Deporte en Chile: el difícil camino hacia el profesionalismo

Pese a que nuestra nación ha logrado importantes premios en diversas competencias a lo largo de la historia, el pensar en dedicarse a vivir de una disciplina es algo que se aleja mucho de la realidad, puesto que a nivel nacional es sumamente arduo de lograr.

El fútbol es la principal imagen que se maneja respecto a un deportista profesional a nivel nacional, y si bien existen otros tipos de atletas remunerados como aquellos jugadores de baloncesto que compiten en la liga nacional, esta no es una realidad que se refleje en otras actividades.

Lo anterior se evidencia en la precariedad que viven otras personas dedicadas a este rubro, donde aquellos que tomaron la decisión de realizar dicha actividad como único objetivo, no son asalariados por esto.

El ejemplo más recordado a nivel nacional es cuando Leonardo Farkas en 2019 donó, como particular, el dinero requerido por Tomás González para la adquisición de la implementación necesaria para entrenar de cara a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

A más de una década de este acontecimiento la realidad de muchos atletas sigue siendo la misma, debiendo financiarse de manera autónoma los costes de entrenamiento, infraestructura y viajes, pese a viajar en representación del País.

Deportes remunerados

Actualmente Chile cuenta con ligas de diversas disciplinas que pueden permitirse la posibilidad de contratar jugadores asalariados, es decir, atletas pagados con la finalidad de que puedan enfocarse netamente en el rendimiento que tengan en cancha.

Si bien tanto la Liga Nacional de Básquetbol como el Torneo Top Ocho Central de Rugby cuentan con deportistas remunerados, la realidad económica de estos es muy distante a la que vive el deporte más practicado del planeta, es decir, el fútbol.

Tal como Sammis Reyes o Christiane Endler, se puede optar por becas deportivas en el extranjero teniendo un currículo deportivo que acredite el rendimiento. (Foto: Agencia Uno).

Las dos primeras disciplinas mencionadas anteriormente se encuentran ganando cada vez más fuerza, logrando incluso catapultarse hacia un nivel de competencia superior como la Basketball Champions League Americas o la Super Liga Americana de Rugby.

En relación con esto, Kevin Sturrock, profesor de educación física y entrenador de rugby de los equipos de la Escuela Militar y All Brads, señala que “es súper positivo que los chicos puedan participar de este tipo de competencias porque permite nivelarse con otros países que son potencia, tal como Argentina o Uruguay”.

El rugbista también señaló que es difícil mejorar al nivel de equipararse a estos equipos puesto que allá se manejan de manera profesional desde hace mucho tiempo, sin embargo, también añadió: “Hay gente que se opone a la contratación de jugadores extranjeros con el argumento de que esto evita el crecimiento local, pero yo creo que sabiendo regular esto, puede convertirse en una herramienta excepcional para aprender de aquellos que llevan tiempo en el rubro”.

El entrenador también hizo hincapié en la necesidad de mejorar las divisiones menores de los equipos para poder tener proyección. Si bien esto es una realidad alentadora para aquellos que comenzaron a dar sus primeros pasos en los deportes, aún se aleja mucho de lo que se vive en otras disciplinas.

Esto generalmente ocasiona una desmotivación tanto por el atleta como sus cercanos debido a la falta de recursos, lo cual generalmente, deriva en el cese de la práctica de su disciplina.

Importancia de los semilleros

La práctica del deporte a temprana edad es una herramienta que, por lo general, da como resultado a buenos atletas a la hora de llegar a la edad adulta, por lo que resulta de suma importancia para todas las disciplinas tener una cantera donde apoyarse.

Julián Friz, entrenador formativo de Huachipato, se refirió a la cantidad de niños que desean jugar fútbol, señalando que “siempre hay interés por jugar, es el deporte más popular y es de fácil acceso, siendo además simple de explicar a los más pequeños”.

El balompié es considerado como el deporte rey por su alta cantidad de practicantes, sin embargo, no existe algún tipo de saturación a la hora de acercarse a aprender. Respecto a esto, Friz comentó: “Las escuelas formativas dan abasto, cualquier persona puede crearlas, el tema es el contenido que enseñan”.

Las escuelas de fútbol formativas vinculadas a clubes consolidados tienen un mayor alcance en la población debido a la competitividad que entregan y a que están mucho más cercanas al profesionalismo. (Foto: El Comunicador Noticias).

Kevin Sturrock también se refirió a esto señalando que “si los niños aprenden a jugar rugby desde pequeños se puede desarrollar mucho más el trabajo para posiciones específicas, mejorando las aptitudes necesarias para estas”.

