Cuando se habla del golpe de Estado, el enfoque suele estar en lo que pasó en Santiago, pero la verdad es que la intervención militar sucedió en varias zonas del país; a continuación, esto fue lo que pasó en Concepción.

Para 11 de septiembre de 1973, Santiago se encontraba bajo el control de las Fuerzas Armadas de Chile, lo que daría paso a casi 20 años de una dictadura militar liderada por Augusto Pinochet. Durante el día del golpe, el ejército se encargó de tomar el control de La Moneda, destruyendo el edificio en el proceso, y, mientras esto ocurría en la capital, algo similar pasaba en Concepción: lugares públicos se convirtieron en centros de detención, barrios fueron sitiados, medios de comunicación interceptados, tanques y camiones bloqueaban los caminos, y más.

Los días previos al golpe

Según Nelson Hugo Muñoz, periodista, fotógrafo y penquista que vivió los hechos, los días previos al golpe, la situación sociopolítica era compleja, latente, y energizada, “había un movimiento social, político muy intenso”.

Para este punto, Estados Unidos, aliándose con la derecha chilena, había estado incitando un clima político más en tono con un golpe de Estado. Esto se consiguió gracias a Henry Kissinger, mano derecha de Nixon y ‘rey de los golpes de Estado’ en Latinoamérica. La CIA utilizó a El Mercurio para contar noticias que provocaran una insatisfacción con el gobierno socialista de Allende. Se comenzaron a crear problemas artificialmente respecto a la falta de víveres, entre otras cosas.

Dentro de los grupos que recibieron la ayuda financiera americana, el principal representante de estos fue Patria y Libertad.

También, hay que considerar hace relativamente poco había ocurrido un tanquetazo en 73, un intento fallido de golpe de Estado. Y, aunque este no se concretó, sí contribuye a una inestabilidad y volatilidad política.

¿Qué pasó en Concepción? Desde la experiencia

Nelson Muñoz, cuenta su experiencia el día del golpe de Estado en Concepción, a través de la perspectiva de un estudiante de Periodismo.

Durante la mañana, cerca de las 8:10 y sin haber escuchado la radio, Nelson llega a sus clases de psicología de las mañanas. Para las 8:20-8:30 bajó el profesor Troncoso, quien hacía cursos de radio, y trae consigo la noticia de que “había escuchado a través de diferentes emisoras la interrogación de un golpe de Estado en Chile”. Luego, tras verificar en otros lugares, efectivamente, comprobaron que sí era un tema.

Sin embargo, él y sus compañeros de carrera no se lo tomaron como una realidad, ya que, “había habido un tanquetazo poco antes, un intento de golpe, pero que no se había dado, digamos no había cobrado vigencia, lo cual pensamos que podía ser algo similar”.

Eventualmente, llegaron más noticias de lo que estaba pasando a la universidad y él, junto a un grupo conformado por un par de compañeros del centro de alumnos de la escuela de Periodismo, decidieron juntarse y ver qué estaba pasando. Más tarde, cuando fueron al barrio universitario, “llegamos a fuera del arco de la escuela de medicina y nos encontramos con que la universidad en términos generales estaba bloqueada completamente por camiones, tanquetas y tanques que apuntaban hacia la universidad”.

En esta situación, decidieron ir a verificar qué pasaba en otros lugares emblemáticos. Cuando llegaron a la Estación Central de ferrocarriles se dieron cuenta de que “estaba rodeada por militares, completamente”.

Por último, decidieron ir a la única compañía telefónica de Chile, y lograron ver que también estaba siendo completamente sitiada por militares.

Hoy en día, Don Nelson reflexiona que “fue un día triste, un día que no se olvida de aquella situación que vivimos como ex estudiantes de la carrera de periodismo en aquel 11 de septiembre de 1973, un desconsuelo, una pena, una preocupación enorme”.

¿Qué pasó en Concepción? Desde la academia

Según Paula Tesche Roa, Concepción “fue intervenida militarmente, obteniéndose un control muy rápido de la ciudad. Comenzaron las detenciones masivas en las distintas unidades que eran sedes del gobierno, allanamientos y varias formas de represión y amedrentamiento en fábricas, industrias, y en general en todos los lugares donde había concentración de personas, como por ejemplo colegios, hospitales, etc.”.

El control social sobre la población comenzó limitando la libre reunión y tránsito de personas implementando toques de queda. Se prohibieron actividades políticas o partidistas. Los militares habían intervenido medios de comunicación, especialmente aquellos que simpatizaban o apoyaban al gobierno de Allende.

Para la doctora Tesche “hubo un gran daño social, a nivel de la ciudad”. Todo resultó en que Concepción se considere como la segunda ciudad de Chile más reprimida durante esta época.