Se flexibilizan las medidas y las empresas privadas no son la excepción

Luego de dos años se eliminó el uso obligatorio de mascarillas en el área laboral, pero aun así algunas compañías lo siguieron exigiendo como norma.

En Chile se ha visto una baja en los casos positivos de COVID-19, un buen seguimiento en el plan de vacunación y respeto de las normas sanitarias, razón por la que el gobierno decidió flexibilizar las medidas para regresar un poco a la normalidad.

Se anunció que desde el primero de octubre se elimina el uso obligatorio de mascarillas, un hecho que llamó bastante la atención, teniendo en cuenta que la norma se estableció durante dos años a lo largo del territorio nacional.

La Subsecretaría de Salud Pública y la Superintendencia de Seguridad Social recordaron que solo seguirá siendo obligatorio en hospitales, clínicas privadas u otros establecimientos del área, entre ellos Cesfam, SAPU y SAR; tanto para quienes consulten como sus acompañantes.

Minsal anunció que se suspenderá la solicitud del pase de movilidad en algunas actividades y eliminó la restricción de aforos durante eventos masivos.
Créditos imagen: The Clinic.

¿Cómo se ha vivido esta situación desde el área laboral?

Se provocó un conflicto tras el anuncio, porque algunas empresas privadas solicitaron seguir la regla, pero otras compañías contactaron a los trabajadores para informar que la medida continuaba siendo obligatoria dentro de sus establecimientos.

Esto generó que, a una semana del anuncio, el Minsal tuviera que volver a establecer un punto de prensa donde explicaron que las empresas no podían obligar a los trabajadores, sino que debían prestar las medidas para quienes deseen ocuparlas.

Gustavo Salazar, trabajador de la constructora Epco, señaló que: “Luego del anuncio por parte del Minsal respecto a quitar las mascarillas obligatorias, la empresa decidió mantener la medida porque existía una contraposición en las leyes; pero tras el segundo comunicado se optó por suavizar algunos de los requerimientos que nos piden en las fiscalizaciones; esto de acuerdo a las libertades y funcionamiento de las obras. Si se presentan síntomas relacionados con el COVID-19, se debe informar a la supervisión para evaluar el protocolo”.

Este conflicto se originó porque existía una ambigüedad en la flexibilidad que anunciaron las autoridades de salud, pues no eran aplicables al mundo empresarial, ya que sigue vigente y predomina la ley 21 342, esta decreta un protocolo de seguridad sanitaria laboral para el retorno gradual, que deben mantener las compañías que realicen actividades de forma presencial.

Tras la contradicción con las medidas, se tuvo que analizar la situación e implementar un nuevo comunicado, para establecer que las entidades empleadoras sigan el protocolo actualizado; pues estos cambios fueron considerados con la evolución de la situación sanitaria a nivel nacional.

Hugo Inostroza, prevencionista de riesgo de la pesquera Camanchaca, respecto a esta contradicción explica cómo se vivió la situación desde su empresa, él indica que: “Nosotros trabajamos bajo la ley 21 342 que establece el protocolo de seguridad sanitaria laboral, entonces no podíamos hacer nada antes de que hubiera algún cambio, al pasar los días salió la circular 3697 que menciona la eliminación de la mascarilla que en los espacios cerrados, entonces esta exigencia se transformó en una recomendación”.

Además, indica que: “En el caso de que exista alguna alza en cuanto a los contagios, nosotros lo derivamos a la IST, siempre y cuando se considere que se produjo en el área laboral”.

Las empresas deben mantener el teletrabajo para personas con enfermedades que generen riesgos en la salud de los trabajadores, mientras exista la alerta sanitaria; si no se respeta por parte del empleador, se pueden realizar las denuncias respectivas presencialmente en la Inspección del Trabajo o a través de su página web.
Créditos imagen: Getty Images.

Con esta modificación las empresas prestan los servicios para los trabajadores que deseen utilizarlos, entre estos se encuentran dejar a disposición cajas con mascarillas y jabón gel o una solución de alcohol al 70 %; también deben tener un control de temperatura.

