrantes tuvieran la culpa de la delincuencia en el país. No. Es el delincuente organizado el que se aprovecha de las crisis migratorias, para abusar de personas honestas, de inmigrantes y chilenos honestos.

Cada día que pasa el país y el mundo se ve más molesto y violento. Crisis por todos lados: pandemia mundial, guerra en Ucrania y Oriente Medio, cientos de cartuchos de bala regados en las calles de Estados Unidos, profesores casi con armadura en sus colegios, la posible e inminente recesión en todo el mundo, según expertos. Todos los días, la trama de una película de terror inspirada en el 2022 se intensifica.

Qué paradoja la de los nacidos en los noventa. Mientras levantan la consigna “Trenes para Chile” en lo más alto. Caminan por la calle, aterrorizados por el Tren de Aragua. Qué nostalgia la de los padres que recuerdan un país tranquilo. ¿Cómo será el mundo cuando sean los noventeros quienes digan “antes, el mundo no era así”?