Rodeo y nueva Constitución: un debate de más de tres vueltas

Nuevas polémicas de cara al plebiscito de salida reabren el debate en torno al uso de animales en el campo chileno.

Distintos grupos manifestaron su adhesión en el último fin de semana de campaña para elegir -o no- la propuesta para una nueva constitución ad portas del plebiscito del 4 de septiembre de 2022. Por un lado, los adherentes de la opción apruebo realizaron marchas, concentraciones y cicletadas en distintas partes de Chile. Por otro lado, los partidarios por la opción del rechazo organizaron reuniones para rescatar sus tradiciones y costumbres que, según indican, están en riesgo.

Sin embargo, dichas actividades no estuvieron exentas de polémicas como lo sucedido en Valparaíso cuando, en un apruebazo -forma en la que se llama popularmente a dichas manifestaciones-  se ultrajó la bandera chilena, o lo sucedido en Santiago cuando adherentes a la opción contraria lanzaron carretones -con tracción animal- a ciclistas atropellando a varias personas.

Lo último género especial preocupación ya que no solo se vieron involucradas la integridad de vidas humanas, sino que también se vió en peligro la vida de los caballos. Sumado a esto, distintas actividades para rescatar la tradición campesina del valle central tuvieron como protagonistas a personas realizando peleas de gallos -actividad prohibida en Chile- y exhibición de perros de carrera, entre otros.

Todo lo anterior volvió a abrir un debate que nunca ha desaparecido del todo y que guarda especial relación con la naturaleza cruel de costumbres que, para un sector de la población, es un derecho y, para otros, un claro ejemplo de maltrato animal. Y la actividad que más se menciona en esto, debido a que es considerado un deporte, es el rodeo.

Rodeo, ¿es o no es maltrato?

En relación a esto, el médico veterinario, Lisandro Muñoz, entregó sus apreciaciones al respecto. Es importante destacar que Muñoz es especialista en equinos y que imparte clases en la Universidad de Concepción en ramos como  Etología y Bienestar Animal, y de Ética medico-veterinaria. La conversación inicia con una pregunta, ¿tienen sintiencia los animales? “Si, todos los animales, todos los órganos vivientes son sintientes. Tienen órganos de los sentidos. Y a medida que va aumentando su tamaño cerebral van aumentando sus sentidos, sus capacidades y, por otro lado, va aumentando su sensibilidad a las cosas”, comenta Lisandro.

Respecto a si el rodeo es considerado maltrato, el especialista es enfático en aclarar que es y que no es considerado un acto cruel. “Hay que tener súper claro que para que haya una situación de maltrato tienen que ser situaciones permanentes. Un evento estresante no es un maltrato a no ser que te produzca un daño real”. Asimismo, Muñoz compara esto con un asalto: “…si a ti te salen a asaltar y tu alcanzas a escapar, no te genera un trauma, fue una experiencia. Pero si a ti esa persona te atrapa y te golpea, te tortura, eso si te va a generar un trauma”, indica el médico veterinario.

El novillo, a pesar de lo que se cree, solo se ocupa en un solo rodeo. Foto de una medialuna por Enefau con licencia CC.

Entonces, ¿es o no es maltrato animal el rodeo? Según Lisandro, no. Esto ya que depende de cómo se analice la situación y él, en su calidad de profesor de ética, menciona que el debate es complicado pero que se da mucho sobre todo en el aula de clases. “En el caso del rodeo, en el deporte en sí, es mal entendido en el sentido que uno cree, sin conocer el deporte, que va un novillo y que viene un caballo y le pega con todas sus fuerzas, a distancia, contra una superficie dura. Y resulta que, el rodeo en sí, no permite que tu golpees al novillo”, indica Muñoz. Asimismo, hace alusión a la cantidad de lesiones presentes en el transcurso de la actividad el cual, en su experiencia “ es menor a un 1 %”.