Con todo esto en consideración, la carrera profesional de un deportista puede ser incierta, cambiando de un momento a otro y sin previo aviso. Un ejemplo de esto es Cristopher Maureira, exjugador de las divisiones inferiores de Ñublense, quien señala que “yo iba pintando para jugar en el primer equipo, incluso, el club pagaba mi educación y todos lo relacionado a ella para poder enfocarme en jugar”.

Sin embargo, Maureira explica que una lesión lo dejó fuera antes de siquiera poder ascender, según sus palabras: “Tenía la única prohibición de no ir a partidos externos al club, no hice caso y me lesionaron. Después de eso el club me dijo que me faltaba madurez para poder continuar, ese fue el último equipo donde jugué, ya después me enfoqué en la barbería, que es a lo que me dedico actualmente”.

Precarización del deporte

Los semilleros de aquellos clubes deportivos con trayectoria suelen tener una base más amplia para elegir sus jugadores, sin embargo, en otras disciplinas, tanto de equipo como individuales, la tarea de encontrar entusiastas puede resultar mucho más ardua.

Esto se debe principalmente a que la escasez de infraestructura y entrenadores especializados genera una menor oferta a la hora de encontrar un espacio y gente dispuesta a enseñar, sumado al costo de implementos adicionales que se requieren para algunas disciplinas.

De esta manera resulta mucho más complicado, para los jóvenes y niños, un lugar para aprender aquellos deportes más allá del fútbol, en gran medida debido a los costos que conlleva la asistencia a las clases del respectivo deporte, con cifras que alcanzan más de 150 000 pesos mensuales, un monto alejado de la realidad del bolsillo de muchos chilenos.

El deporte como alternativa

Si bien la sociedad estadounidense no es el mejor ejemplo para seguir en muchos aspectos, una característica destacable del país norteamericano es la posibilidad de poder enfocarse en una carrera como atleta.

Para 2020 la Universidad de Concepción contaba con 65 estudiantes que accedieron a la Beca Deportiva. (Foto: Universidad de Concepción).

Dicha oportunidad se debe principalmente a que, si bien no todos llegan a las grandes ligas, el deporte puede ser una vía de crecimiento personal para los jóvenes y niños, puesto que la gran cantidad de beneficios que se pueden obtener a través del rendimiento en las pistas o canchas.

Un ejemplo de lo anterior es la cantidad de becas deportivas que se otorgan por universidades, las cuales entregan la posibilidad de estudiar a aquellos que no cuentan con los recursos económicos para hacerlo, pero si con el talento como atleta para obtener una beca.

La realidad antes descrita está muy alejada de la chilena donde, si bien existen subvenciones deportivas, estas cuentan con un cupo mucho más limitado, además de tener un abanico de opciones más reducido.

Francisco Pacheco, jugador de rugby, señala que “llevo varios años jugando este deporte, pero acá en Punta Arenas la Universidad de Magallanes tiene disponible la beca para este deporte solo en la categoría de mujeres e irme al norte a estudiar implica gastos incluso mayores en vivienda y alimentación, entonces ser bueno o no en un deporte como este no hace ninguna diferencia en las oportunidades”.

Casos así deben verse a diario con aquellas disciplinas que no son practicadas por las universidades, dejando en evidencia la falta de variedad a la hora de profesionalizarse como atleta.

Pese a esto, las posibilidades de convertirse en futbolista, al ser un deporte de tal masividad, genera una mayor competencia por los puestos que son cubiertos cada año con jugadores de las divisiones inferiores de los diversos clubes de Chile.

Julian Friz explica que esta situación varía mucho dependiendo del club y de los objetivos de este, señalando que “cada club tiene un enfoque, en el caso de Huachipato, si hay espacio y oportunidades para canteranos. Cada año ascienden entre tres o cuatro jugadores al primer equipo, y otros cuantos son cedidos a préstamo”.

El entrevistado resalta además que, como institución, los acereros buscan entregar todas las alternativas a aquellos que tengan el talento necesario para convertir el fútbol en su profesión.

Agustín, jugador de la categoría sub-15 del Club Chile de Chillán, menciona que ha pensado en dedicarse completamente al deporte, pero que aun así existen temores por parte de su familia: “Me han invitado a jugar por Ñublense, el equipo más grande de la región, pero cuando lo converso con mis papás me dicen que no es tan fácil, pero cuento con su apoyo para cambiarme al final de la actual temporada”.

De esta manera se deja entrever que la profesionalización de los atletas a nivel nacional sigue estando lejos de lo idóneo, sin embargo, lentamente se está avanzando hacia mejores condiciones, donde el núcleo cercano es parte fundamental en el desarrollo del deportista.

Vale decir que, en general, el país se encuentra en una constante alza de nivel, permitiendo dar mayor visibilidad a otros deportes, ampliando el espectro de gente que lo practica, además de generar más espacios para el desarrollo de estas actividades que pueden fomentar el desarrollo de Chile en esta área.

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