Humedal Vasco de Gama: lo que el vertedero se llevó

Hualpén significa mira alrededor en mapudungún, y es curioso cómo adquiere sentido en la autopista entre Talcahuano y Concepción, antes de llegar al Mall Plaza del Trébol. Las vías que son límite de Talcahuano y Hualpén separan al Aeropuerto Carriel Sur del oculto humedal Vasco De Gama.

Cuando uno pasa por el lugar no se da cuenta de que, por un lado se elevan y aterrizan los enormes pájaros de metal con distintos destinos, mientras que por otro, sobrevuelan y coexisten distintas especies de aves que son endémicas de la zona.

El humedal Vasco De Gama se ubica en la comuna de Hualpén y forma parte del Sistema “Rocuant-Andalién, Vasco De Gama, Paicaví, Tucapel Bajo”, una extensa red distribuida por el Gran Concepción. Cuenta además con el reconocimiento de Sitio Prioritario para la Conservación de la Biodiversidad.

Se conoce también como Chimalfe, mapudungún para libélula, insecto que habita en el lugar. Además, habita una gran diversidad de flora y fauna nativa y endémica. El humedal es hogar del Siete Colores o “Fiu”, el popular pajarito que fue la mascota oficial de los últimos Juegos Panamericanos Santiago 2023.

El Humedal Vasco de Gama es hogar de cerca de 65 especies de aves endémicas y nativas, como la tagua y el yeco. Créditos: Rodrigo Sandoval.

Sin embargo, a fines de la década de los 2000, parte de la zona fue tomada por una familia que habita ahí desde entonces y ocupan el terreno como un vertedero de escombros y basura, además de relleno de materiales de áridos.

La situación no dejó ajena a Luisa Valenzuela, vecina del sector y activista por la defensa del humedal Vasco de Gama hace más de 15 años. Durante todo este tiempo de arduo trabajo ha acusado la nula fiscalización y las medidas paliativas que no terminan con el abuso hacia la biodiversidad presente en el lugar.

La toma de la familia Parra Pincheira

Según contó Valenzuela, la familia Parra Pincheira se tomó el terreno a finales de 2007. El expediente del humedal de la Municipalidad de Hualpén evidencia a través de imágenes satelitales que ya ocupaban el sitio como escombrera para septiembre de 2009. La activista explicó que hay desechos de distinto tipo y origen, desde basura a materiales de construcción.

Mostró además, imágenes que pudieron obtener en una de las visitas que hicieron junto a autoridades para fiscalizar. En dichas fotos se veían zapatos de construcción, trozos de pizarreño, redes de pesca e incluso los folletos y afiches que reparten las inmobiliarias para promocionar la venta de departamentos, entre otras cosas. “Les sale más barato deshacerse de eso acá”, comentó.

El conflicto con la familia ha durado hasta la fecha, donde se han realizado diversos reclamos respecto a la intervención que se ha realizado en el humedal, pero aún sigue el problema. El caso volvió a la luz pública en febrero de 2024 cuando, a raíz de una denuncia el año anterior, el Tercer Tribunal Ambiental autorizó a la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) para adoptar la medida provisoria de clausurar temporalmente la escombrera durante 30 días.

Además, estas medidas provisorias exigían instalar cintas de seguridad y un letrero en el ingreso del vertedero que anunciara el cierre del lugar, junto con la fiscalización del cumplimiento de estas.

El incumplimiento de las medidas

Según el archivo de la resolución exenta n° 347 de la Superintendencia de Medio Ambiente, posterior a las denuncias interpuestas por los vecinos del no cumplimiento de las medidas provisionales la SMA hizo dos visitas al recinto, los días 1 y 4 de marzo del presente año.

El día 1 de marzo los inspectores de la Superintendencia de Medio Ambiente encontraron el portón del recinto cerrado con candado, sin un letrero que publicite el cierre y no funcionamiento del vertedero ilegal, como se había solicitado por mandato de la SMA. No obstante, se verificó el tránsito de dos vehículos al interior del lugar, un auto sedan y una camioneta.

