¿Qué tan lejos ha llegado la contaminación en los océanos?

Se ha dicho muchas veces que sin agua, la vida no sería posible, y es exactamente la razón por la que la contaminación de los océanos se ha convertido en un tema tan relevante como alarmante.

Durante los últimos años, el cambio climático ha significado cambios y repercusiones importantes dentro de la vida de los seres humanos, como el aumento de enfermedades, escasez de comida debido a las sequías y mayor contaminación en áreas pobladas.

Pero medir las consecuencias del cambio climático sólo en acciones que influyen en los humanos, es egoísta. La vegetación y los animales también han sido parte de los afectados, considerando que el agua que los mantiene vivos, proveniente de ríos y mares, está también cada vez más en peligro.

El mar como basurero del mundo

Los océanos cubren más del 70% de la superficie del planeta. Su extensión y profundidad fueron las características que impulsaron la idea de que éste podía utilizarse como vertedero, sobre todo con la llegada y desarrollo de la era industrial.

Esta idea tomó apoyo debido a que se creía que la dilución tanto de los materiales sólidos como de los compuestos químicos, podría suceder mucho más rápido estando en las profundidades del agua salada que en el continente.

National Geographic define la contaminación como “la introducción de contaminantes nocivos que no son habituales en un ecosistema determinado”, lo que suena como una descripción mucho más refinada de lo que el ser humano ha hecho con los océanos durante siglos. 

Greenpeace ha calculado que hasta el día de hoy, alrededor del 80% de los residuos encontrados en el mar son producto de la actividad humana en tierra, mientras que la actividad marítima es responsable del 20% restante.

Toda esta intervención, a cargo finalmente de los seres humanos, desemboca en el cambio de las propiedades naturales de las diversas áreas marinas, causando cambios en el pH de las aguas, migración o extinción de ecosistemas, y por ende, peligro de extinción para las especies; todo a raíz de la contaminación de los océanos.

Microplásticos: el mini gigante protagonista de la contaminación en los océanos

Dentro del espectro contenido dentro de la contaminación de los océanos, se ha hablado interminablemente de los microplásticos. Éstos son pequeñas partículas -de menos de 5 milímetros- que derivan de la desintegración de plásticos más grandes, por lo que continúan flotando en el agua, o bien entre las algas o la arena.

Es por esto que son fácilmente ingeridos por la fauna marina, al punto de haber sido encontrado en alrededor de 800 especies de peces, crustáceos y moluscos según un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación.

Como es de esperar, estas partículas llegaron eventualmente al cuerpo humano, mediante los consumidores de pescados y mariscos.

Lógicamente, el paso del tiempo junto con el desarrollo de las empresas, han provocado que la presencia de microplásticos se de con mayor frecuencia incluso en alimentos de origen terrestre, como la ganadería y la agricultura. Ésto debido a que el agua utilizada para el mantenimiento y producción de ambas actividades, contiene en sí misma microplásticos provenientes de la contaminación de los océanos.

¿Qué está pasando con el mar y Chile?

Nuestro país ha sabido aprovechar las ventajas de su territorio, siendo claros ejemplos la minería, la ganadería, y por supuesto, las bondades del mar.

El negocio de los salmones ha sabido posicionar a Chile dentro del ciclo de las exportaciones, siendo claramente provechoso y favoreciendo la economía, pero la contaminación y sus repercusiones, ha llevado a muchos – desde habitantes cercanos a las salmoneras a expertos en la materia- a cuestionarse si el dinero justifica el daño al medio ambiente.

En 2013, se llevó a cabo una investigación de los ecosistemas en el fiordo Comau, en la Región de Los Lagos, liderada por Vreni Häussermann, Günter Försterra, Roland R. Melzer y Roland Meyer.

Esta investigación expone la relación inversamente proporcional entre la desaparición de especies marinas y la llegada de empresas salmoneras, explicando que la explotación y contaminación del lugar, además del nulo respeto por las zonas protegidas, llevaron a la desaparición casi total de algunos ecosistemas de la zona.

Aún así, el artículo escrito por Rebeca Dorión Guesalaga en Revistamarina.cl, demuestra que si bien las salmoneras y la industria pesquera tiene un importante rol dentro de la contaminación de los océanos, otras acciones también son contabilizadas.

Los mencionados en el artículo son la actividad doméstica mediante la descarga directa al mar o indirecta a ríos y otras extensiones de agua; la actividad industrial (fuera de lo marítimo) y la petrolera, mediante los hidrocarburos del petróleo, también aportan negativamente de manera significativa en Chile.

¿Qué podemos esperar para el futuro?

Esa es la parte más desconcertante. Generalmente, como seres humanos preferimos aferrarnos a la esperanza de que esto se solucionará (mágicamente quizá), en vez de realmente tomar cartas en el asunto y hacer cambios dentro de los ámbitos que nosotros como personas comunes y corrientes podemos controlar.

Por otro lado, es cierto que las grandes empresas prefieren hacer campañas que continúan culpando a las personas por la contaminación, en vez de hacer una retrospectiva sobre su propia participación en la destrucción del medio ambiente; pero independiente del bando del que se mire, el problema siempre tendrá su raíz en el ser humano.

Y mientras continúe este “tira y afloja” respecto a las responsabilidades, la destrucción y contaminación no se detiene, teniendo importantes repercusiones a futuro.

Revisa aquí la imagen interactiva que muestra 5 especies marinas en peligro de extinción.

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