«Una fuente de identidad e intercambio»; el arte callejero en Concepción

Vemos arte en cada calle de nuestra ciudad, todo el tiempo y de distintas maneras. ¿Hasta qué punto contribuyen las distintas formas de arte callejero en la cultura penquista?

Según la enciclopedia Concepto, el arte callejero se define como “las técnicas informales de expresión artística que se dan en la calle de manera libre, a veces incluso (de manera) ilegal”. Bajo esta definición podemos identificar a Concepción como una ciudad que rebosa este tipo de arte en distintos puntos y formas.

Desde los vistosos murales del centro de la ciudad, hasta los artistas que hacen de sus expresiones la fuente de sus ingresos en distintos semáforos. La capital de la VII región es un caldo de cultivo para el arte callejero.

«No podría haber una ciudad sin arte»

Dentro de la extensión de arte que podemos encontrar en el Gran Concepción, algunas de las formas de expresión más llamativas son las que utilizan el movimiento del cuerpo.

Rocío González Catilao, malabarista de hula hoops, señala que «basta con ver cómo los niños se sorprenden al ver a los artistas callejeros (…) la calle es el medio que la gente tiene para compartir y ver estas cosas».

González explica que, en algunas ocasiones, el único lugar donde poder ver a un malabarista o persona circense es en un circo «y no todas las personas pueden ir al circo», es ahí donde los espacios públicos son el escenario que funciona como «fuente de identidad e intercambio» tanto para los artistas, como para los espectadores. Esto va creando la cultura de nuestra ciudad.

Rocío dice que una ciudad sin arte «sería un lugar triste, sin intercambio, sin movimiento, sin cultura básicamente». Con esto concuerda Marcelo René Cárdenas, malabarista, quien señala que el arte callejero se encarga de que «la calle sea más bonita o interesante de alguna manera».

Marcelo también nos explica que con los últimos años el expresarse artísticamente en las calles de Concepción ha «agarrado más fuerza», lo cual finalmente es beneficioso para la cultura a nivel local. Además, según Cárdenas, en la calle «se conoce un mundo nuevo y ves como personas pueden ganarse unos pesos haciendo lo que realmente les gusta, sin necesidad de escalar a lo más alto para poder empezar a tener ganancias como en otras disciplinas».


El Hula Hoop es una de las actividades que más impulso ha tomado entre las formas de expresión artísticas en Chile, es por esto que ahora se imparten talleres y clases sobre cómo expresarte de la manera más fluida y correcta con los hula. – Créditos: Photo_Concepts

Falta de recursos y espacios

Aunque el mostrar tu arte en la calle pueda resultar ventajoso para la cultura de la ciudad, además de ser un acto casi poético para algunos artistas, la verdad es que algunas personas como Josefina Ignacia Navarro Acuña, realizadora de talleres de hula hoops, consideran que «faltan espacios en donde mostrar el arte, y por eso se debe recurrir a lo que está al alcance; lo que sería tomar espacios públicos«.

Josefina señala que existe un abandono a las artes: «hay pocos recursos para el arte y la cultura en general». De hecho, según Rocío: «el darles valor y vida a los espacios públicos» es parte del trabajo que realiza constantemente el artista callejero, «llevamos estos elementos al espacio público para la gente que no tiene acceso«, señala Catilao.

Manuel Antonio Álvarez Alvarado, cantante de microbuses, considera que «el arte callejero es un aporte muy grande y se minimiza mucho. Se merece un reconocimiento mucho mayor«. Para Manuel, el ver cómo su música despierta sentimientos entre los pasajeros demuestra «el gran y hermoso potencial» que tiene esta forma de expresión.

Arte callejero y política

Para Mareen Arias, miembro de Callejeras Autoconvocadas Biobío, cuando realiza arte su cuerpo «es un lienzo en el que a través de la pintura se manifiesta un sentir». Una de sus últimas actividades tuvo el objetivo de «salir a la calle y manifestarse» respecto a lo que les acontece como mujeres.

