Digimon Tamers: una serie para niños con temáticas de adultos

El programa de los monstruos digitales tiene la fama de tener buenas historias, y esta tercera producción no se queda nada atrás, pues marcaría un antes y un después en la franquicia.

Existen muchos ejemplos actualmente de series animadas que, a pesar de estar categorizadas como infantiles, tratan tópicos que se adecúan más bien a adolescentes y adultos. Depresión, problemas familiares e incluso la muerte, son elementos que el espectador no esperaría en esta clase de producciones para niños. Sin embargo, hubo una serie a principios de los 2000  que sí abordó estas temáticas: Digimon Tamers.

Es común escuchar a algunos decir que cierta serie “no era para niños” o “no es como la recuerdas”. Esto, debido a que se tiene la concepción  de que lo infantil no implica profundidad, pero esto no necesariamente es así. El caso de Digimon Tamers es uno que precisamente rompe las reglas, pues nos habla de varios temas que implican más reflexión: por ejemplo, cómo los niños forman lazos con sus mascotas virtuales y cómo éstas influyen en sus vidas, considerando que en algún momento morirán. Y es que hablar de este proceso natural e irremediable no tiene nada de malo. Al contrario, creer que mencionar estas cosas frente a los niños es “malo” u “horrible” es más un prejuicio que un verdadero problema.

Chiaki J. Konaka, escritor de Digimon Tamers. Fuente: Mubi

Ejemplo de lo anterior es un personaje de la serie —más concretamente una niña pequeña que parece muy alegre y extrovertida— pero que, conforme pasa el tiempo y debido a una serie de hechos desafortunados, acaba cayendo en una profunda depresión. Aquello puede horrorizar a más de alguno, que seguramente pensará: “¿cómo pueden mostrar algo así por televisión?”. La respuesta es sencilla: esta serie no trata a los niños como tontos, pues sabe que ellos son conscientes de lo que les rodea. Quizás no puedan razonar como un adulto, pero ello no los convierte en seres ajenos a la realidad. Al contrario, los hace parte de ella.

 Otros argumentarán que eso a los niños los puede asustar o traumar, pero es que precisamente el que éstas situaciones se den a conocer es para enseñarles que ocurren en la cotidianeidad de la vida. No todos tuvieron infancias fáciles, muchos —siendo niños— vivieron momentos tristes o traumáticos, que marcaron su vida para siempre y, probablemente, al ver estas situaciones reflejadas en una serie para niños los hizo sentirse acompañados, que no fueron los únicos a los que les pasó.

Para concluir, el hecho de que una serie infantil toque temas profundos no implica necesariamente que eso la haga “oscura” o poco infantil, sino que —por el contrario— el ser algo para niños no es excusa para presentar algo mediocre. Y si se quiere hablar de cosas que incluso a los adultos les incomoda, esto no la hará traumática ni nada. Puede que incluso se sientan apoyados para continuar con su vida y saber que vale la pena vivirla.

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