Agricultura informal chilena y sus modificaciones con el TPP11

El mes pasado el Senado aprobó este tratado con 27 votos a favor dejándolo listo para su promulgación por parte del Ejecutivo.

Como si estuviéramos otra vez en el 2019, la aprobación del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP11) volvió a estar en el centro de las discusiones debido a su segura promulgación. Posturas a favor, posturas en contra… A través de los medios nos hemos enterado de que ni siquiera los políticos han podido estar 100 % de acuerdo, pero de lo que realmente no nos hemos enterado es de las modificaciones que se debieran aplicar junto con la instauración del TPP11 ¿Es tan malo como lo pintan algunos? ¿Cómo podría afectar la vida de quienes trabajan informalmente en la comercialización de vegetales?

Para comprender todo lo que el TPP11 implica se necesita tener un poco de conocimiento sobre el comportamiento que nuestro país ha tenido en materia de comercio exterior. Recordemos que, desde su regreso a la democracia, Chile ha firmado un sin número de acuerdos y tratados de libre comercio los que han significado un gran desarrollo y mejora en los costos de los productos importados, generando de esta forma una alta competencia que, a su vez, se deriva en un mercado más sano, con mejores precios y servicios para los chilenos.

Héctor Roa, asesor de comercio exterior y logística internacional señala que “nuestras exportaciones han ido aumentando gracias a que las barreras arancelarias -conseguidas a través de diversos tratados comerciales- son más bajas para nuestro país. Debido a esto es que nos convertimos en productores a nivel mundial de alimentos como la avellana europea Haselnuss o la cereza chilena”.

Volviendo al tema, existen diferentes tipos de tratados comerciales, cada uno de ellos con distintos alcances, pero todos tienen en común el objetivo de mejorar las relaciones comerciales entre países de una u otra forma. En ese sentido, el TPP11 es un tratado de integración económica multilateral que incluye 11 países y consta de 30 capítulos que abarcan diversas áreas. Si nuestro país fuera incluido en él podría relacionarse y hacer negocios con cerca de 500 millones de personas.

La principal ventaja de que nuestro país se uniera al TPP11 es que podríamos negociar de forma igualitaria con algunos países que tienen un mayor poder negociador frente al nuestro y el proceso sería mucho más rápido.

Leyes adjuntas al TPP11

Pero si trae tantos beneficios ¿por qué hay tanta gente en contra? Como todo en la vida, no todo es completamente bueno y este tratado trae consigo algunas leyes que los chilenos desconocemos. Si nos centramos en la agricultura nacional, podremos ver que el artículo 18.7 del TPP11 demanda la implementación inmediata de la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV-91), ¿de qué se trata esta ley?

Primeramente, la UPOV-91 le otorga derechos a los obtentores de nuevas variedades vegetales. Este término se le atribuye a quien crea una nueva especie vegetal. En palabras más sencillas, se entrega cierta patente o titularidad a la persona que haya creado una nueva especie vegetal, algo así como un copyright para las plantas que puede durar desde 15 a 18 años, dependiendo de la especie inscrita.

Este concepto no es tan lejano para nosotros, ya que con el Covid-19 conocimos algunos laboratorios que investigaron y crearon vacunas contra este virus y por todo su trabajo, consiguieron patentar su creación. El derecho de obtentor vegetal va en la misma línea, busca promover, incentivar y reconocer la creación de variedades vegetales nuevas ya sea por parte de pequeños emprendedores o de grandes empresas.

Monsanto, ubicada en Chile, es la única empresa de investigación y producción vegetal transgénica en toda América Latina
Créditos de imagen a El Desconcierto

Semillas transgénicas

Hasta aquí todo parece ir bien, pero la aplicación de esta ley se complica un poco cuando entramos en terreno de la titularidad de las semillas transgénicas. Para comenzar, ¿Qué son las semillas transgénicas? El ingeniero agrónomo, Nelson Zapata explica que “son semillas obtenidas mediante la incorporación de ciertos genes codificados que normalmente no se encuentran en una especie. Un ejemplo de esto es el maíz Bt el cual es capaz de sintetizar una proteína que genera una toxina que ataca directamente a un insecto que daña el cultivo. Por esto es que las semillas transgénicas le aportan cierta ventaja a los cultivos debido a que son más fuertes frente a factores ambientales como los insectos, plagas, sequías o enfermedades”.

Por su parte, la nutricionista Anahí Aguayo señala que “aunque no hay estudios que digan que los transgénicos son directamente dañinos para la salud de las personas, siempre les recomiendo a mis pacientes comprar frutas de estación en ferias libres para que de esta forma no consuman tantos pesticidas o químicos”. Mientras que añade, “el riesgo más que de cáncer o una enfermedad grave, según investigaciones que no están 100 % comprobadas, va para los fetos en formación quienes pueden sufrir malformaciones o autismo debido a un aumento considerable del ácido fólico en las madres”.

Polinización cruzada

Saliendo del ámbito médico, los cultivos transgénicos pueden ser un problema para quienes tienen un huerto con semillas convencionales ya que como aseguró el antes mencionado Nelson Zapata, “el polen de plantas genéticamente modificadas y que estén relativamente cercanas a los sembradíos no intervenidos podría contaminarlas”.

