El especial de comedia del mexicano narra su vida y la experiencia con altos y bajos con su padre.

Ante la ineludible ola de comediantes, podcast y sketches de los últimos dos años, he decidido ceder ante la moda de comedia que trajo la pandemia del COVID-19. La reticencia que tuve con los espectáculos digitales y en general a este tipo de contenidos fue tal, que al momento de consumirlos me hice un fanático de los cómicos cual adicto después de consumir alguna sustancia fuerte por primera vez. 

Entre las interminables noches de buscar y buscar cosas para ver en YouTube, llegué a un simpático mexicano con relatos divertidos y lenguaje más bien picante. De un momento a otro, me encontraba consumiendo horas y horas de su contenido. 

A fines de abril, Franco Escamilla, uno de los comediantes más exitosos del habla hispana, estrenó en cines uno de los monólogos de comedia que, para mi gusto, es una de las mejores producciones realizadas en el último tiempo en el rubro cómico. “Payaso” es el nombre de la performance que fue estrenada en los cines de México y hoy está liberada completamente gratis en YouTube.

El título de este monólogo es una referencia a la reivindicación del payaso en el mundo. No al payaso del circo, sino al payaso de la familia. Franco Escamilla tenía una percepción negativa del concepto tras quedar marcado por presumiblemente violencia psicológica. Durante la rutina el comediante juega con la imagen de él mismo como payaso y su visión del mundo como uno. Pero a medida avanza el tiempo (pues la rutina dura cerca de 2 horas y media), el discurso da un vuelco inesperado y toca la fibra del teatro entero y sin duda de quién está tras la pantalla. 

Algunos definen esta obra como una catarsis del autor, yo más bien lo asocio al discurso de un padre amoroso en busca de que un hijo entienda sobre la aceptación de los fantasmas y el perdón a otros con sus traumas propios. Suena extraño lo que describo considerando que es un espectáculo de comedia, pero a mí también me pasó al verlo.
Con un teatro perplejo por el relato hacia el final del monólogo, un plot twist sellará definitivamente este carrusel de emociones. Recomiendo absolutamente ver, pues me ayudó a querer a mi payaso interior.

Por: Nicolás S. Antileo