Por ejemplo, en uno de las competencias federadas de rodeo, el experto menciona que de 1 200 caballos solo cuatro se lesionaron y que de 600 novillos solo uno se lesionó. Ahora, el foco del debate también se centra en otro argumento y que guarda relación con el consentimiento: un animal no elige participar de estas actividades. No obstante, Lisandro vuelve a ser enfático: “…usted tampoco decide hacer el test de Cooper en el colegio. Tampoco el perro elige que lo castren. No elige que tu lo tengas encerrado en un departamento. Entonces, el novillo no elige participar en eso pero, en muchas acciones, los animales no eligen, eligen los dueños”, aclara el albéitar.

Y es que, según el veterinario, existe una hipocresía de parte de aquellos que defienden a algunos animales pero que siguen incurriendo en malas prácticas con otros. “Cómo hablamos de maltrato animal cuando no nos preocupamos del bienestar animal. Piensa tú que el hecho de ponerle una capa a un perro no les permite regular su temperatura, sacarse una pulga. No les dejamos socializar, les ponemos perfumes, todas cosas que son negativas para ellos. Los castramos lo que significa, en el fondo, generarles un dolor innecesario, peligro de muerte por la anestesia y, además, de no poder manifestar su conducta sexual”, indica el especialista.

Médicos Veterinarios: parte activa del rodeo

Cuando comencé este reportaje lo hice con la idea de que todos los veterinarios están en contra del rodeo. Mi sorpresa fue mayor cuando me di cuenta de que no. Incluso, hay veterinarios que participan activamente de esta práctica. Tal es el caso de Claudio del Campo, médico-veterinario que, además, es juez del deporte. Pero, antes de entrar de lleno al meollo del asunto, del Campo comenta una situación que ayuda a entender, a grandes rasgos, el meollo del asunto.

Claudio comenzó su relación con los caballos a temprana edad, una conexión que siguió cultivando después como profesional del área de la salud animal. Prontamente, él se dió cuenta de que existe una desconexión entre el mundo urbano y el rural. “La vorágine de la sociedad actual se ha ido comiendo al mundo rural y este mundo no ha hecho mucho para mantener esta tradición tan vigente. Algunos no la quieren conocer y otros no la quieren mostrar”, comenta el juez de rodeo agregando que alrededor de Concepción se siguen realizando actividades como el rodeo  y que, efectivamente, sigue llamando la atención del poblador urbano.

Esta falta de comunicación que indica el profesional ha complicado el poder llegar a buen puerto con el debate. “La gente está muy asustada”, relata Claudio y agrega que “la sociedad urbana tiene una visión muy humanizada de los caballos. Ellos tienen una visión de los animales que es muy distinta a la visión del campo. La gente allá cuida mucho a sus animales pero también es su método de sobrevivencia, allí se crían animales para la venta u obtener productos”, comenta. Igualmente, el etólogo menciona que estas actividades siguen estando muy presentes en el valle central y alrededores por lo que no es posible llegar y prohibir una práctica que dejaría a mucha gente sin su principal ingreso.

De igual forma, del Campo es enfático en mencionar, al igual que su colega Lisandro, que el mundo veterinario está presente en el rodeo y que, de hecho, por reglamento es necesario la presencia in situ de un juez que sea médico-veterinario así como lo es la creación y actualización del reglamento de bienestar animal que es elaborado por profesionales de la Universidad Austral y de la Universidad de Chile, entre otros. También ambos están de acuerdo en que falta un proceso de culturización y educación de ambas partes para poder llegar a un acuerdo que permita que ambas visiones convivan sanamente y, además, para evitar que se den hechos que puedan ser catalogados como maltrato animal no solo en el rodeo sino que en otras actividades como ocupar animales de tiro.

Al otro lado, afuera de la medialuna

El conflicto es innegable. Y el proceso histórico que está viviendo Chile también. En el otro lado de la vereda hay millones de chilenos que no consideran al rodeo como un deporte y lo ven como una práctica injusta, cruel y encuestas como la realizadas por ADIMARK y CADEM -el año 2016- demuestran que un 87 % de los chilenos no quiere que se siga realizando. En el caso del artículo 131 de la propuesta para la nueva Constitución, esto podría cambiar drásticamente.

