Fin al uso de mascarillas: una decisión que asoma con interrogantes

Dos años y medio han pasado desde que el uso del principal símbolo de protección contra la pandemia se hizo obligatorio. Este 1 de octubre para Chile llega el fin de su uso de forma casi total, dejando diversas interrogantes de cara al futuro de una enfermedad que quedará grabada en la historia reciente de nuestra sociedad.

Por Sebastián Arias y Gonzalo Villegas

Un Viernes 17 de abril del 2020 las mascarillas empezaron a utilizarse de forma obligatoria en  Chile, producto de la pandemia por COVID-19 y su incesante velocidad de propagación. Su uso fue requerido en establecimientos educacionales, lugares cerrados que corresponden a galerías, tribunas, recintos deportivos, gimnasios, entre otros espacios compartidos por la sociedad civil.

Las salidas a parques, playas, centros culturales, entre otros, eran con la condición mínima de la utilización de mascarilla, además de medidores de temperatura y dispensadores de alcohol gel. No había otra forma de freno o prevención, los casos se dispararon en el país durante el periodo inicial de pandemia, llegando a cifras récord a nivel mundial y latinoamericano que mitigaron en distintas medidas de emergencia  en aquel tiempo por parte del Gobierno del ex presidente Sebastián Piñera.

“Se hará obligatorio el uso de mascarillas en todo transporte público y privado que sea remunerado. Estamos hablando del Metro, los trenes, buses, transportes colectivos, transporte privado remunerado de pasajeros, transportes aéreos y marítimos remunerados”, explicaba la ex subsecretaria de salud Paula Daza un 5 de abril del año 2020. Puntapié inicial de su uso en Chile y que en esos días fue declarado como indefinido.

Sin embargo, luego de 896 días desde este decreto, el actual Gobierno liderado por Gabriel Boric estableció que desde este 1 de octubre su uso llegaría a su fin, al menos a nivel de exteriores y espacios particulares. Esto se debe principalmente a la disminución de los casos desde hace ya varios meses, además de tener a una población con su proceso de vacunación al día casi en un 80% de su totalidad.

De igual manera, esta decisión está sujeta a cambios, ya que no se descarta tener que volver al  uso del elemento preventivo en caso de que los contagios vuelvan al alza. Se trata de un paso importante para el país en materia sanitaria, donde se tomaron ejemplos de otras partes del mundo para llegar a la resolución.

En Europa por ejemplo, la mascarilla hace bastante tiempo dejó de ser un elemento cotidiano y obligatorio, por lo que la decisión se veía venir tarde o temprano. Acá en Chile fue todo un fenómeno al comienzo, donde llegó a existir desabastecimiento del producto y personas que por estas razones tuvieron que buscar otras alternativas.

Con el paso del tiempo y la vuelta a la semipresencialidad, el implemento se transformó incluso en un artículo de moda. Vendedores ambulantes traían las novedades con diseños, como también las empresas generaban su propia identidad a través de ellas.

Este escenario de “Apertura» da para ilusionarse con el cese de la pandemia, pero la verdad de las cosas es que el virus sigue presente alrededor de nuestros espacios. Bajar los brazos ante tantas interrogantes que permanecen en el aire sería fatal para tropezarnos nuevamente con la piedra del Covid-19, la que por el momento da algo de tregua en el país.

La ministra de Salud, Ximena Aguilera, fue la encargada de hablar con los medios en el anuncio de esta medida, donde aseguró que hoy Chile tiene un mínimo histórico de uso de camas hospitalarias y críticas. Fotografía: Agencia UNO.

¿Se terminó la pandemia?: las excepciones e interrogantes con el uso de mascarilla

Una de las excepciones en donde la mascarilla seguirá siendo obligatoria es en la asistencia a centros de salud en su totalidad, sin hacer diferencias en el sector público y privado. Debido al alto flujo de personas con complicaciones de todo tipo, se hace obvia la necesidad de mantener en estos espacios la protección, hasta ahora resultando ser la única excepción en la que la decisión no es voluntaria del individuo.

Es en este contexto que el jefe de la UCI pediátrica del Hospital Las Higueras de Talcahuano, el doctor Leonel Espinoza, enfatiza que la medida “es buena en calles, lugares abiertos y espacios públicos. Las mascarillas deberían usarse siempre en centros de salud y optativas en ciertos lugares cerrados. Ayudaría a evitar otro tipo de contagios de tipo aéreo”. Por otra parte, fue enfático al sostener  que “la pandemia no termina con el uso de mascarillas”.

Para la kinesióloga y encargada de inmunología del Cesfam de Hualpén, Carolina Parcet, la decisión es acertada desde el punto de vista técnico, donde ve con buenos ojos la mantención de su uso.