Según palabras de Mareen: «Una de las motivaciones que tenemos es generar un impacto. Utilizamos la cultura para manifestar y cuestionar nuestra propia cultura«, ya que esta misma es la que nos han enseñado y hemos reproducido en el tiempo, y Callejeras Autoconvocadas Biobío «utiliza el arte para tomar una postura respecto a esta forma de vida patriarcal».

Mientras, artistas del mundo del graffiti como Nicolás Salazar Anativia consideran que ciertas formas de expresiones artísticas tales como el muralismo han sido menospreciadas con el contexto político a nivel país.

Para Nicolás: «Se han pasado a llevar muchos murales y graffitis en los cuales se han puesto mensajes encima defendiendo una u otra consigna política (Apruebo o Rechazo), un ejemplo sería el mural de los humedales o los grafiti cerca del hipódromo».

Según Salazar, siempre se debería recordar, antes de cubrir un mural o graffiti, que «esto lleva tiempo y dinero que sale del bolsillo de uno, nadie nos auspicia para andar pintando». Nicolás recalca que si bien lo que ocurre a nivel país es importante, también hay otros medios para dar su información.

Callejeras Autoconvocadas, y otros muchos colectivos, se fundaron o hicieron muy presentes durante el año 2019, en las manifestaciones masivas que comenzaron a principios de octubre. – Créditos: mariana.soledad.

El parkour y la compresión del entorno

Una de las prácticas que más debate generan en las personas respecto a su condición de arte es el parkour. Esta destreza, de origen francés, tiene como principales componentes la destreza física del individuo para desplazarse «de un punto a, a un punto b», así lo explica Carlos Pantoja.

Carlos considera el arte callejero muy importante «pues es una forma de expresión que tiene la gente, ya sea pintando las paredes, bailando, pues todo esto genera vínculos y una forma de expresión». Según sus palabras, el conocer nuevas personas en estos espacios, mostrar tus emociones, sentires y desempeño es importante y se refleja mucho en el arte de la calle.

Algunas personas, sobre todo las más academicistas, tienden a menospreciar el parkour o ni siquiera incluirlo al hablar de arte, pero en esto Carlos difiere. El oriundo de Chiloé explica que: «no consiste solo en estar saltando, corriendo o haciendo destrozos como dicen algunas personas. Consiste en desplazarse de la forma más prolija, evitar ser tosco, torpe y con movimientos suaves; es decir, requiere tiempo y dedicación».

Para lograr perfeccionar en la mayor medida la destreza del parkour, el artista debe conocerse a si mismo y «entender su entorno». Pantoja dice que: «Debes entender tu entorno para saber dónde te estas moviendo, y conocer cuál es el límite de tu cuerpo. Por eso según mi punto de vista, si lo considero un arte».

De hecho, el movimiento del cuerpo suele ser muy nombrado por las y los artistas de Concepción al momento de hablar de arte callejero. Tanto Rocío González como Josefina Navarro explicaban que el movimiento es la herramienta fundamental en algunas formas de expresión artística.

Según González la impresión que causan estas destrezas, no solo en niños, sino que en cualquier persona que se convierte -durante algunos minutos- en espectador del show, es uno de los elementos más importantes para concebir alguna destreza o dinámica como artística.

Arthur C. Danto, escritor de algunos libros como «El abuso de la belleza», considera que un punto importante a analizar y destacar de cualquier obra es el impacto que produce en el espectador. Podríamos decir entonces que, mientras que la disciplina haga expresarse (del lenguaje que venga) al artista, y provoque una impresión en el espectador, ya estamos hablando de arte. Aunque esto sea una materia que aún a día de hoy está en debate.

Lo único que queda como certeza es la importancia que tienen estos espacios, estos momentos en la vida urbana de Concepción para los artistas y para los espectadores, que en cada caminar o semáforo en rojo desprendemos de nuestros cuerpos las emociones que de otra forma se mantendrían alojadas en algún rincón de nuestras almas.

Aunque el elemento artístico del parkour para algunos aún sea un debate, su popularidad creció de manera exponencial desde el lanzamiento de películas y videojuegos como Asssassin’s Creed (2007). – Créditos: Mike Harrington.
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