Aunque la cobertura de la red y el aumento en el desarrollo de las infraestructuras pareciera indicar que el 5G solventará la nueva demanda de tráfico de datos, no hay certeza aún sobre qué sucederá con las zonas donde el acceso al internet es deficiente o de plano, nulo.

Chile se posiciona hoy entre los paises con la conectividad más rápida de Latinoamérica,  la adopción de la fibra óptica y la red 5G han sido pioneras en nuestro territorio, sin embargo, aún persisten espacios con una gran e importante deficiencia respecto a este tema.

Aunque la situación depende mucho del sector donde se accede, podemos dar cuenta en nuestro alrededor que aún queda una deuda por responder a esos sectores que enfrentaron la peor parte de los primeros meses del confinamiento por la pandemia del coronavirus. Según cifras de un estudio sobre brecha en el uso de internet realizado por la fundación País Digital, un 24,2 % de la región del Biobío no contaba con acceso a internet para el año 2020 y para aquellos que tenían alguna conexión por medio de banda ancha móvil usando conexiones atenuantes entre redes 2G y en el mejor de los casos 3G, tenian que enfrentar una educación en linea o un teletrabajo con una deficiente taza en las velocidades de descarga y subida, sin seguridad de la estabilidad de la red.

Quizas usted podrá recordar el proyecto “Todo Chile Comunicado” impulsado por el Gobierno en conjunto con la empresa Entel, si bien esta política pública desarrollada desde el año 2010 logró acercar la conectividad del 3G en sectores rurales de nuestro país, hoy ya no tiene la misma efectividad de antes, el avance de las tecnologías, sobre todo de internet, ya no puede compatibilizar con los soportes que se entregaron y aunque el enfoque de las compañías a día de hoy es implementar la red 5G hacia todo el territorio continental -al menos en su promesa publicitaria- falta mucho para que esas comunidades disfruten de esa promesa.

Como equipo de Tiempo Real hemos sido testigos de estas carencias, algunos incluso nos vimos afectados en nuestra educación por la falta de cobertura o por el corte del servicio ante la gran demanda de datos, varios compañeros tuvieron que desplazarse a grandes distancias de sus hogares para poder trabajar todos los días, situación similar a la de muchas personas en el país hace solo dos años atrás, es por eso que queremos a invitar al ejecutivo a repensar una politica publica que aborde con prioridad a esta temática, a reenfocar su esfuerzos en conjunto con las operadoras de telefonía para abordar soluciones en los próximos años y no esperar una década más o el golpe de una nueva pandemia sanitaria.