Spencer: la profundidad de Diana

Spencer, la nueva historia del director chileno Pablo Larraín, quien nos trae una nueva mirada de la vida de la aclamada princesa de Gales.

La historia entre Diana de Gales y la realeza británica se ha contado de innumerables maneras a través de documentales, biografías escritas y televisadas. Esta vez, el cineasta Pablo Larraín trae a la pantalla la interioridad de la princesa Diana y más que los conflictos con la familia real, expone la lucha con sus fantasmas internos a través de Spencer. 

El filme se remonta a 1991 durante las festividades navideñas de la familia en la casa de campo Sandringham Estate, época en donde el matrimonio de Diana junto al príncipe Carlos no se encontraba en los mejores términos. Rodeada de rumores sobre un pronto divorcio e infidelidad por parte del heredero al trono, Diana se encuentra en un estado de constante agobio, que cada día la consume más.

Se observa a la protagonista siendo controlada sistemáticamente para seguir con los protocolos requeridos por la Corona, como es el ejemplo de supervisar el peso corporal de cada integrante de la familia diariamente como forma de tradición, para saber si los comensales disfrutaban las fiestas navideñas. Diana tenía muchas personas a su lado, sin embargo, la soledad la consumía pues no contaba con ningún apoyo dentro de esa casa de campo, a excepción de su asistente Maggie, interpretada por Sally Hawkins.

La película solo obtuvo una nominación a los Oscar’s en la categoría de mejor actriz. Fotografía extraída de Vogue Mexico.

Cabe destacar que, así como lo mencionó el director en entrevistas anteriores, la cinta está alejada de ser totalmente biográfica, debido a que no intenta contar la historia superficial de Diana al espectador,  sino que lo contempla como alguien conocedor de los antecedentes. 

Por otra parte, si se pudiera describir el largometraje en una palabra, esta sería incomodidad, ya que durante toda la cinta se puede sentir la metafórica claustrofobia, la desesperanza y el agotamiento emocional de la protagonista, provocado por la tensión latente de su entorno, todo esto evidenciado mediante las distintas escenas que representan lo que siente en el momento.

Si bien toca temas como su trastorno alimenticio, un casi suicidio y el seguimiento por parte de los paparrazzis, no se tratan a través del guión, sino que mediante las imagenes el director muestra todos los pesares de la protagonista. Lo anterior hace necesario que los espectadores tengan que estar pendientes de la secuencia para poder entender la verdadera cara de la princesa.

En mi opinión, es una película que necesitas ver si quieres tener otra perspectiva de la historia de la princesa de Gales, sin embargo, para alguien que no está al tanto de toda la trayectoria de la familia real quizás sea un poco tediosa de ver, pues la cinta avanza lento y no profundiza en los detalles. 

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