Un clásico infravalorado

El género mecha ha dado muchas joyas animadas, pero son pocas las que han permeado en el oeste, donde hay cierto desinterés por ellas.

Mobile Suit Gundam no es un nombre tan conocido en occidente como lo es en la tierra del sol naciente. En Japón no solo está siempre en las posiciones más altas en ganancias, sino que el impacto cultural que ha provocado es igual o mayor que Star Wars en este lado del mundo. Si se ve más allá de los robots, tiene uno de los mensajes ambientalistas y en contra de la violencia armada más sólidos presentes en esta cultura. La mejor muestra de esto último es una producción algo olvidada por los fanáticos, pero que todavía se mantiene tan potente como durante su estreno: Mobile Suit Gundam 0080: War in the Pocket.

Este anime no se centra en las grandes batallas o las familias que dejan atrás los soldados, sino que habla de lo inutil que es la guerra y como los soldados son reemplazables para los altos mandos. Todo esto se experimenta a través de los ojos de un niño llamado Alfred que, como muchos otros, idealiza los conflictos bélicos y las armas que usan los soldados, en especial a las gigantescas máquinas que son el emblema de esta franquicia.

Existe un gran contraste entre nuestro protagonista y el grupo de soldados que intenta infiltrarse en una base militar en la ciudad del joven. En su afán inocente, este último ayuda a los militares a cumplir sus objetivos, produciendo que Alfred lentamente aprenda la dura realidad de la guerra, desencadenando en un final completamente desgarrador. El corazón de la obra se encuentra en la relación que se desarrolla entre el muchacho y uno de los soldados llamado Bernie, quien es solo un novato que parece igual de perdido que el niño.

Pie de foto: La serie transcurre a final de año, por lo que muchos la consideran una película navideña al estilo Duro de matar. Créditos: Gunpla101.com.

Al ser una producción dirigida directamente para cintas de video y no para televisión, la calidad de la animación es mucho mejor que la mayoría de las series de esa época, por lo que los visuales antiguos no debería ser un factor limitante a la hora de disfrutar la serie e incluso pueden ser preferidos por otra parte de los espectadores.

Esta serie ocurre contemporáneamente al anime de 1979, pero se puede disfrutar sin problema por sí sola, contando además con solo 6 capítulos, es decir, alrededor de dos horas de contenidos, perfecto para ver en una tarde libre.

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