En la segunda visita de los inspectores, se encontraron con la negativa del titular del predio negándose a permitirles la entrada. Recibieron un trato agresivo e irrespetuoso, teniendo que ser necesaria la presencia de Carabineros de Chile para proceder al ingreso del vertedero.

En el lugar se constató que existían nuevos acopios de escombros al inicio de la zona inundada del humedal Vasco de Gama. Este nuevo acopio da cuenta de nuevas disposiciones de residuos asimilables a domiciliarios y residuos de la construcción. Además, se encontraron múltiples vehículos chocados dispuestos para desarme.

El vertedero también funciona como almacenamiento de maquinaria de construcción. Créditos: Rodrigo Sandoval.

Es así como la Superintendencia de Medio Ambiente concluyó que se ha persistido en la disposición de residuos en este vertedero ilegal, pese a la medida ordenada de detención de funcionamiento autorizada por el Tercer Tribunal Ambiental.  

El abogado medioambiental, Manuel Molina, comentó que: “Fuera de las multas que puedan ser interpuestas por la SMA, la empresa (Escombrera Familia Parra) arriesga aquellas penas establecidas en la nueva ley de delitos económicos”. Así, en caso de ser declarados culpables, podrían enfrentar de 61 días a 5 años de cárcel.

Los testigos de la destrucción del humedal

Cristina vive a 15 metros del camino por donde ingresan los camiones. Comentó que “el ruido es muy molesto. Sucede muy temprano o muy tarde, pasan buses y camiones cargados que después salen vacíos”. Además, las fiscalizaciones no pasan desapercibidas, ya que la familia Parra reacciona con agresividad ante las visitas de las autoridades.

En cierta ocasión removieron los desechos del terreno con maquinaria, lo que provocó un movimiento de los roedores hacia las casas de los vecinos. Cristina recordó: “Tuvimos que colocar trampas y nos arreglamos entre nosotros, nadie se hizo cargo de eso”.

Según Justo, otro vecino del sector, el problema le afecta a todos. “Ya no vemos tanto movimiento de vertedero de basura porque la señora Luisa ha parado ese tema. Igual ocurre pero en menor cantidad”. Refiriéndose a que, si bien se ordenó la detención del funcionamiento del vertedero ilegal, sigue activo con un poco más de discreción.

En ese sentido el Seremi de Medio Ambiente de la Región del Biobío, Pablo Pinto, se refirió al tema señalando que: “Hemos y seguiremos participando de todas las instancias que se generen con los vecinos para defender el espacio”. Sin embargo, también declaró que no tienen las facultades para fiscalizar ni sancionar a los responsables de la destrucción del humedal. 

¿Qué se busca?

Según Luisa Valenzuela, junto a su Colectivo de Defensa y Restauración buscan sanciones. “Alguien tiene que pagar por todo el daño que se le ha hecho al humedal, alguien tiene que sacar el relleno que han puesto”. Es por esto que confía en este nuevo proceso, esperando el cierre definitivo del lugar. “Ahora hemos llegado mucho más alto, hay una intervención del Consejo de Defensa del Estado quien tomó cartas en el asunto”, cerró la ambientalista. 

El vecino Justo recordó que cuando se creó la población Parque Central, estaba en los planes un parque urbano con el humedal que nunca se concretó. Comentó que le gustaría “antes de irnos para el otro lado, alcanzar a ver eso que se nos prometió al principio”. 

Cristina, por otro lado, menciona que cuidan el lugar como vecinos porque lo quieren mejorar y hacer un mirador al cuerpo de agua. “No queremos que el humedal quede oculto porque vienen los niños con los colegios, aprenden y queremos que se mantenga”.

Conocer la relevancia que tienen los humedales en distintos aspectos como el cambio climático, el ciclo del agua, la nidificación de aves y proliferación de otras especies resulta importantísimo para la sociedad. Por esto, educar es esencial para generar una cultura de identificación con el territorio y de preservación de la flora y fauna.

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