Respecto a los aforos, se recomienda mantener un distanciamiento de al menos un metro como medida de prevención, pero no se dispondrá de la capacidad específica en las dependencias.

Sergio Zúñiga, abogado especialista en derecho laboral, explica qué pasaría si a alguien se le presiona a ocupar un cubreboca en su oficio, comentó que: “El empleador no está facultado para exigir el uso de mascarillas, si lo hace la persona puede presentar un reclamo ante la DT, porque se le está imponiendo una obligación que no es legal; esto constituye un acto de segregación o marginación, ya que no se fuerza a los demás individuos en otras compañías, infringiendo de esta forma lo dispuesto en la Constitución Política de la República de Chile en el artículo 19 número 16 que prohíbe la discriminación laboral y en el segundo del Código del Trabajo”.

Paola Zúñiga, presidenta de la CUT en Concepción, asegura respecto a estos nuevos términos que: “Generan un ambiente de tranquilidad, es importante que los trabajadores no sientan una presión social del uso de cubrebocas; no obstante, hay puntos y situaciones donde es necesario, sobre todo el área de salud, alimentación y atención de público; pero esto queda a criterio de cada uno, debemos entender que no es una limitante o imposición de la empresa estar o no con mascarilla”.

¿Es segura realmente esta medida?

Si observamos a nuestros países vecinos, Argentina fue el primero en eliminar el empleo de cubrebocas al aire libre en octubre del 2021, luego de siete meses y al observar una baja en los contagios por COVID-19 se amplió a los lugares cerrados, quedando solo obligatorio en el transporte público.

Durante el 2022 se sumaron más países, como es el caso de Brasil, Colombia, México, Panamá, Puerto Rico y Uruguay; luego de evaluar las cifras de los contagios, fueron flexibilizando las medidas progresivamente hasta quitar el uso en espacios cerrados. Sin embargo, cada gobierno continúa llamado al autocuidado y emplear resguardos en sitios con poca ventilación, transportes públicos y centros de salud.

Las autoridades chilenas explicaron que si las condiciones de la pandemia se vuelven desfavorables, debido a la alerta sanitaria, se puede volver a retroceder en el plan Paso a Paso. 
Créditos imagen: Xataka.

Yohana Carreño, enfermera de la Clínica Andes Salud Concepción, afirma que hay factores que se deben considerar para retirar el cubrebocas, ella explica que: «Las nuevas medidas que entregó el gobierno quedan opcionales, pero hay que ser conscientes y evaluar las circunstancias, por ejemplo, se tiene que utilizar la mascarilla en espacios con alta aglomeraciones o con escasa ventilación, en el transporte público y cuando estamos incubando algún virus».

Además, Carreño menciona que: “Los pacientes de riesgo, inmunodeprimidos o quienes no se hayan vacunado contra el COVID-19 deberían ocuparlas siempre, ya que tienen más probabilidades de incubar el virus. No obstante, es cierto que la tasa de hospitalizaciones ha bajado y ahora estos casos no llegan a la muerte, esta situación incrementa una seguridad en la ciudadanía, provocando que las personas ocupen menos cubrebocas. Hoy en día, los síntomas son bastante diferentes que al inicio de la pandemia, pero al sentir dolor de garganta, fiebre u otro indicio, la primera recomendación es usar una mascarilla y la segunda es asistir al centro de salud más cercano y solicitar un PCR, para evitar que se propague un posible contagio”.

Evidentemente, esto no implica un relajo en el autocuidado, hay que tener en cuenta que la pandemia no ha terminado; sin embargo, ya se veía un agotamiento de la población al mantener por dos años todas las medidas de seguridad de forma obligatoria en sus trabajos, el transporte público, lugares de recreación, entre otros.

El hecho de que los trabajadores estén a lo largo de su jornada laboral sin una mascarilla es bastante importante, ahora cada persona puede cuidarse y regularse por su cuenta; dejando de ser algo forzado por un ente, esto trae un relajo a la carga social que se enfrentaban a diario los habitantes de Chile.

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