Kimetsu no Yaiba: cuando el espectáculo se sobrepone a la historia

Arte promocional de Tanjiro y Nezuko, Ufotable

La popular y exitosa aventura de caza-demonios no está dispuesta a esforzarse donde más cuenta.

El concepto de storytelling, o el arte de contar una historia, se puede simplificar y dividir en dos partes: setups y payoffs. Los setups son el establecimiento de alguna regla característica de un personaje o del propio mundo ficticio, y los payoffs son la consecuencia lógica de estas características que, idealmente, significarán un desarrollo para el personaje o para el argumento.

Kimetsu no Yaiba, o Cazador de Demonios, cuenta su historia al revés, primero te da el payoff y luego te cuenta el setup. Si el storytelling fuera una casa, esta comenzaría por el tejado. 

Esta historia, creada por la mangaka Koyoharu Gotouge, sigue al protagonista Tanjiro Kamado en la búsqueda de una cura para su hermana Nezuko Kamado que, tras el incidente inicial que los dejó sin familia, ahora es medio-demonio.

Si bien, su adaptación al anime por el estudio Ufotable se merece todos los elogios que recibió, la historia que adapta deja mucho que desear. Una de las varias instancias en que esto se demuestra es las batallas: lo primero que hace Kimetsu no Yaiba es hacer que los protagonistas peleen contra un demonio, y, tras su victoria, contar mediante un flashback la trágica vida del antagonista. Esto significa que, durante la mayor parte del tiempo, el espectador no tiene idea de contra quién están pelando los protagonistas. Sin embargo, en los últimos minutos del encuentro, se revelan, nombres, lugares, motivaciones y aspiraciones de un personaje que será irrelevante una vez concluya el capítulo.

Esta estructura de primero la acción y luego los detalles es algo que está presente a lo largo de toda la historia. Convierte una aventura con el potencial de ser más que decente, en una ilusión, algo vacío, sin un significado más allá de lo superficial. Intenta llevarse el premio, pero sin hacer el trabajo necesario para ganárselo.

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