Bajo esta línea se encuentra la enfermera y abogada, Loreto Vidal, quien además fue una constituyente por el distrito 20 y que impulsó muchas medidas que van en pro de los derechos de los animales y la naturaleza. Al respecto, Vidal indica que “Es importante reconocer en primera instancia que la propuesta de Constitución generada por la Convención asume de manera amplia las temáticas de la naturaleza y el medio ambiente en su capítulo tercero”, agregando que es un avance significativo para Chile y que ayudarían, desde su punto de vista, a superar prácticas “culturalmente instaladas de maltrato”.

Son tres los artículos en la propuesta de la nueva constitución que regularían la legislación chilena frente a la naturaleza. Foto por Raphael Sierra.

Lo anterior fue posible debido al trabajo mancomunado de distintas agrupaciones de la sociedad civil que buscan el bienestar del mundo natural en general. Y es que el capítulo tercero de la propuesta no sólo busca defender a los animales y dotarlos de sintiencia frente a la legislatura chilena, sino que también proteger los ecosistemas y todas su partes, incluyendo a los humanos que los habitan. No obstante, la abogada es enfática en recalcar que es importante respetar ambos puntos de vista y que “la tradición de las comunidades rurales merece toda la protección y respeto” pero que es necesario una mirada crítica frente al tema a través de la bioética.

De hecho, la propuesta implica la creación de un Consejo Nacional de Bioética, de la cual Loreto espera ser parte esencial y que impulsó con varios bioeticistas nacionales, instancia que se espera pueda tratar de mejor forma prácticas como el rodeo. Asimismo, la también enfermera, destaca que esta iniciativa tuvo una fuerte resistencia por parte de sectores de la derecha, cosa que es importante mencionar para abarcar toda la polémica.

Una historia de la elite

Si bien el rodeo es considerado una actividad del campo, es imposible no destacar su naturaleza elitista. Esto ya que, según menciona el profesor de historia, Eduardo Borie, la práctica “llegó a través de los españoles como una adaptación del rodeo español. Era una práctica de los criollos para lucir sus aperos y caballos. No existe nada de eso entre los indígenas. Solo es una práctica de la élite chilena”. Y es que, si bien, tal actividad es considerada un deporte desde 1960, también existe un negocio detrás que, de hecho, es una de las principales razones por las que es tan complicado el debate entre la ciudad y el campo.

El Rodeo fue introducido por el gobernador español García Hurtado de Mendoza durante la época colonial. Foto por María Ángeles con licencia CC.

Asimismo, el historiador agrega que, según su punto de vista, es una costumbre de los dueños del Chile central y que “los campesinos pobres se identifican más con las carreras a la chilena”. Esto ya que los caballos que participan son purasangre. Por ejemplo, según Lisandro Muñoz, mantener un caballar cuesta, mínimo, 200 000 pesos lo que sin lugar a dudas convierte al rodeo en una actividad que no muchos pueden desarrollar o mantener en el tiempo.

Rodeo, una mirada sociológica

No obstante, a pesar de lo anterior, es un hecho que la relación humano-animal es intrínseca. Así lo destaca el sociólogo, Martín Sanzana, quién indica que “hasta hace no menos de 200 años, la humanidad seguía dependiendo del caballo, por ejemplo, para la mayoría de sus actividades” y que no es posible desligar estas prácticas de lo que significa el ser humano. Asimismo, en relación a la naturaleza de estas prácticas en función de la sociedad, el profesional indica que “esto nace producto de la negación propia de la naturaleza animal del hombre y que, finalmente, es proyectada a través de actividades violentas como el rodeo o las peleas de gallo”.

De hecho, Sanzana concuerda con los etólogos cuando menciona que existe una “hipocresía de parte de muchos cuando se cae en el antropomorfismo con algunas especies y otras no”, según indica él  y que no se puede “llegar y negar a una parte no menor de la población” independiente de sus orígenes.

Finalmente, queda esperar a ver cómo las distintas partes resuelven la problemática y también el cómo, en caso de aprobarse la propuesta para una nueva Constitución, el poder judicial armoniza una actividad que si bien es repudiada por muchos, representa, inequívocamente el sentir de muchos tantos otros que se sienten desplazados por la sociedad urbana para así evitar los desafortunados y lamentables eventos sucedidos durante la brecha final de campaña por el rechazo y el apruebo.

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