Todos y todas conocen a Elvis Presley, el ídolo que enamoró al mundo en los años sesenta. Su vida personal siempre ha provocado un gran interés en la audiencia y Baz Luhrmann la llevó directamente a la pantalla grande.

La película se estrenó en Chile el 14 de julio, sin embargo su popularidad aumentó el pasado 2 de septiembre con su aterrizaje en la plataforma de streaming HBO Max. Dirigida por Baz Luhrmann, superó a los otros estrenos de este año en recaudaciones.

En cuanto a la trama, presenta la vida y carrera profesional del denominado rey del rock and roll, Elvis Presley. La explotación de su imagen fue el principal detonador de su triste final, conducido por su pretencioso manager, interpretado por Tom Hanks (protagonista de la película «Forrest Gump»). Este último, se proyecta como el villano de la historia, quien empujó a Elvis a la adicción a fármacos y comida, además de obligarlo a realizar excesivas presentaciones en Las Vegas. 

A pesar del éxito de ventas y los detalles en la actuación de Buttler, la cinta resulta un poco confusa para aquellos que no siguen el trabajo de Presley. En un principio, expone la persecución al cantante por sus movimientos considerados ilegales e “indebidos” por la sociedad norteamericana de los años sesenta. La rebeldía del cantante es a lo que da énfasis el director, aquello que realmente lo llevó al estrellato y también a enlistarse en el ejército. 

Adicional a sus días de vida rockstar, su relación con Priscilla Presley, interpretada por Olivia Dejonge,  se convirtió en el verdadero protagonista. El amor y compañía incondicional de la pareja se retrata perfectamente en la mirada de los actores, quienes lograron imitar la forma en que la pareja se relacionaba. Hay que añadir que, para que esto fuese una copia fidedigna de la relación,  Priscilla Presley participó en la producción y describió su matrimonio con Presley. 

Por otro lado, la música de Elvis no intentó ser imitada por la producción, sino que se utilizó la voz del actor y cintas remasterizadas de presentaciones grabadas de Presley a lo largo de su carrera.  El final de la película, mezcla una emotiva presentación del Rey y la actuación de Austin, los mimetiza y cuesta distinguir cuál es el real. En cuanto al cierre, este le da un toque melancólico a la cinta, ya que finaliza con el conocido tema Can’t help falling in love, dedicado a su ex esposa.