El ingeniero agrónomo explicó que este problema se acentúa si las plantaciones son de canola o maíz ya que en estos productos el polen se puede trasladar grandes distancias. Debido al efecto negativo que la polinización cruzada puede traer para los pequeños agricultores y sus cultivos es que actualmente los expertos aconsejan el distanciamiento y aislamiento de los semilleros transgénicos.

De poner esos consejos en práctica estamos muy lejos ya que las mínimas distancias existentes entre unas y otras hectáreas, además de la falta de regulación por parte de Estado hacen que este “control” se vuelva muy difícil de realizar.

Más del 50 % de la soja y el maíz utilizados en Chile son transgénicos
Créditos de imagen a Vitónica

Intercambio de semillas y material vegetal reproducible

En segunda instancia, la UPOV-91 también restringe el intercambio entre agricultores de semillas o material genético reproducible y prohíbe el hacer crecer plantas de sus “patillas” o esquejes.

Este punto ha sido bastante criticado por parte de la comunidad amante de las plantas, quienes argumentan que la naturaleza no debiera restringirse ya que nadie es dueño de ella. Este pensamiento es compartido por muchas de las personas que participan activamente de ferias organizadas por los municipios para realizar intercambios de plantas o semillas.

Talcahuano es una de las ciudades que constantemente ha realizado ferias de intercambio. Trafkintu es el nombre que se le dio a estas ferias en honor a la actividad cultural mapuche que tiene como objetivo realizar trueque de bienes y conocimientos entre personas y comunidades.

La profesional de la Dirección de Medio Ambiente de la Municipalidad de Talcahuano, Claudia Saavedra, es una de las organizadoras de estas feriasy relata quedespués de que las medidas sanitarias se levantaron, las ferias se volvieron muy concurridas. “Es increíble ver cómo la gente llega sola con sus plantas a hacer intercambios. Pareciera que con la pandemia todas las personas comenzaron a jardinear en sus casas”, expresa Claudia.

La trabajadora municipal señala que “estas ferias sirven para que tanto mujeres como hombres expongan e intercambien conocimientos. Muchas de las mujeres que participan de esta actividad llevan años siendo guardadoras de semillas y tienen huertos en sus propias casas, otras participaron de los huertos comunitarios que se instalaron en los Cesfam San Vicente y Los Cerros, en donde todas las hierbas medicinales eran entregadas gratuitamente a las personas para que pudieran complementar su tratamiento convencional con medicina natural”.

Por otro lado, también existen personas que trabajan de forma informal y esporádica la agricultura. Oscar Cortés es un claro ejemplo de esto. Una vez que se jubiló, se dedicó por completo al cuidado y mantención de su campo en Bulnes para así poder abastecer a su familia. “La verdad es que no vendo a desconocidos, intento cosechar para mi familia del campo y mis nietos que viven por aquí cerca. Cuando ya es necesario empiezo a vender plantas o las cosechas como tomate o papas”, señala Oscar.

El agricultor cuenta que generalmente guarda alrededor de 100 gramos de semillas de sus mismas cosechas y las intercambia con personas que viven cerca para tener más variedades de frutos. “Gracias al intercambio es que conseguí tener cerca de seis tipos distintos de tomate y varios árboles frutales”, explica.

“Sobre el tema de estas leyes nuevas yo no creo verme tan afectado la verdad. No es que esté haciendo grandes intercambios de semillas. Si me preocupa que esto pudiera tener alguna clase de castigo, ya sea monetario o quizás con cárcel”, dice el agricultor de Bulnes.

El hecho de que se prohíba el intercambio de semillas o esquejes también sería un claro problema para la realización de los Trafkintu. La Dirección de Medio Ambiente de la Municipalidad de Talcahuano señaló que esperaban que de aprobarse el TPP11 y por ende, la UPOV-91 las legislaciones y normativas quedaran muy claras y específicas para que tanto las personas como la Municipalidad pudieran modificar sus acciones y de esta forma mantener esta linda tradición del intercambio pero sin transgredir ningún mandato.

El Trafkintu o feria de intercambio de plantas de Talcahuano tendrá una nueva versión en noviembre de 2022
Créditos de la imagen a La Tribuna

Implementación de la UPOV-91

La Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales no es algo tan desconocido para nuestro país ya que se implementó el año 2011 pero, luego de que los representantes de los pueblos originarios, quienes tienen la histórica tradición de guardar semillas, se manifestaran muchas veces en su contra, fue derogada.

En algunos países para solucionar este problema se aprobó el Protocolo de Nagoya, el cual compensa monetariamente a los pueblos indígenas por el uso de sus semillas y/o conocimientos. La verdad es que Chile nunca ratificó este protocolo así que no es posible saber si hubiera funcionado como una solución. Actualmente, la UPOV-91 sigue estando aprobada en Chile sólo que fuera de implementación debido a que no se ha podido llegar a un acuerdo frente a las legislaciones que la regirán. De aprobarse el TPP11, se tendría que llegar a acuerdos y tomar decisiones a la brevedad para así implementar una ley que fuera muy concreta con todas y cada una de sus limitaciones porque si esto no sucede, como mencionó Oscar Cortés, “sólo se fomentará el intercambio ilegal de semillas, las semillas convencionales se volverán un mercado negro y todo se mantendrá igual pero fuera de ley”.

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