El esfuerzo humano a través del pimpón

La adaptación animada del manga escrito por Taiyo Matsumoto logra capturar perfectamente el estilo y mensaje del trabajo original.

Por lo general, se asocia al anime con personajes con superpoderes, quienes usualmente se juegan el destino del mundo en batallas épicas y espectaculares. Sin embargo, esto es solo la punta del iceberg, existiendo muchas obras que pueden conseguir un impacto mayor en el espectador.

Ping Pong the Animation es una obra que encapsula esto perfectamente, ya que, a diferencia de los entrenamientos en gravedad aumentada cien veces de Gokú, yo sí puedo entender lo que es hacer una sentadilla o quedarse una tarde para mejorar un poco en algo. Esto va más allá del trabajo físico, pues cosas como la presión de ganar, la falta de talento e incluso la soledad son emociones que se representan a través de los jugadores de tenis de mesa.

Esto último se muestra en especial con la relación de los protagonistas, Peco y Smile, la cual es muy compleja, pues son amigos, rivales y uno es el héroe del otro, todo esto manifestado en su relación con el deporte. A esto se le suma todo el otro conjunto de personajes, con los se producen choques entre sus motivaciones y objetivos.

Hay dos elementos esenciales en este anime que permiten lograr lo anterior y que trabajan perfectamente en sincronía. Estos son el trasfondo e historia de los personajes y los elementos visuales que se usan para representarlos, donde sobran cosas como exageraciones de los cuerpos, elementos surrealistas o simplemente unas gafas de sol que sirven como metáfora de esconder las emociones y encerrarse en uno mismo.

La serie se estrenó en 2014 y cuenta con solo 11 capítulos. Créditos: wrongeverytime.com.

El diseño de personajes es probablemente lo más difícil de tragar, pues no entra muy fácilmente por la vista la primera vez que se mira. Esto es muy común en las obras de Masaaki Yuasa, quien es un director que prefiere un estilo sencillo y fácil de animar, lo que le permite preocuparse más por una composición de planos más sólida y movimientos exagerados. Si se supera esta barrera inicial, es una de las mejores series animadas que existen.

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