“Dentro de los centros de salud lo consideramos como una buena prevención, ayuda a que cualquier persona que ingrese tenga un mínimo de protección. Al momento de llegar a un hospital o Cesfam no sabemos si la persona puede estar contagiada, pueden tener síntomas o ser asintomáticos, por lo que se puede sospechar siempre”, dijo la jefa administrativa del área.

Hay otros espacios donde su utilización ha sido puesta en duda, y simplemente se estableció como una recomendación que depende del criterio de la persona. Desde el Colegio de Químicos Farmacéuticos y Bioquímicos de Chile esperan que se establezca el uso obligatorio dentro de las farmacias, lo cual podría considerarse válido desde el punto de vista jurídico, ya que según el artículo 129°del Código Sanitario estas cuentan como centros de salud.

Dentro de un comunicado publicado por el Colegio Químico Farmacéutico, los profesionales sostienen que las personas asisten a sus centros de distribución generalmente presentando ciertos síntomas relacionados al virus, por lo que llaman a la precaución. Fotografía: Agencia UNO.

Otro entorno que preocupa y causa interrogantes es el del transporte público, donde las autoridades solo recomendaron su uso, pero no era causa de multa o llamado de atención el no llevarla. Esta arista permisiva ha provocado dudas en la población, puesto que se considera peligroso el hecho de no tener en consideración el cuidado en espacios cerrados sin una ventilación adecuada, lo que puede provocar un foco de contagio elevado.

En su momento, un tema que generó debate fue en el regreso de los escolares a clases presenciales, niños y niñas se vieron obligados a usar mascarilla dentro de salas y patios de recreo. Incluso, en algunos casos se exigía su uso en asignaturas cómo Educación Física, limitando en muchos aspectos el correcto desarrollo de las actividades por dificultades para respirar. 

El colegio sin mascarillas: ¿ayuda a una mejor educación?

Una de las voces que se alzaron en su momento con el fin de volver a reestructurar el uso de las mascarillas en espacios cerrados vinieron desde los profesores. Para  Gislenne Gaete Lisboa, coordinadora del programa de integración escolar y magíster en desarrollo curricular y proyectos educativos de la comuna de San Fernando el principal beneficio será “en el aspecto emocional y afectivo de los estudiantes, Es importante que ellos sientan que están viviendo una vida normal, lo cual, traerá beneficios en el aprendizaje”.

La docente y encargada del área de Convivencia del Colegio Gran Bretaña de Concepción, Laura Díaz, tiene una conclusión similar con respecto a la medida. Ella observa en los niños un cansancio al hablar en jornadas exhaustivas, además de coincidir con Gislenne en el tema emocional de los más jóvenes, pero sin bajar la guardia y manteniendo los cuidados básicos.

“Lo considero como una buena decisión pensando en los niños, ellos se cansan al hablar tanto con la mascarilla, sobre todo en casos donde se dan clases con alta participación. Pero también creo que esto trae una responsabilidad, mientras el Covid siga presente hay que seguir manteniendo los protocolos que nos cuiden, manteniendo distancia y aplicando el lavado de manos constante”, comentó la profesora.

Por otra parte, el ministro de Educación Marco Antonio Ávila en conversación con Bío Bío, explicó que el uso de la mascarilla «no será obligatorio en ningún tipo de establecimiento. No hay obligatoriedad en el uso dentro de las salas de clases, menos aún en los espacios abiertos».

Desde la vuelta a clases presenciales a finales del año 2020, el uso de mascarilla fue obligatorio dentro y fuera de los salones. Fotografía: T13.

Reflexiones bajo la experiencia europea

Más de la mitad de la Unión Europea (UE) ha eliminado la obligatoriedad del uso de mascarillas en interiores. Desde el 20 de abril de este año se puso fin a su uso en España, aunque se mantiene para transporte público. Es preciso recordar que Italia, uno de los países más golpeados por la crisis sanitaria del COVID19 se sumó a la tendencia europea y eliminó la mascarilla en el transporte público. En Rumanía y Países Bajos se ha retirado sin restricciones. 

Según expresa la psicóloga chilena y residente en el país germano Dalia Wassermann “En Alemania la situación es diferente, pero por diversos motivos. El sistema de salud acá es muy bueno y su acceso es muy eficiente para todos y todas. Esto llevó a que, al menos acá, la pandemia nunca fuese tan complicada como en Italia o España. La realidad en Latinoamérica es muy diferente, acá no existe el mismo nivel de hacinamiento, entonces la mascarilla no es tema.” precisó la profesional. 

En cifras de ECDC y Epdata.es, la tasa de incidencia acumulada de casos de COVID-19, se mantiene bajo los  200 casos diarios por cada 100 000 habitantes en gran parte de la UE, números que no presentan curvas negativas luego del fin de las restricciones. 

La realidad chilena y particularmente latinoamericana dista mucho con el viejo continente. Sin embargo, la evidencia entrega tranquilidad en torno a una vuelta a la normalidad que ha tomado años en llegar, pero que cada día se ve más cerca. 

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